sábado, 16 de enero de 2021

LA RISA


 

Al parecer varios estudios  han demostrado que la risa y el buen humor resultan una buena estrategia terapéutica, mejorando seriamente nuestra salud, sobre todo en beneficio de tipo cognitivo. Aunque bueno,  tampoco es que haya una base científica que lo demuestre, así como el que todos los estudios llevados a cabo sobre risa y salud la mayoría son subjetivos, cuando no contradictorios. Con lo cual esto último reseñado  hace  que quede entredicho   la fiabilidad al cien por cien de que de la risa resulte un ejercicio terapéutico.  Pero aún con sus cuestionamientos,  yo particularmente me decanto por considerar un ejercicio  beneficioso  y terapéutico  el reír porque  consigue que  el estado de ánimo transmita sensaciones  de felicidad. En mi opinión, estas sensaciones positivas en buena lid son más proclives a prevenir enfermedades que no a provocarlas.  Yo en más de una ocasión he escuchado que las personas felices enferman menos. Como también que quienes ríen con frecuencia tienen menos riesgos a sufrir una enfermedad cardiovascular.    Este  último comentario indica claramente que la risa tiene un poder sanador. Habrá quien lo cuestione, y es normal porque si no resulta empírico, lógico que genere inevitables dudas.   Pero con dudas o sin ellas,    la risa, o la carcajada cuando se tercie, siempre deben estar muy  presentes en nuestra forma de vida.  Y si hiciera  falta, tal como dice el tópico, reírse hasta de nuestra  propia sombra, seguro que para “la causa vale”. Lo que también debemos estar siempre es predispuestos al buen humor porque  hace   que acuda a nosotros  con mucha facilidad  la risa, la  cual potencia la liberación de endorfinas y eso te hará sentir muy bien. Además a su vez aumenta la capacidad pulmonar y reduce el cortisol: la hormona que incide en el estrés. Esta enfermedad de moda del siglo XXI, y de finales del pasado,  y también de esta sociedad  cortoplacista que  siempre se halla  inmersa en su acelerado ajetreo de continuo y en un consumismo de enloquecida rapidez.


Queda claro que la risa es muy positiva para todo, aunque  tampoco es  cuestión de reírse por reír. Porque como escribiera el insigne filósofo holandés,  Erasmo de Roterdam, “Reírse de todo es propio de tontos”, aunque bueno también apostilló el "que no reírse de nada lo es de estúpidos”. Un termino medio de ambos sería en este caso lo ideal. Según mi criterio,   se hace necesaria la risa, o todo cuanto esté relacionado con el buen humor, en estos tiempos tan complejos y tan cargados de incertidumbre que nos ha tocado vivir, o en su defecto sufrir, por causa de la dramática   crisis sanitaria originada por la Covid-19, la cual nos está condenando a un sin vivir constante. Como la risa acostumbra a  eliminar miedos, ansiedad, estrés, etc.  en estos momentos tan complicados tengámosla lo más presente posible en nuestras vidas. Todo a fin de intentar buscar a través de ella grandes beneficios a nivel piscológico para nuestro estado emocional, hoy en día tan seriamente castigado por el terrible y letal pandemia del   Coronavirus. 


La risa es una respuesta biológica producida por el organismo como respuesta a determinados estímulos. Una respuesta altamente positiva en el plano psicológico porque alivia la depresión incrementando la auto estima y la confianza en sí mismo. Además de conseguir provocar sentimientos de cariño y ternura. Por otra parte, yo estoy convencido de que no hace falta reír para ser feliz, sino que más bien se hace necesario reír para lograr ser feliz. Puede darse perfectamente el caso de que te encuentres con el estado anímico muy alicaído, con el riesgo de caer en una prolongada melancolía, pero si encuentras ese momento en que por cualquier razón te hace esbozar una sonrisa, es una axioma el que por esta circunstancia te vas a encontrar anímicamente muchísimo mejor. Son muchas las ventajas beneficiosas que aporta a nuestro organismo la risa, motivo  por lo cual tratemos de buscar a diario el momento idóneo para ponerla en práctica. Seguro que cada día te resultará más fácil encontrarlos si haces de su práctica una costumbre. Y si logras hacer partícipe de ese momento a otras personas, les harás un gran favor. Así de esta manera de forma colectiva conseguiréis liberar la mayor cantidad de endorfinas. Por tanto, ¡todo el mundo a reírse!, que fomenta el estado de ánimo de forma positiva y por ende generamos optimismo el cual a día de hoy mucha es la falta que nos hace. También intentemos que el buen humor esté lo más presente posible en nuestra vida, porque además de resultar una manera idónea para matar el aburrimiento, es un arte  que nos conviene desarrollar y regalar a manos llenas. A mí en particular me gustan las personas que ríen. Y por supuesto que las que sonríen también. A pesar de que el panorama actual, tanto en lo social como en lo  económico, no sea nada halagüeño; más bien todo lo contrario. Con lo cual, en estas circunstancias psicológicamente resulta más beneficioso  estar en compañía de  personas que muestren un buen sentido del humor y una sonrisa permanente que con personas melancólicas y de lágrima fácil. La primeras obviamente contagian ilusión y alegría; en cambio las segundas tristeza y desencanto. En fin; que como ya os digo, traten de reír el mayor tiempo posible, hasta de uno mismo si hace falta,  bien por razones terapéuticas en favor de nuestra salud; o por no tomarse de continuo la vida excesivamente en serio, porque resulta palmario que nadie va a salir vivo de ella. Pues eso.