jueves, 15 de diciembre de 2022

UN POCO HARTO

Qué pasa que el Messi este de las narices, que últimamente se le encuentra hasta en la sopa, es un premio Nobel de investigación, de Biología, de Química o algo parecido?...¿ O es que va a ser el esperado héroe divino, por el Messías digo, que va a salvar a la humanidad de sus miserias o su infortunio?....Estoy hasta las narices de darle tanta publicidad a este individuo ególatra, defraudador fiscal y avaricioso a más no poder (del Barsa se marchó porque no le pagaban lo queexigía el desagradecido después de estar trincando millones de euros del club durante un montón de años)...que lo único que sabe es darle patada a un balón con cierta habilidad, y en cuanto a inteligencia justito, justito. Y menos mal que al narcisista y prepotente Ronaldo su carrera de pelotero va yendo de culo y cuesta abajo, sino más de lo mismo. Menudo lavado de cerebro que tenemos con el condenado futbol, ni la pandemia vírica consiguió que dejáramos de darle preferencia a individuos que el único bien que hacen para la Humanidad es darle patadas a un balón, y mira que nos puso cruelmente delante de la muerte el virus, pero ni con esa aprendemos. Relegamos a un segundo plano a los científicos, biólogos, investigadores, doctores, etc..y toda persona que resulta necesaria e imprescindibles en beneficio de la Humanidad, y ponemos en primer plano, hasta encumbrarles en los altares de la celebridad, a los Messi, Ronaldo, Neymar, Mbappé, y demás sujetos de este pelaje. ¡Qué tristeza, que fracaso de la Humanidad! Aunque eso sí, un triunfo para los dirigentes políticos, porque que el poder establecido, o sea los gobernantes, saben que mientras el populacho siga disfrutando con el fútbol, que discuta, que se pelee, que se distraiga... será una forma perfecta para tenerlos anestesiados o aborregados, y de esta manera volverse acríticos así no protestan por los abusos y excesos del poder. Desde luego que iba bien atinado el filósofo alemán Karl Max cuando dijo aquello de que el futbol era el opio del pueblo. Y bien que lo saben los políticos, porque muy astutos ellos están al tanto de que el futbol es una poderosa arma de distracción y saben utilizarla cuando les conviene.  Un claro ejemplo es el pueblo argentino, que está padeciendo una inflación por las nubes y esto hace que la mayoría de los ciudadanos argentinos están viendo como se reduce bajo mínimos su poder adquisitivo. Por esta circunstancia, bajo mi punto de vista,  están más  para salir todos a la calle, no para celebrar las victorias patrióticas futboleras del país, sino para liarla parda contra sus políticos y que arda hasta la Bombonera, o la plaza del Obelisco entera, por el fragor de las protestas. Pero no es así porque el futbol a la mayoría de argentinos por esa pasión exacerbada que profesan por este “deporte-negocio” les tiene absorbido el cerebro. Saber que la situación económica del país está dentro de en una precariedad preocupante a cuenta de la inflación y que cientos, o miles, de aficionados argentinos se han endeudado por más de diez años por el hecho de pedir créditos a los bancos para ir a ver el fútbol a Qatar, me resulta muy preocupante e indignante y a su vez habla de comportamiento inconsciente de una masa forofa que no ven sus ojos otra realidad más importante que todo lo que se menea alrededor del fútbol. Y me da pena, por el afecto que tengo a Argentina, pero su foromismo y su pasión visceral por el fútbol es algo que me desborda y rompe mis esquemas. Por eso me cabrea.








 

 Lo mismo me irrita ese aspecto  bastante negativo del fútbol por que a través de él se consigue desviar la atención de asuntos que son primordiales. Muchas personas acuden a manifestarse de forma más multitudinaria para protestar contra la dirección deportiva de su equipo, que para reclamar nuevos derechos laborales o para salvar la sanidad. Desde el Imperio Romano se ha empleado la máxima “pan y circo”, eso es lo que constituye el fútbol moderno. No quiere decir esto que aquella persona que consuma este deporte deba abandonarlo, seguramente si mi equipo favorito  gana un título me alegre como el que más y hasta igual me da el punto de ir  a celebrarlo, pero sí debe haber prioridades y creo que es más necesario acudir a manifestaciones en defensa de derechos sociales que a las multitudinarias celebraciones de los eventos deportivos. Pero oye, que nadie se moleste, aquí   no pasa nada, y a vivir que son dos días, y por supuesto a seguir venerando el futbol, a sus practicantes, que eso es lo que quieren los políticos, los de cualquier parte del mundo. Por desgracia así nos quieren, y así nos tienen: acríticos y tristemente calladitos porque nuestro silencio es su poder. ¡Y que viva el futbol, y olé!

miércoles, 7 de diciembre de 2022

REFLEXIONES DISPERSAS (IV)


 

¿Dónde está la crisis?

 

No se, pero  igual uno es un pringado que ha llegado tarde  a la fiesta y no se entera de que va esto.  ¿O quizá  estoy  sobradamente enterado de que  la situación económica del país para la mayoría de españolitos de a pie les va de culo, además sin frenos y cuesta bajo?. Más bien lo segundo. No es para menos porque la inflación está por la nubes y se nos ha agarrado al cuello y no quiere soltar bocado, y ahí estamos, asfixiados por las facturas: que si el gas, que si la electricidad, que si la gasolina, que si no se puede llenar en condiciones el carro de la compra por los precios abusivos porque el dinero no da para más, por mucho malabarismo que se haga de auténtico tiburón financiero, justito, justito para llegar a final de mes (cuando llega por más que lo estires). Vamos que una ruina total, pero hete aquí que todo lo expuesto no se si es pura invención mía, o de los medios de manipulación, perdón de información, por que barrunten lo que barrunten, en este país, hablo de España,  se vive como dios; o sea que a todo lujo. Por tanto resulta una auténtica falacia todo lo que te cuenten de que la inflación nos está haciendo la vida imposible. Y sino me creen, compruébelo ustedes mismos con el ejemplo claro de estos días  con  este súper puente, o más bien acueducto, de la Constitución y la Inmaculada, con las carreteras con atascos monumentales, las estaciones de autobuses, de trenes y aeropuertos abarrotadísimos de gente que se larga para disfrutar de las zonas turísticas. Los hoteles, casas rurales, estaciones de esquí... toditos repletos. Lo mismo que los restaurantes que hay que pedir mesas con semanas de antelación.  Y no me meto con los días venideros donde esa vorágine de consumismo compulsivo y despilfarro sin control van a ser el denominador común. ¿Crisis, dónde está la crisis?...¿Y la inflación, agarra por el cuello hasta la asfixia o es tan solo un suave mordisco? Personalmente intuyo que aquí mucha gente se toma literalmente al pie de la letra eso de “A vivir que son dos días y que salga el sol por Antequera”. Lo jodido es cuando salga y le de por calentar de forma tórrida a ver que hijo, o hija, de madre, tiene los suficientes bemoles para soportarlo si de continuo, y sin reflexión alguna, ha estado despilfarrando dinero a troche y moche. Pues eso.







