martes, 22 de enero de 2019

CUESTIÓN DE TALENTO

Tradicionalmente se ha considerado que el talento es innato,  mientras que el conocimiento se va adquiriendo. Hay quienes opinan  que el talento viene a ser una extraordinaria habilidad desarrollada a través de la educación, en cambio  otros que discrepan con tal aserción alegando   que el talento es un comportamiento que una persona manifiesta con frecuencia. Verdaderamente resulta complicado adoptar una de las dos definiciones  porque en mi opinión ambas ideas son aparentemente opuestas, aunque por igual en su  teoría  deben considerarse certeras.  Es evidente que no se percibe con claridad el que haya un consenso generalizado sobre la definición exacta de lo que conocemos como talento congénito. Desde hace ya varios años los psicólogos del mundo entero continúan enzarzados en un apasionado debate acerca de si existe el talento innato en la persona, o por el contrario es algo que se va consiguiendo a base de una excelente preparación. Aunque creo que de forma mayoritaria está  zanjado el asunto y se tiende a posicionarse con el primer razonamiento, yo personalmente considero   que es una dicotomía   muy compleja,   motivo por lo cual me hace titubear  a la hora de posicionarme. Aunque  de  lo que sí estoy con total seguridad de acuerdo   es que si realmente existe ese talento en los genes de la persona, tarde o temprano acabará manifestándose de una u otra forma; pero  a mi juicio es condición sine qua non la práctica, la persistencia, la motivación  y los buenos maestros  para que se desarrolle sin problema alguno una serie de aptitudes y características vinculadas al talento.
 
Está claro que cuando alguien tiene ese don congénito tan especial, dependiendo de diversas variables,  será  el propio destino quien se encargará de buscar le las necesarias guías para que acabe desplegándose  por el  simple hecho de que  está predestinado a mostrar su desarrollo por naturaleza al ser base genética  de su persona. Aunque también pudiera darse la casualidad de que ese talento no está inscrito en su ADN,  pero aún así ,  según mi modesta opinión, se supone  que bastaría con tener  una idónea educación pedagógica para conseguir el conocimiento y capacidad suficiente del intelecto para identificarse con el talento y potenciarlo. Obviamente esto es sólo una hipótesis, porque principalmente con el talento se nace y   me temo que no se puede  compensar su carencia  gastándote una fortuna de dinero  con la finalidad de conseguir algo que no está a tu alcance. Tocante a este asunto, resulta muy atinado ese proverbio latino que dice "«Quod natura non dat, Salmantica non præstat»,  que literalmente viene a decir algo así como  que una universidad no puede darle a sus alumnos lo que les negó la naturaleza.  Suena concluyente y desmoralizadora esta proverbial frase , la verdad.




 
En el caso de los niños, existe una opinión bastante generalizada que afirma  que todos los que poseen capacidades mentales extraordinarias les posibilita  tener habilidades especiales y ello permitirles a su vez obtener excepcionales resultados durante su enseñanza con el mínimo esfuerzo. Una opinión que me convence bastante  y que a  mi modo de entender  puede influir de manera muy significativa, tanto en el aprendizaje como en el desarrollo profesional y personal del niño. Aunque desconozco si esto les podrá asegurar el éxito  en cualquiera de sus proyectos de futuro. Y hablando de lograr  el codiciado éxito,  estoy totalmente convencido de que tener sólo el talento innato no va a ser suficiente para lograrlo sin problema alguno.  Depende de uno mismo, si se tiene determinada capacidad o no para desarrollarlo y fortalecerlo y de ésta manera desempeñar cualquier actividad de manera extraordinaria y notoria. A éste respecto, mucho dependerá de los distintos factores, como la educación familiar, la educación institucional, el acceso a la información, etc. para poder potenciar ese talento con el fin de alcanzar el  deseado objetivo de notoriedad.  Por supuesto que resulta imprescindible  adquirir una adecuada preparación en la correspondiente institución formativa,  como también tener ciertas pautas culturales adquiridas dentro del medio o familia de procedencia.  Pero aún así no creas tenerlas consigo porque la probabilidad de conseguir el éxito, me temo que no está al ciento por cien asegurada. La suerte en este caso resulta muchas veces un factor determinante. Aunque  a este respecto, el insigne escritor Jacinto Benavente,  dijo en su día que  "muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de talento" Razón no le falta al autor de tan atinada frase.  Para diferenciar de los que triunfan en la vida de los que no,  se editó en 2008  un libro que explicaba concienzudamente y con interesantes razonamientos esa diferencia. El título del libro, o más bien bestseller porque  ocupó los primeros puestos de ventas en EE.UU y también de Europa,  es “Fueras de serie”, está editado por “Taurus ediciones” y su   autor es un gurú de los negocios   de origen británico, aunque canadiense de adopción,  Malcolm Gladwell. También  es autor  de otros  bestsellers. Yo aún no he tenido  la oportunidad de leer esta afamada obra donde  reúne en sus páginas  una serie de premisas y fórmulas para alcanzar el éxito. No dudo que la lectura de este libro  ha de  resultar muy interesante y de gran ayuda para triunfar en la vida. Únicamente ayuda,  porque lo que nunca debemos olvidar es que si no se trabaja duro y se pone el suficiente empeño,  se tenga talento congénito  o no,   jamás  se va a conseguir absolutamente nada  de lo que nos propone este  sistema capitalista, que por su naturaleza, resulta tan despiadadamente competitivo y depredador.

 
 

1 comentario:

  1. Hola Rafael, no sabia que tenias este blog,
    así que seguiré tus escritos, creo que tu escribías
    en poesía pura verdad??, bueno un gusto volver a leerte.

    Besitos dulces
    Siby

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