martes, 7 de mayo de 2024

BASURERO MUNDIAL


 

No hace mucho que me enteré que el  desierto  más seco del mundo como es de Atacama, situado al norte de Chile, lo han convertido en un gigantesco basurero de ropa sin usar y sin vender.  “El basurero del mundo” lo catalogan por el hecho de que   en este espacio natural se acumulan más de quinientas hectáreas de montañas con toneladas de prendas de vestir  y calzado de todo tipo proveniente de Europa  los Estados Unidos y Asia.  Todas esas montañas de ropa son el símbolo de la desigualdad y de cómo el desmesurado consumismo contamina el planeta. Tal  como indico arriba, muchas de las  prendas  arrojadas al basurero están sin estrenar porque aún llevan su etiqueta de fabricación. Desgraciadamente todo este despropósito lo causa la industria  de la moda   con el fin de lanzar unas nuevas prendas de vestir cada temporada. Así de esta  forma  incitar a la gente a que siga consumiendo desmesuradamente por imposición.  Un consumismo que tiene sus efectos dañinos con el medio ambiente por su alto grado de contaminación. Según la ONU, la industria de la moda representan del 8% al 10% de las emisiones de carbono del mundo. Aquí el gran problema es que la ropa no es un material biodegradable y tiene productos químicos. Puede tardar alrededor de 200 años en biodegradarse y en todo este tiempo sigue contaminando, porque este tipo de basura puede resultar tan tóxica como los neumáticos desechables o los materiales plásticos. No hay que ser muy inteligente para saber que toda esa montaña de ropa da igual que siga manteniéndose al aire libre o en su defecto enterrarla, emponzoña lo mismo al medio ambiente y libera contaminantes a las corrientes de agua subterránea.







Resulta un axioma  el que la industria textil  a día de hoy tiene mucha culpa  de la problemática del cambio climático porque  genera un elevado tanto por ciento   de los gases  de efecto invernadero que hay sobre la capa de ozono. Y lo preocupante es que exponencialmente sigue creciendo y con ello continuar sumando cifras devastadoras sobre su inmenso impacto ambiental. La moda constantemente se está reactivando y esta circunstancia hace que continúen llegando toneladas de ropa usada o sin vender al desierto de Atacama y con ello  seguir manteniendo vigente este paisaje del consumismo, el cual al resultar tan gigantesco se hace visible desde el espacio.  . Aparte de la palmaría contaminación que produce tanto la industria de la confección como el polémico basurero, está el saqueo de los recursos naturales, como es el despilfarro del agua. Otro estudio llevado a cabo por la ONU en 2019 la producción de ropa en el mundo se duplicó entre 2000 y 2014, lo que ha dejado en evidencia que se trata de una industria “responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global. Un bien tan necesario como el agua que se despilfarre de esta forma porque la industria de la moda lo requiere por intereses lucrativos, me resulta execrable.  Es evidente que  la industria de la  moda por su forma de actuar, lo de la problemática existente a nivel global sobre la escasez del agua le trae bastante  al pairo.  Por encima de la sequía que sufre el planeta,  predomina su interés lucrativo.   Y ya no es solo la falta de concienciación con el medio ambiente, y el esquilmar desenfrenadamente los recursos naturales, también hay que reseñar  que  la industria textil en cuanto al   cumplimiento  con  los derechos laborales de sus trabajadores queda en entredicho, por  causa de la sobre explotación con que somete a sus empleados,  a  los cuales paga sueldos irrisorios, las denuncias de empleo infantil y condiciones deplorables para producir en serie.  Terrorífica es la conclusión   que uno puede llegar si le dar por  analizar  fríamente y con detenimiento toda la miseria humana que hay detrás de  este  basurero mundial ubicado en el desierto chileno de Atacama, el cual  resulta ser el  más árido del mundo y que debido a tanta contaminación su ecosistema se encuentra en una estado  muy frágil. 



En realidad  valoramos muy poco la Naturaleza y por esta razón terminaremos por cargárnosla lo más pronto que tarde, y todo  por  culpa de nuestra irresponsabilidad y también  por abusar del  consumismo comercial. Porque continuamos comprando de manera compulsiva e irracional sin pensar en las consecuencias que esto acarrea a posteriori. Como tampoco pensamos donde van a parar todos los deshechos. Porque el algún sitio necesariamente   deben ir a parar. ¿ Pero a dónde? Ese es  el quid de la cuestión: ¿Dónde?  Por desgracia  los parajes naturales acostumbramos a convertirlos en ingentes  basureros donde depositamos    todos los contaminantes deshechos  que genera el capitalismo salvaje. Doy por sentado de    que  no somos  muy conscientes de sus catastróficas consecuencias, de serlo no creo que nos excediéramos  actuando de tan perniciosa manera.   Lo que está claro es que nos escandalizamos, o nos  indignamos a rabiar,  con lo que está ocurriendo en el   desierto de Atacama,  pero no dejamos de consumir a lo loco. De gastarnos un dineral para  comprar el último modelito fashion o los últimos zapatos de diseño. Vivimos en una contradicción permanente muy peligrosa. Razón por la cual nunca podremos evitar  que se generen esos vergonzosos y clandestinos basureros  ubicados en distintas partes del planeta. Me temo   que mientras nuestra insaciable sociedad construya su base de prosperidad sobre el saqueo de los recursos naturales y el despilfarro, mientras continúe fabricando más de lo que pueda consumir, para luego tirarlo, muchos  sin haberlo utilizado si quiera, va directa al abismo. Y no tardando mucho. Por lo cual, no podemos mantenernos indiferentes ante hecho tan punibles como éste, se hace necesario actuar.