Metaverso

 

La palabra metaverso actualmente está muy de actualidad. Ha invadido nuestro espacio físico y real. Lo preocupante es que ha venido para quedarse y ha empezado a poner en jaque nuestra sencilla forma de vivir de siempre: el espacio virtual que engloba  la tecnología tarde o temprano acabará por absorberla por completo. Cuando este hecho ocurra, ya podremos asistir a conciertos  virtuales, viajes, interactuar con usuarios, disfrutar, ir de compras. Prácticamente todo lo que hacemos a diario. Incluso trabajar. Desde luego que el metaverso va a resultar una auténtica revolución digital en todos los ámbitos. Pero hay un pero, porque existe un problema peliagudo o peligro si quedas enganchando de forma adictiva al metaverso.  Si esto sucede ,  podrías desdibujar la línea de lo que es la realidad y lo que es fantasía, como también deteriorar las relaciones sociales. Este contratiempo ciertamente no va a ser un hándicap porque me temo que dentro de aproximadamente diez años la mayoría de personas y  marcas, van, o vamos, a estar dentro del metaverso. Cuando este distópico sea una realidad, y los avatares dirijan nuestra propia vida, desaparecerá  ese especial momento de disfrutar en soledad la lectura de un libro editado en formato de papel que desprende ese olor tan particular y sensación hipnótica, tan característico en el. Es evidente que nos augura un futuro diferente, con un universo alternativo que no tengo duda que tratará de imitar, tal vez a la perfección, de las sensaciones, olores y demás experiencias posibles, puede que las mejore. Pero no nos engañemos porque al final todo quedará en una ilusión, una parodia del universo original y palpable, menos magnífico, menos rimbombante, pero real. A mí particularmente no me seduce para nada la idea del metaverso y sus inseparables avatares que son una metáfora del mundo real. Yo quiero y apuesto por vivir mi propia vida lo más cercana a la realidad. Me niego a que un avatar me represente y viva mi propia vida como si se tratara de un impostor valiéndose de mi identidad virtual.


 

 

Optimismo.

 

En estos tiempos tan propensos a la negatividad es necesario que permanezcan siempre las puertas de  nuestra vida abiertas  para que  a través de ellas se adentre el  optimismo y así tener la oportunidad de conservar los sueños, las ilusiones, las esperanzas… porque obviamente nunca sabremos cuando nos harán falta.  Aunque al resto del mundo no le guste, o te critique, que nada te importe.  Tú simplemente  déjate guiar por el corazón y nunca dejes  pasar una oportunidad que tú creas que podrá hacerte sentir feliz. Y también  escribe en  el alma, con la tinta de la alegría, que cada nuevo amanecer es el mejor del año. Todo es cuestión de que creas en ti y   confíes que eres  capaz de lograr todo aquello que te propones,  ya verás como así   en su momento todo puede ser posible. Si no sabes como comenzar a dar el primer paso hacia el optimismo, empieza por sonreír. Personalmente  no tengo  la menor duda acerca de que sonreír  debe ser  la premisa con que iniciemos ese reto cuyo propósito ha de ser siempre   conseguir que el mayor tiempo posible  estemos en brazos de la felicidad.




 

 

lunes, 14 de noviembre de 2022

Qatar 2022


miércoles, 2 de noviembre de 2022

PERSIGUIENDO EL ÉXITO

 

 

¿Será cierto que lograr el éxito normalmente depende en insistir?.  El polifacético artista  norteamericano Wody Allen  afirma que el 98 por ciento  del éxito se basa en insistir. La frase no resulta demasiado conmovedora ni tampoco hermosa, pero puede que transmita una gran verdad.  Con seguridad no lo se. Está claro que la perseverancia o constancia es un valor estratégico en tu busca.  La recompensa muchas veces nos llega a través del esfuerzo.  El refranero español dice “que el que la sigue la consigue”.  Es de sobra conocido  que los dichos populares resultan muy atinados la mayoría de veces,  aparte de que su finalidad es la de transmitir una enseñanza o mensaje instructivo, como también estimulante. Y en este caso resulta palmario ese estímulo.    Aunque bueno,  también puede que para poder triunfar no baste solo con insistir, sino el tener que trabajar mucho más que los demás; vamos que trabajar sin denuedo. Pero aún así no te garantiza el éxito seguro. Lo que está claro es que son premisas que comparto porque ambas conceden confianza, las cuales nos guían el camino por el que poder llegar hasta donde existe la posibilidad de  alcanzar el objetivo deseado. Pero tengamos siempre los pies en el suelo y nunca nos dejemos  impresionar por las frases triunfadoras o estimulantes  que aparecen impresas en tazas y camisetas. Frases que  nos hacen concebir la idea de  que todo es posible. Y no es así. Seguro que conocemos a más de una persona, o nosotros mismos, aplicando esas recetas motivadoras y acabar dándonos de bruces con la realidad. Por desgracia tenemos que convivir con la idea de que no todo es posible, por mucho que nos quieran hacer creer que la palabra “imposible” está inventada por personas mediocres o débiles. Con esto no estoy diciendo que no haya que batallar a muerte por lograr ver cumplidos los sueños. Quizá el triunfo igual debiera ser estudiado. Acaso la felicidad por lograrlo no radica en ver los sueños cumplidos, sino en esos momentos en que peleas con arrojo  por conseguir hacerlos realidad. Aunque la mayoría de ellos tristemente  no se cumplan. Y como viene siendo habitual quedan ahí pendientes,  puede que esperando una realidad, o simplemente aguardando su turno para  que los abosorva el olvido.






 

