Hay una expresión popular que
dice que “la música amansa las fieras”. Se supone que la causa de este
supuesto amansamiento se deba a los efectos potenciadores que tiene la música
en determinados estados anímicos. Pero no es concretamente del efecto amansador que posee la música de lo que os quiero hablar, sino de la importancia de esos supuestos efectos potenciadores que pudiera tener el amor que guarda relación con la pareja en sus estados de ánimo. Aunque más que estados de ánimo, yo diría que
en la forma de comportarse una persona de carácter violento o
insociable. Porque no me negarán ustedes que los potenciadores del amor
también influyen en el carácter agresivo y mal humorado de una persona para que
ésta se vuelva más amable y empática. Estoy convencido que muchos de vosotros
habréis conocido en algún momento de vuestras vidas a ese tipo de personas que
de continuo parecen estar enojados contra el mundo en general y por esta razón se
mostraron irascibles en todo momento, pero una vez de haber que hallaron,
pongamos su “media naranja”, en su vida tan iracunda dieron un giro de 180 grados; con lo
cual, su carácter avinagrado y conducta insociable pasaron a mejor vida, dando
paso a un temperamento más tranquilo y bonachón. Según mi criterio es por esta razón la causa por lo que el amor acostumbra a volvernos más humanos, empáticos, sensibles y generosos.
Obviamente visto todo desde una perspectiva emocional. Pero es evidente que a veces esa
transformación bondadosa que surge a consecuencia del
sentimiento de amar, por desgracia tiene
un periodo de caducidad, siempre claro está, que el sujeto que ha experimentado esa transformación
porta en el ADN de forma irreversible los genes de su agresiva y antisociable
conducta. Motivo por el cual los potenciadores del amor únicamente habrán conseguido
mantenerla aletargada por un tiempo prudencial. Suele ocurrir con mucha frecuencia
que el individuo que tiene un mal carácter muere así, nada ni nadie consigue cambiarle; por mucho que los potenciales de amor en su mayor plenitud hayan intentado salvarle. En mi opinión, para
cambiar el mal comportamiento y carácter de un individuo están las terapias adecuadas
y el trabajo multidisciplinario que a buen seguro resultarán más eficaces para
controlar la ira de esas personas que
tan a menudo la exteriorizan.
Si no me equivoco, creo que fue
el celebérrimo escritor ruso Fiódor
Dostoievski quien escribió en su día esta lapidaria frase que dice: “El amor todo lo redime, todo lo salva”. Considero muy certero el enunciado por el hecho de que el amor es como una inmensa fortuna de
bondadosos sentimientos y sólo a través de
esa conmovedora riqueza puede redimirnos, o en su defecto salvarnos, de nuestros propias
miserias, y por supuesto que también la de los demás. De ahí la razón por lo
que siempre debemos darle mayor importancia a esta fortuna de benévolos sentimientos, que tan intrínseca y necesarias
resulta para la humanidad, y no a
las que proceden del prosaico materialismo, que tanto nos obnubila y a su vez crea una sinergia de vivir por y para ella
de continúo, sólo para lograrla, y este hecho en definitiva no es más que una esclavitud encubierta. Lo que es un axioma es que toda persona necesita ser querida, y
ser consciente de que es así. Sentir que el amor verdadero es como un regalo, un don más
preciado: un presente incondicional. Es
a mi juicio la premisa ineludible para
tratar de que el amor haga su función de “salvador”. De lo contrario, me temo que todo intento de transformación para ser mejor persona acabará resultando utópico. Por otra parte,
la ciencia explica que el amor te hace mejor persona. Sólo es cuestión de
enamorarse completamente para comprobar si es cierto o no lo que asegura la ciencia. El error creo que ha
sido que de costumbre se ha
subestimado el verídico poder de estar
enamorado y relegarlo a una sensación netamente emocional y por cierto no es
así, porque unos descubrimientos llevados
a cabo en una Universidad de Chicago (EE.UU.) ha demostrado todo lo contrario . Parece ser
que han comprobado que el amor está relacionado con funciones cerebrales que te
hacen una mejor persona. Las pruebas empíricas que sobre este asunto han llevado a cabo
sugieren que cuando estás enamorado aparentemente eres mucho mejor
persona. Estoy convencido de que habrá quien
cuestione tales pruebas y para nada se dejan convencer por estas
explicaciones científicas, por mucho que estén estén basadas en pruebas empíricas. A mí desde luego que me parecen bastante fiables estas pruebas experimentales y científicas. Quizá por que confío plenamente en el amor como fuerza valedora y porque es uno de los más relevantes materiales que conforman al ser humano. En cambio, lo que para mí está despejado de todas dudas, es que quien de verdad puede lograr
hacerte mejor persona, o en su defecto transformarte el carácter o tu mal comportamiento, no se si
por un tiempo de caducidad o indefinido, es la persona que llega a tu
vida y tú sabes que la quieres y que necesitas estar con ella porque juntos vais a haceros mejores. Porque entre ambos lograréis crear una atmósfera maravillosa,
donde sólo podrá caber dentro de su espacio sentimientos nobles y bondadosos
que harán de muro para impedir la entrada de todo cuanto pueda resultarle tóxico
a tú conducta y carácter. Para mi es
incuestionable el que una persona amada que entra en tu vida, que te abraza y
une de nuevo todos tu pedazos, acaso rotos por
tu mal temperamento, la que consigue que tus miedos y tus tristezas
desaparezcan. Esa que te ha demostrado por las buenas que la vida y el mundo
pueden ser extraordinario si al despertar cada día te das una oportunidad. Cuando percibas que a través de esa persona amada es ya una realidad tu transformación, entonces habrás conseguido ser mejor persona; eso sí, con tus virtudes y tus
defectos, pero en el fondo una buena persona. Igual hasta de esas que resultan
imprescindibles. No se ustedes que opinión tendrá al respecto, pero a mí me resulta extraordinario que en la vida contemos
con esas personas amadas que están ahí
cuando las necesitamos. Cualquier persona que nos motive a ser mejores personas es alguien que siempre valdrá la pena tenerlo siempre muy cerca.