Lo que es de recibo reconocer que eso de “si tú quieres, puedes” viene a ser tanto como decirle a alguien que si no logra alcanzar su meta es por que no se esfuerza y esto  inevitablemente conlleva a responsabilizarle de sus problemas. Con toda probabilidad esta circunstancia genera frustración porque el esfuerzo no es esa fórmula mágica que posibilita conseguir todo aquello que te propones. Generan más posibilidades  de lograr tus metas  los propios recursos y las habilidades de cada uno.  Sobre el cómo   conseguir los objetivos deseados, actualmente esta muy de moda el  “coaching”. Para los profanos en este asunto les comento que se trata de un proceso que ayuda a las personas a alcanzar sus objetivos. Puede ser utilizado en muchos ámbitos diferentes de la vida, como puede ser el desarrollo personal, los negocios y hasta en los deportes. Según dicen los expertos en este tema  el  “coaching” es una herramienta para superar obstáculos, tanto en el terreno personal como profesional y a su vez  una forma estupenda de conseguir todo que quieras en la vida. La verdad es que cuando me empiezan a contar esa milonga de que puedes conseguir todo lo que te propongas con el método  o la estrategia de turno  me cabrea enormemente  porque parece que quieren tratarme de tonto o iluso creyéndome todas sus motivadoras soflamas. Y para nada es así, por muy preparados que  estén  en cuanto a motivar y estimular cognitivamente a las personas, sigo reafirmándome que no todo es posible por mucho que la industria de la motivación nos lo asegure.    Está claro que  la pandemia  nos afectado mentalmente de manera negativa y de alguna manera nos  está pasando factura, y claro está en este río revuelto hay oportunistas que buscan ganancias. A mi juicio,  un buen ejemplo de oportunismo resulta   ser la industria de la motivación, la cual  claramente está en auge y por esta razón   se ha convertido en un lucrativo negocio que mueve ingentes cifras de dinero. Días atrás leí que los ingresos por coaching globales ascienden a 2.875 millones de euros. Una auténtica morterada de dinero lo que se mueve alrededor este negocio  orquestado por el motivador  líder  de turno que tanto obnubila a las masas con sus atractivos discursos.    No admiten mucha discusión el que la pandemia, la incertidumbre y la necesidad de los ciudadanos en potenciar áreas particulares, lograr éxitos o el bienestar personal  están provocando un auge a nivel global del coaching. No pongo en duda de que habrá personas suficientemente preparadas en este asunto,  cuyas estimulantes peroratas ayudarán  a lograr los objetivos propuestos, pero seguro que  también habrá más de un catamañanas sin formación adecuada que se habrá lanzado al ruedo y  que,  aprovechándose de la coyuntura, estará   lucrándose  sin aportar valor alguno.  Desde luego  que toda motivación que nos llegue del exterior  siempre resultará de gran ayuda, pero de ti debe nacer la idea de que en la vida triunfa el que persevera, el que se esmera , el que persiste, el que se cae y sabe levantarse aprendiendo de sus errores y vuelve a intentarlo. Y sobre todo quien sabe que es arduo,  pero siempre estará dispuesto a luchar enconadamente hasta lograrlo.

 

 

 

 

 

 

lunes, 10 de octubre de 2022

Sin regreso


martes, 4 de octubre de 2022

REFLEXIONES DISPERSAS III

 

REFLEXIONES DISPERSAS III



No lo entiendo.

 

Vamos a ver que yo lo entienda…Resulta que en este país, hablo de  España, es obligatorio ponerse la mascarilla cuando estás  dentro de los trasportes públicos, o en los hospitales, ambulatorios  y farmacias. Cosa que en otros países no es así, dejan a las responsabilidad de los ciudadanos que se pongan o no las mascarilla. Y no entiendo la verdad el  porqué al otro lado de nuestras fronteras no es obligatorio y aquí sí. Entiendo y comprendo su obligatoriedad en el interior de  los hospitales porque allí dentro toda prevención y protección debe ser  necesaria y aséptica al cien por cien  por el bien de los enfermos por ser extremadamente vulnerables a todo tipo de infección, pero que en farmacias y transportes públicos sea obligatoria, estoy totalmente en desacuerdo. Máxime cuando no es obligatoria  en estos abarrotadísimos  macroconciertos que se organizan últimamente donde pueden concentrarse unas 20.000 personas divirtiéndose y escupiéndose los unos a los otros…¿Y lo de los campos de futbol llenos hasta la bandera, allí dentro todo quisqui fororo  gritando  y ni dios con mascarilla?...En cambio en un pacífico autobús medio vacío si que es obligatoria. Toda una aberrante contradicción, sin duda. Dice la ministra que ordena y manda en el tema de las mascarillas que las quitarán cuando los aconsejen los expertos, ¿Quiénes son esos expertos que parecen “el hombre invisible” porque nunca se los ve?  ¿Y los expertos de todos esos países más avanzados que España que han dicho que no son obligatorias, que pasa con ellos, que son más tontos e ineptos que los hispanos? Lo que sucede es que quieren que sigamos sintiendo el aliento de su autoridad soplando detrás del cogote. Verdaderamente todo estos me está creando una severa animadversión contra las autoridades españolas por esa obstinación interesada de reclamarme obediencia ciega. ¡Oye, pues no!  Porque apelar a la responsabilidad digamos que es democrático, en cambio obligar sin razones objetivas o convincentes  viene a ser más bien dictadura.








Pánico

 

“Hay momentos en que me entra auténtico pánico el pensar simplemente en que llegue al fin ese día en que los idealistas dejen de ser Quijote para hacerse cuerdos Alonsos. Entonces, sí, conseguiremos ser juiciosos, o auténticos pragmáticos que poseeremos un sin fin de “cosas materiales”, y seguro que estaremos exclusivamente al servicio del dios dinero. Pero lamentablemente habremos perdido las “ideas” y el sugerente y hermoso poder de soñar, que es la mayor de las desgracias. ¿Por qué dime tú, si desaparece en nuestra vida el deseo de soñar, qué nos queda? Soñar es sinónimo de ilusión, de esperanza…y obviamente vivir sin esperanza no es vivir. Es acaso una forma de dejar abiertas las puertas de nuestra existencia para que la invadan fácilmente todos esos individuos de mentes planas, tóxicas, negacionistas y con peligroso poder.

 

Acerca de la pobreza.

 

Tres de cada cuatro familias en España tienen problemas para llegar a fin de mes, según una encuesta de solvencia familiar  elaborada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Vamos que poco falta para que  en su totalidad  la mayoría de familias españolas se hallen en esta terrible situación. Con estos datos no es de extrañar aproximadamente unos 15 millones de personas en España estén en riesgo de pobreza. Se considera vivir en la pobreza, o ser extremadamente pobre, cuando no se dispone de los recursos materiales, culturales y económicos necesarios para satisfacer las necesidades básicas. Es evidente  que desde el inicio  de la pandemia, las condiciones de vida de ciento de miles de personas, o familias, han experimentado un revés considerable en su economía doméstica. Esta circunstancia ha ocasionado el que se viva  en una situación de carencia material severa. Y ahora con la inflación por las nubes les condena aún más a sobrevivir en el umbral de la pobreza. Porque la inflación golpea con mayor violencia a los más pobres originando su disminución de poder adquisitivo. Aunque ciertamente, y desde mi punto de vista, subjetivo por supuesto,  no veo yo que la inflación actual estés causando verdaderos estragos. Por que está claro que el proceder de la ciudadanía bastante en general no  da muestras de estar afectada de pobreza extrema, más bien todo lo contrario.    Y a las pruebas me remito.  No se si es una gran minoría selectiva, o está bastante generada entre la ciudadanía, el caso es que  la forma de vida en esta sociedad del bienestar en apariencia  da muestra de ser vivida a todo lujo. Y a las pruebas me remito  cuando siempre está en alza la demanda de asistir  a  restaurantes, espectáculos, viajes, eventos deportivos, etc. Con costes a veces elevadísimos su asistencia.  Por lo tanto esta circunstancia contrasta con  la estadística acerca de la pobreza en España  arriba reseñada y  por esta razón  podría  ser cuestionada   su credibilidad.

 

viernes, 2 de septiembre de 2022

MIRADAS LIMPIAS

Considero que no existe enfermedad más digna de compasión que la de   quien no se halla a gusto con su cuerpo. Por desgracia viene a ser una enfermedad endémica esta circunstancia. Verdaderamente   ese comentario de que la belleza es invisible y sólo se ve con los ojos del corazón, tal como aparece escrito en el libro “El Principito”, como frase queda muy cool:  muy bonita cara a la galería  afín de  aparentar ser estupendos al pronunciarla públicamente.   La realidad viene a ser otra cosa  bien distinta. Ciertamente la belleza exterior se podía catalogar como una existencia objetiva que establecen en cada momento unos cánones volubles  que muy a menudo acostumbran a mostrarse en las redes sociales, en especial Instagrán. Pienso que  la medida de la belleza no la determinan unas modas absurdas y frívolas, sino la aprobación satisfecha con los dones con que la naturaleza a dotado a nuestro cuerpo serrano. Todo depende de la mirada  de otra persona que nos elige por razones menos absurdas, como por ejemplo unas tetas pletóricas.  Lo que está claro es que siempre resultará  satisfactoria  una de esas miradas sinceras, limpias de prejuicios y complejos,  que nos acepte tal como somos, con nuestras decrepitudes y adiposidades, con nuestras huellas en la piel que dejan las decorosas arrugas, con los cómodos michelines. Miradas que nos reconfortan, nos enaltecen, que enorgullecen  nuestras flacideces,  la galopante alopecia, y ese culo fondón que se convierte en suplicio, o la la celulitis que desborda nuestros muslos; como también  toda nuestra piel que progresivamente se va agrietando por las temidas o benditas patas de gallo.  Este tipo de miradas es un bien escaso en estos tiempos actuales por culpa del influjo pernicioso de los cánones estéticos. La publicidad nos martillea con mensajes muy tóxicos; mensajes de rebeldía y hedonismo siempre juvenil: se auténtico, pero sin  arrugas, que no delaten tu decrepitud física.  Son miradas que la mayoría  están infectadas por esa avidez de perfección física, que como una epidemia contagia la obsesión rejuvenecer nuestros cuerpos. De manera estúpida olvidando que las células humanas están programadas para deteriorarse, por mucho que nos obsesionemos con alcanzar la eterna juventud a base de todos esos potingues  reparadores  que  el mercado de la estética  ofrece.  Obviamente el tema de lograr la eterna juventud viene ya desde  tiempos ancestrales.  Los antiguos griegos ya estaban obsesionados con la juventud perpetua o la vida eterna. 

 

El modus operandi de los humanos de hoy en día  es bien parecido al de   los antiguos griegos en lo referente  la inmortalidad  y la obsesión de escapar al flujo irreversible de los años. Recuerdo que meses antes de la aparición  de la pandemia patógena varios  científicos  de Silicon Valley se hallaban inmersos en la investigación de como   alcanzar  una longevidad inimaginable.  Pero llegó de improviso el Coronavirus y todo se fue al traste.  La prioridad  fue conservar la vida  no tratar de alargarla hasta el infinito. Supongo que  todos estos científicos que trabajan en la "meca de la tecnología y el "frikismo"   habrán retomado sus investigaciones y continuarán  con este complejo asunto  de hacernos más longevos, una vez que aparentemente hemos recobrado la normalidad y con ello retomamos la vida donde la dejamos. Desde luego que la pandemia nos ha hecho ver lo frágiles que somos porque  un diminuto microbio nos puso con toda   su crudeza delante de la muerte. Pero me temo que  aún así,  la obsesión por alcanzar la longevidad extrema hará    que nos olvidemos de nuestras fragilidades y así continuar   en la carrera científica por lograr ser más longevos  en el  futuro.  O al menos seguir manteniendo ese afán de conseguir ser perpetuamente jóvenes.  Para lograr este  objetivo  tenemos a nuestro alcance un sin fin  de clínicas de cirugía estética.  El cirujano plástico como una figura benéfica y salvadora, providencialmente  nos repondrá de todos los estropicios que la naturaleza y el tiempo han causado en nuestro cuerpo.  Aunque no hay que olvidar que los traumas y complejos son trastornos psíquicos cuya curación no se consigue a través del bisturí. Pero esto no importa, porque existe  una legión de personas, tanto del sexo femenino como masculino, de continuo  peregrinando hacia estas clínicas " milagrosas". Son auténticos mendigos de una juventud ficticia que prefieren convertirse en inquilinos de quirófanos antes que aceptar el veredicto ineludible de la edad que se tiene. Sobre este asunto de la cirugía plástica, me parece un hecho aberrante y cuando no delictivo por parte del cirujano, cuando las operaciones  van dirigidas contra adolescentes a quienes sus padres premian con correcciones anatómicas por haber sacado buenas  notas  en clase.  Por desgracia esto no ocurre esporádicamente, sino que va creciendo a pasos agigantados. Yo me pregunto, ¿qué código deontológico rige la actividad de esos cirujanos cuando a la ligera hunden el bisturí en una carne apenas púber?   Considero a todas luces un acto delictivo esta acción del cirujano. Un delito parecido cometen también estos padres inconscientes  a cuenta del  regalo “envenenado” que alegremente  le hacen  a su hija. Considero que tanto el cirujano por su praxis delictiva como los padres por tan abyecto proceder se merecen penas de  cárcel todos ellos. En definitiva para redimirnos de nuestras  miserias lo que realmente necesitamos es una mirada limpia, y si complejos y prejuicios,   que entiende que el cuerpo  verdaderamente hermoso es aquel que se convierte en un lugar hospitalario de los años donde convivimos con las canas, la alopecia, las arrugas, las varices, los achaques, los kilos de más y todos los signos y los surcos de la vida que nos ayudan a  que envejezcamos con la mayor dignidad posible. 

lunes, 1 de agosto de 2022

MULTIMILLONARIOS


sábado, 23 de julio de 2022

Provida


domingo, 26 de junio de 2022

Los humanos...


lunes, 20 de junio de 2022

OBESIDAD INFANTIL


Resulta que cuatro de cada diez niños españoles son obesos y un 20% de niños entre seis y nueve años sufren de sobrepeso. Son datos pero que muy preocupantes. En un futuro se le presenta al país  un problema de salud muy peliagudo de difícil solución  si  la gran mayoría de niños continúan   instalados en la indolencia, negándose a poner  el cuerpo en movimiento por estar enganchados al Smarphone o cualquier otro artilugio digital, impidiéndoles quemar grasas a fin de controlar la obesidad. Y si a su desgana de activar el cuerpo  le añadimos su abundante ingesta de comida basura, la problemática de la obesidad infantil se irá cronificando en el tiempo para mayor desgracia. Para que no termine convirtiéndose  en  un mal endémico   parece ser que el Gobierno ha tomado cartas en el asunto y acaba de anunciar   un ambicioso y estratégico plan contra la obesidad infantil. A ver si es verdad y ponen cuanto antes en marcha el susodicho plan, porque España tiene un grave problema que resolver. Y supongo que este problema  de difícil resolución afectará también a todos los  países del mundo occidental. Creo que particularmente a los países mediterráneos. Existen múltiples factores que pueden coadyuvar al sobrepeso de los menores.  Uno de ellos es el sedentarismo como ya indico arriba. Otro de gran calado,  y también nombrado, es  la ingesta de alimentos nada convenientes por su toxicidad. Ambos factores   contribuyen a que esta epidemia que azota al mundo occidental siga cronificándose configurando un perjudicial hábito de vida para el niño.

 


 
( Televisión y comida basura, combinación perfecta para cronificar la obesidad infantil)

Con referencia a la deglución de alimentos basura,  a veces se da la casualidad que es por voluntad propia su abundante ingesta, pero en cambio otras, debido a la precaria economía familiar no queda más remedio que adquirir alimentos nada saludables. Por desgracia la obesidad infantil afecta el doble a las familias de resaltada pobreza debido a una dieta deficiente por falta de  recursos económicos. Al parecer dentro de ese plan estratégico del  Gobierno para luchar contra la obesidad infantil se haya la propuesta de garantizar la oferta de comedores escolares  en  los institutos y colegios durante todas las etapas educativas.   De llevarla a cabo esta iniciativa, aseguraría menús equilibrados a los niños a fin de subsanar las dietas deficientes. También dentro del plan se contempla el fomento de las becas comedor para los niños en situación de pobreza extrema. Son necesarias, o urgentes, el que ambas iniciativas puedan realizarse porque es la forma perfecta para hacer frente a la vulnerabilidad de la infancia en riesgo de exclusión social. Por otra parte,   me resulta lamentable, y particularmente inquietante, que estén expuestos a un riesgo de salud de manera más acusada los que viven en entornos frágiles. Por que ciertamente el riesgo de salud que corren los afectados de obesidad infantil es palmaria. A edad temprana pueden sufrir enfermedades vinculadas a las personas adultas, como son: diabetes, enfermedad vascular y ciertos tipos de cáncer. Con un elevada mortalidad por este gravísimo problema de salud. Un nuevo factor  que alerta sobre como  la desigualdad social puede  seguir condicionando el desarrollo desde la misma niñez.

 

Es evidente que la indolencia activa en el  niño les genera un peso inadecuado. Porque todos conocemos sobradamente que el ejercicio físico es una  solución muy propicia para solventar esta problemática. Pero claro, siempre que el niño esté predispuesto a  practicar la actividad física y deje de lado   su preocupante “adicción” a los artilugios digitales. Desde luego que no es nada fácil, pero puede ser posible.  Recuerdo que en los   ya remotos años  de mi infancia,  rara vez se veía a un niño afectado de obesidad.  Normal: quemábamos grasas a destajo por estar todo el santo día en la calle moviéndonos de forma desenfrenada  practicando toda  aquella variedad de juegos tradicionales que por  entonces se ejercitaban. Y es que por suerte  no había cachivache digital alguno que nos condenara a la indolencia activa, como hoy en día. Por supuesto que tampoco nos atiborrábamos con la comida basura.  Aunque ciertamente tampoco es que la economía doméstica  nadara en la abundancia, pero este hándicap no   impedía el  que existiera un equilibrio nutricional que garantizara una dieta eficiente. El caso es que ahí estábamos por entonces todos y todas,  mas bien flacos, por que a base de practicar el ejercicio físico   a tope poníamos a  raya la obesidad infantil. Efectivamente que hoy son otros tiempos. Que todo evoluciona. No hay duda de que las fórmulas de ocio han cambiado con el paso de los años, y esto no ha hecho más que reducir la práctica del ejercicio físico de los niños. Los padres son conscientes sobre la importancia del ejercicio físico para la salud de sus hijos y la mayoría considera que los juegos de su infancia eran más saludables que las fórmulas de entretenimiento de los niños de hoy en día. Yo también lo considero porque  ni comparación tienen, en lo que respecta a la salud, aquellos juegos tradicionales de antes como eran:   la comba, el escondite, ell pilla-pilla, o los partidos de futbol en plena calle, etc. a los juegos digitales que   desarrollan la mayoría de  los niños en la actualidad  a través de pantallas y dispositivos tecnológicos.  Los juegos tradicionales siempre fueron saludable ejercicio físico, en cambio los digitales  acaban derivando en graves problemas de salud debido a los efectos negativos del sedentarismo.

 

martes, 17 de mayo de 2022

REFLEXIONES DISPERSAS (II)

DESCONCIERTO.

 

Me desconcierta tanto como me decepciona esta sociedad tan banal, consumista, ruidosa, siempre tan acelerada que hace que vivamos constantemente con prisa. También porque me resulta  estúpida en general y muy influida por las modas, las apariencias y el qué dirán. Una sociedad como digo ruidosa, donde siempre está cacareando aquel que nada interesante tiene que expresar; en cambio el sabio se calla. Resulta triste el que vivamos en un tiempo donde la gente suelta de ipso facto y sin filtro alguno lo que se le ocurre. Sin importar para nada el  caiga quien caiga y duela a quien le duela. De ello dan fe las redes sociales. La falta de respeto y de educación en las redes sociales es pavorosa. Son como una letrina donde corren por sus desagües infinidad  de excrementos verbales.  Por tanto, más que redes sociales yo las   catalogaría  como “redes fecales”.  Y por cierto a todos esos  ensordecedores charlatanes que tienen mucha labia, pero que resulta intranscendente, y cuando no cretina,   les rogaría que hicieran el mayor caso  posible  a ese proverbio árabe que dice: “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, cállate.”. De ser así,    la sociedad en general se lo agradecería por que tendría mayor disposición a   deleitarse con la belleza  del silencio.

 




CAOS.

 

Pandemias, guerra,  genocidios, crisis emigratorias, inflación por las  nubes, brecha de la desigualdad cada vez más amplia, pobreza extrema,  hambrunas, cambio climático que literalmente nos tiene acojonados, violencia a manos llenas, vandalismo incontrolado, espías por doquier hackeando móviles….Un verdadero espectáculo de horrores  engendrados por una distopía emergente y cuyo desenlace final aparenta ser apocalíptico. Luego dan rienda suelta a su verborrea  los  iluminados, o los optimistas de turno, para aconsejarnos que  hay que  ver la vida desde una perspectiva  alegre, ser siempre positivos, ¡Y una mierda! (Perdón por la expresión escatología) La única forma de ser un optimista feliz hoy en día, tal como está el panorama social o geopolítico, es  seguir a rajatabla el consejo de: “ojos que no ven, corazón de piedra”.  Y que salga el sol por Antequera. De no ser así, te ves obligado a ser un  pesimista  irreversible que se cisca  en todo lo que se menea al contemplar con rabia o impotencia    este aterrador espectáculo a nivel global que tenemos ante nuestros ojos y  que parece   un autentico   campo de minas. Pero…¿en que leches nos hemos convertido o que asqueroso mundo hemos creado?. Sencillamente nos hemos convertido en unos   sujetos  peligrosamente desquiciados   que hemos venido a este mundo con el propósito  de destruirlo  y dejarlo como un solar.  Y en ello estamos. No se si como condena, o como penitencia,  ¡vete tú a saber!, el caso es que  la especie humana  lleva  en  sus genes  esa condición destructora y perversa profundamente arraigadas.





 

VIVIENDO DEPRISA.

 

Tempus fugit es una locución latina que se refiere a la velocidad en que transcurre el tiempo. Literalmente se podía definir que el tiempo escapa, o vuela. Muy acorde con esta época en que vivimos de continuo en el cortoplacismo, la inmediatez, razón por lo que todo transcurre a velocidad de crucero. Y con la misma velocidad del tiempo, la vida transcurre dentro de un mundo donde cada día hay más pobreza, más despotismo, más parásitos del estado, más canallas ejerciendo todo tipo de violencia, tanto mental como física, contra sus semejantes. Y más muertos por la maldita plaga, o por la guerra de invasión llevada a cabo en Ucrania por ese egolatra genocida hijo de la "Gran Putin". Sin olvidarnos de los muertos en Palestina, por culpa de la ocupación del ejercito sionista de Israel. Y más desilusionados y desesperanzados porque nos dijeron que de la pandemia saldríamos mejores y es pura falacia porque somos igual de egoístas y faltos de empatía como antes de la crisis sanitaria, o más si cabe. Además de que todavía quedan muchas heridas sin cicatrizar de esta pandemia. Aún así y a pesar de todo aquí seguimos: reafirmándonos en que vivir es una experiencia única e irrepetible. ¿Felices?. A ratos lo somos; otros en cambio con la tristeza muy presente. Todo depende de las circunstancias, si nos son propicias, o todo lo contrario para que la balanza se incline de uno u otro lado. Normal que así sea porque las penas y las alegrías caracterizan el rasgo existencial de los humanos. Lo que está claro es que la asfixia política, el aplastamiento económico, la crueldad de los poderosos, la estupidez de la vida oficial no debe hundirnos en los profundos abismos de la depresión. Siempre hemos de tratar de encontrar la necesaria dosis de ilusión y esperanza con el fin de prepararnos cada uno de nosotros para agarrarnos con firmeza a nuestra propia vida, con sus sueños incluidos, y no permitir que ninguna ideología, ninguna intolerancia, racismo o estupidez oficial pueda arrebatarla. Nunca rendirse porque la única lucha que se pierde es aquella que se abandona. Recordar también que nacemos desnudos y a bien seguro que así nos iremos de este mundo. Siempre he creído que la única fortuna que en realidad poseemos es el tiempo que nos queda. Por otra parte, la riqueza material es siempre relativa y nunca dejará de haber alguien más pobre que el menos rico. Pero también hay pobres que son felices, porque la riqueza o la pobreza no radican en valores materiales únicamente. Hay valores intrínsecos despojados de todo materialismo que pueden hacerte plenamente feliz. Solo es cuestión de descubrirlos y disfrutarlos en su plenitud. Y por supuesto que también hay pobres que odian a los ricos porque los culpan a ellos de que son quienes les roban la alegría. Supongo que sus razones tendrán para culpabilizarlos, pero aún así, esta actitud de odio según mi criterio no deja de ser resentimiento. Ojala que en cada nuevo amanecer todos estuviéramos cada vez más alejados del odio, del resentimiento, de la envidia, de la crueldad... Y más firmes en nuestras convicciones que es una forma de ser, y sentirse, más libres y más próximos a lo que se conoce como felicidad.


martes, 3 de mayo de 2022

CAÍDOS EN DESGRACIA

 A raíz de  la condena de dos años y medio de cárcel impuesta al   ex tenista alemán Boris Becker, ganador de seis Gran Sland,  por haber ocultado tres millones de euros al Fisco británico, me ha dado por   pensar acerca del  comportamiento de todos esos ídolos de masas: famosos  deportistas que una vez finalizadas sus carreras profesionales, a cuenta de llevar una vida bastante caótica  han acabado en el sumidero  del desdoro y la ignominia.  La verdad es que uno no puede evitar sentir cierta  lástima por este tipo de personas   que han sido ídolos de masas y acaban de esta forma tan deplorable.  Boris Becker durante toda su vida ha tomado no muy buenas decisiones, tanto profesionales como sentimentales, por tanto  de aquellos polvos han venido estos lodos. Ahora recluido,  a ver si aprende la lección y encarrila  su vida.  Aunque dudo mucho si podrá rehabilitarse o no dentro de esa prisión inglesa donde ya ha comenzado a purgar su condena penal. Por cierto, Wandsworth la prisión donde se encuentra  encerrado, es una de las cárceles más duras violentas y temidas de Inglaterra. El sobrevivir a diario dentro de la hostilidad y violencia  de estos muros, seguro que le supondrá un ejercicio diario  de resistencia al límite. Otra persona  que también  ha salido a la palestra en los medios de comunicación hace poco,  también por haber caído en desgracia tras su retirada como deportista profesional,  es el  ex boxeador Poli Díaz Arévalo,   popularmente conocido como “El potro de Vallecas”.   Un púgil que ganó una auténtica fortuna enfrentándose a los mejores boxeadores del mundo, pero que no pudo evitar caer en el pozo de los excesos. Tras su retirada,     ha sido un verdadero   infierno su existencia y una recaída constante de problemas con la justicia.  Acaba  de salir hace pocos días  una sentencia  que  le condena  a estar preso en el talego durante  dos años    por  maltrato habitual a su pareja y lesiones en el ámbito familiar.   Me parece increíble que  este par individuos de los que estoy hablando, uno fraudulento y el otro maltratador,    tuvieran en su momento de gloria una legión de fans que  los admiraban, cuando sus vidas  han acabado yéndose   por el sumidero del infierno. ¿Qué ejemplo pueden dar a futuras generaciones de deportistas  con el  final tan  triste y  penoso  que muestran sus carreras profesionales?



Por desgracia  muchos de nosotros hemos sido testigos de multitud de personajes famosos que han terminado sus vidas en condiciones parecidas a la de estos dos sujetos, muchas veces  por no haber podido, o no haber  sabido,  batallar contra sus mentes. Si  la fama, el dinero y  la presión mediática  son  muy complicados o difíciles de digerir para una persona, por mucho estatus o reconocimiento que albergue su nombre y su apellido, el que te  sientas un “don nadie” tras una vida jalonada por el éxito y la abundancia  más que  difícil puede resultar traumática.  La vida de un deportista gira en torno a su actividad que de repente desaparece y entonces cuestiona el sentido de su vida, y se refuerza el sentimiento de que ya no tiene nada que aportar a la sociedad. Según tengo entendido,  el sentimiento que más relatan los deportistas retirados es el vacío. Cuando se da esta circunstancia de vacío interior, la mente juega un papel determinante. Si se ve  capaz  de poder  hacer frente a ese  vacío  ,  o por el contrario se manifiesta débil y  por ello verte superado por la adversidad. Una circunstancia negativa que  hará que  que acabes en una espiral de autodestrucción física y descenso a los infiernos.    Por otra parte, existen también  muchos casos de famosos  que pasan de ser ricos a estar involucrados en conflictos judiciales y otro tipo de enredos que les llevan a perder todo su dinero. El saber administrar  con acierto esas fortunas  cuando se  ha estado nadando en la abundancia,  es la mejor forma de inmunizarse contra la bancarrota. Pero está claro que el despilfarro  incontrolable  del dinero acumulado, es la  forma  perfecta para acabar arruinado. Por tanto no es de extrañar que aparezcan a menudo en los medios de comunicación noticias sobre ex deportistas de vida caótica y dilapidadora que acaban teniendo graves problemas con el Fisco.

Hay otros casos más penosos con relación a deportistas famosos  ya retirados y  que ha acabado en auténtico drama  su vida porque han sido incapaces de digerir el final de sus carreras.  Varios de ellos  se han suicidado;  otros en cambio viviendo en la más absoluta indigencia. Seguro que a la memoria nos vendrá ahora el nombre  de alguna de estas desdichadas personas, entre ellas varios deportistas españoles  de alta competición que tocaron con sus dedos la gloria del  triunfo  y  que por un mal golpe de la vida    todo se les fue al traste.  Cuando  ocurre tan terrible un drama, como el suicidio, me pregunto  ¿dónde están las instituciones públicas o políticas que animan o apoyan a los deportistas, y que se aprovechan de sus triunfos haciéndoles como propios para sus intereses?.  O  ¿dónde están todos aquellos que aplauden y jalean al ídolo una vez que ya no se escuchan himnos, las luces se apagan y termina la fiesta del patriotismo?  Nadie responde. Nadie aparece. La única constancia que queda es la crueldad con la que esta sociedad trata a sus ídolos cuando abandonan el podio y dejan de ser rutilantes estrellas a los que los aficionados pedían autógrafos y hacerse un  "selfie".  Una vez que esta sociedad los relega a la indiferencia y al olvido, seguimos necesitamos nuevos ídolos, y los buscamos donde  haga falta sin importarnos lo más mínimo su futuro cuando terminen su carrera profesional y sientan la angustiosa  problemática del vacío o la pérdida de su identidad tal como los psicólogos indican.

 

viernes, 22 de abril de 2022

Que sería....


jueves, 7 de abril de 2022

MUJERES Y PACIFISMO

 

 

En el año 2014 el ex presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, afirmó  que si hubiera más mujeres  al mando, habría menos guerras. Lamentablemente no es así porque al parecer sólo un 6 por ciento de países tienen a una mujer como jefe de Estado y a apenas un siete por ciento presidiendo el Gobierno. En total, de los 193 países que forman parte de la ONU tan sólo 22 mujeres ocupan una de las dos funciones anteriormente citadas. Esta circunstancia deja bien a las claras la discriminación que existe a día de hoy hacia la mujer dentro de las  estructuras políticas  con referencia  a   la gobernabilidad de un determinado país.  A mi personalmente me   resulta preocupante que la mujer tenga   ese reducido papel principal  en el   lugar de mando  porque estoy convencido  que las mujeres implementan más políticas para la paz que los hombres en sus mandatos. Seguro que buscarían más soluciones pacíficas; no como los hombres que tienen tendencia a buscar soluciones la mayoría de veces agresivas. No tengo duda de que en el supuesto de que hubieran sido dos mujeres en la mesa de negociación entre Ucrania y Rusia las cosas cambiarían porque ellas tienen otra postura que nace de la vida: tienen ese instinto de protegerla. Supongo que el hecho de concebir vida dentro de su cuerpo hace que la valoren y la salvaguarden más que los hombres.  En mi opinión, subjetiva por supuesto,  yo creo que las mujeres nunca han querido las guerras. Saben perfectamente cuales son los desastres de las guerras porque son siempre ellas las que han tirado del carro con las catástrofes, el exilio, con los maridos y los hijos muertos. Pero  lo triste de esta situación  es que a pesar de que  no quieran los conflictos armados, como tampoco  los provoquen,  son ellas las que más sufren las consecuencias de las guerras a cuenta de la violencia sexual que se practica con frecuencia de manera sistemática y exhaustiva. Una  latente   violencia que se alimenta del desprecio hacia la mujer, hacia su cuerpo que debe ser servil , en la paz y en la guerra. Esta execrable  violencia sexual se ha utilizado desde hace siglos como arma de guerra, pero que apenas recientemente está reconocida como un crimen contra la humanidad.

 



Volviendo al asunto que encabeza este escrito, estoy totalmente de acuerdo con  el comentario  del ex presidente norteamericano  Barak Obama porque a mi juicio, si   muchos países fueran gobernados por mujeres, las féminas  al carecer de testosterona, estoy  plenamente  convencido que  la humanidad viviría con mayor asiduidad   en convivencia pacífica; pero como sucede todo lo contrario, que son los hombres los que en mayoría presiden los gobiernos,    este hecho hace  que  su beligerante testosterona sea mostrada al exterior  con mucha frecuencia. Para  así  darse palmadas en el pecho diciéndose “aquí estoy yo que soy el más macho, el que más puede y el que más capacidad tiene para destruir y matar”. El hijo de Putin es un claro ejemplo porque  aparenta ser  un gorila macho con su testosterona en continua ebullición agresiva    y que desde  su selva particular, instalada en el Kremlin, se  está dando contundes y amenazantes   palmadas en el pecho afín   de mostrar al mundo  su capacidad demoledora y asesina. Y ya que aludo al gorila, en el fondo no dejamos de ser unos simios que  hemos crecido en inteligencia mucho más  que nuestros ancestros los primates. Pero nuestra inteligente evolución  a día de hoy resulta muy perniciosa porque esa inteligencia, que se supone debiera ser para que nuestro modo vivir resultara  más pacífico y con ello más reconfortable,  la estamos utilizando de manera equívoca para así  hacer más daño. Este erróneo "modus operandi"  ocasiona mucha intranquilidad y un miedo atroz. Resulta muy  triste  el que hayamos evolucionado muchísimo en inteligencia,  la cual nos ha servido para  crear   la ciencia,  la tecnología, la investigación, la literatura…y de todo ello nos estamos valiendo para modernizar   el armamento bélico con la finalidad de de que tenga mayor precisión y así  alcanzar con mayor probabilidad   los  pretendidos objetivos de destrucción y muerte.     Por ese continuado  enaltecimiento que hacemos  a la muerte, de manera palmaria estamos despreciando  a la vida. La industria armamentística, impulsada por la innovación constante, ha desarrollado armas cada vez más destructivas. El uso de la tecnología avanzada, es hoy en día el núcleo del desarrollo de los sistemas armamentístico. Un claro ejemplo de ello son los drones. Artilugios elaborados con material al cien por cien  tecnológico   y  que se manejan desde  control remoto, permitiendo establecer una distancia cada vez mayor entre las personas que matan y aquellos que mueren y así  limitar el riesgo de empatía por parte del agresor. Por otra parte, tengo entendido que  en la antigüedad las guerras, según consta en los anales de la Historia,  se hacían a pedradas,  con flechas y arco, o con rudimentario armamento balístico,  en cambio que aterradora  diferencia  existe hoy en día a la hora de combatir en la guerras porque  están muy presentes las bombas atómicas que resultan ser  auténticas armas de destrucción masiva y es ahí donde radica el problema peliagudo. El miedo y temor  que representan todas esas  armas nucleares que los señores de la guerra tienen almacenadas en sus arsenales son como  espada de Damocles que de continuo cuelga sobre nuestras cabezas .  Por tanto tal como he dicho al principio, la ausencia de testosterona podía ser  lo única solución  que puede salvar a la espacie humana del peligro de  su autodestrucción. Pero me temo que no va a ser así. Para nuestra desgracia, seguirá imperando ese machismo tóxico y agresivo que acapara casi la totalidad de los gobiernos de los diferentes países del mundo. Por ende,  esa necesidad imperiosa de que se apueste por la paz en detrimento de la guerra seguirá brillando por su ausencia porque el porcentaje paupérrimo de mujeres llevando las riendas del país seguirá manteniéndose como hasta ahora. 

miércoles, 16 de marzo de 2022

A veces...


domingo, 6 de marzo de 2022

¿GUERRA?,NO GRACIAS



Está claro que por una u otra razón parece ser  que las circunstancias, palmariamente nada favorables, se empeñan en que vivamos inmersos de continuo en una angustiosa pesadilla. Primero fue el maldito Coronavirus que matando a discreción se llevó la vida por delante a millones de personas (todavía las sigue llevando, pero  eso sí, ya  lo hace moderadamente. Se ve que las vacunas, aunque no fueran la panacea deseada,  han hecho su misión). Y bien, aún convalecientes de está peste vírica, porque la herida de la pandemia todavía como ya indico no se ha curado , a fin de seguir viviendo envueltos en nuestra  particular congoja, ha tomado un infame protagonismo esta especie de “Macho Alfa” con ansias imperialistas  como es el  mandatario ruso Vladimir Putin para hacer añicos la convivencia pacífica en  Europa: con nocturnidad y alevosía este psicópata ha  invadido y bombardeado el territorio de Ucrania. Esto supone que el viejo continente se encuentre a día de hoy  inmerso en un conflicto bélico, que pudiera ser a gran escala y de larga duración, y por supuesto con un alto riesgo de probabilidad de muerte para la población civil debido al armamento atómico que varios países, que son potencia nuclear, guardan en sus arsenales. Vamos que si estos señores de la guerra  pierden el oremus  y  les da por usar parte de ese arsenal, las millones de  muertes que hasta ahora ha causado el Covid-19  iba a resultar “peccata minuta” en comparación con las que podría  originar  el armamento nuclear. Porque ya  sabemos, más o menos, como comienzan las guerras, pero  desconocemos como puede ser su cruel desarrollo y sobre todo su incierto final. ¿Os recuerda algo  Hiroshima y Nahasaki? ¿Qué exagero?. Yo no me fío ni un pelo de todos estos países que tienen en su poder la bomba atómica. Además, mucho cuidado con los norteamericanos y los rusos porque  yo creo que se la tienen jurada desde el siglo pasado a cuenta de  “su Guerra Fría”. Y cualquier escusa es buena para que empiece con su “personal  conflicto bélico”, y una vez  de liarla parda, y sin vuelta atrás,   involucrar a todo el mundo. Y el pifostio que  pueden armar será de tal calibre que  puede prepararse la tercera guerra mundial, con consecuencias dramáticas. Un suicidio colectivo, sin duda.  Solo es cuestión de que entre la OTAN en acción porque no le quede más alternativa en el caso de que este   psicópata le da por atacar cualquier país que pertenezca a esta alianza militar.. De ser así, a ponerse a rezar todo quisqui, porque esa distopía que habla de la autodestrucción de la especie humana puede ser una realidad.   Y sino a tiempo. Pero lo que resulta indignante es que todos esos  jerifaltes, tanto  políticos como militares, que no sufren hambrunas ni bombardeos,  que están ubicados en lujosos palacios y que   proyectan las guerras sentados en cómodos sillones no son quienes se matan entre sí en los conflictos bélicos.. Por desgracia los muertos acostumbra a  ponerlos el   pueblo llano sometido a esta chusma beligerante. La Historia dice que  desde siglos  llevan haciendo este macabro  servicio  los parias  y no veo en este momento indicio alguno que  haga cambiar el rumbo de  la Historia. Van derechos al matadero obligados por cualquier  "canalla hijo de Putin" ,  todos esos   jóvenes que no se conocen ni se odian pero que se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan tal como dijera en su día el célebre fotógrafo norteamericano Erich Hartman.



Pasan los días y este tirano ruso, frío y calculador, rodeado de sus lacayos sigue con su demencial escalada matando a civiles indefensos y destruyendo zonas residenciales e infraestructuras, sin que resulte fácil imaginar sanciones económicas capaces de hacerle parar. Por lo que se ve las sanciones económicas impuestas a Rusia por parte de la Comunidad Internacional   por ahora  parece no afectarle demasiado, razón por la cual  prosigue con los bombardeos contra la población civil  de Ucrania, cometiendo una fragante genocidio.  A veces pienso que  lo único que tal vez  podría hacer que este tirano detuviera la barbarie, son  las movilizaciones masivas de los ciudadanos rusos protestando por la   insufrible la situación de escasez que padezcan próximamente  y en especial que se volviera en contra de él  la  oligarquía de empresarios  rusos a fin de evitar la debacle económica total.  Es la única esperanza que nos queda  para que  pueda darse por  finalizada esta guerra desatada por un autócrata cegado por sueños de expansionismo imperialista, cuya   ofensiva militar constituye una agresión directa a las democracias occidentales y a los pilares que la fundamentan: entre ellos la libertad, los derechos humanos y civiles, el pluralismo y la diversidad. Esta   guerra que a día de hoy está devastando Ucrania, como la que tiempo atrás arrasó Siria y otros tantos conflictos bélicos  larvados que existen  actualmente, no dejan de ser un fracaso más del hombre. Para que no se repitan una y otra vez tanto fracaso seria conveniente educar a nuestro hijos para la paz porque resulta determinante. Así podrán ser capaces de resolver sus diferencias mediante la palabra, sin necesidad de recurrir a la violencia.  La violencia no genera nada positivo, además todo lo vinculado a la guerra hace que no exista el futuro. Desde luego que todas las guerras son vergonzosas porque desvelan íntegramente las miserias del género humano; además de ser un palmario negocio cuyo único fin es el  crecer económicamente  a costa del sacrificio, las penurias y las muertes de los demás.   Como colofón quiero dejar una cosa bien clara y es que  ni el letal Coronavirus matando a discreción,  ni este criminal autócrata de Putin por mucha violencia y muerte que genere a su paso,  no me van a hacer renunciar a la idea de que vivir  sin miedo y en convivencia pacífica con el resto de  la humanidad es y será siempre una experiencia única e irrepetible.