jueves, 23 de noviembre de 2017

 
BALADA PARA SABINA
(Joaquín, por supuesto)
 
 
 
 
 
Antes de que la luna
nos cierre sus burdeles
y sobre la tarima de mi cuerpo
ensayen su danza las rameras
al compás de un sexo sostenido
déjame corazón que te improvise
al oído el orgasmo de un bolero
luego me marcharé deprisa,
igual que se fuga la lluvia
cuando resbala por tu espalda.
 
Aunque ya da lo mismo,…
¿qué puede pasar
si te encuentra el amanecer
sudando en mi cama,
o bebiéndote el trago de la  despedida,
ese que nos deja con la resaca
del nunca más volver?
 
Antes de que en tu carne
desnuda madure la manzana
que con arte nos invite a pecar,
no me vendas a precio saldo
el hambre que hoy tengo de ti
lo pagarán en aranceles de besos
que roben a unos labios de hiel,
ni me prometas llevarme al paraíso
en la suite principal del infierno
si sabes que no vas a cumplir.
 
 Aunque ya da lo mismo....
 
Antes de que se oiga tu voz
de gata en celo y me preguntes
yo para ser feliz  qué necesito,
te contestaré lo que siempre me evitas,
morir por tu cuerpo y no resucitar
hasta después  del siglo veintiuno; así
que deja ya de tocarme los cojones
con tanta insinuación, cuando  sabes
que en el inventario de tu vida carnal
soy un don nadie multiplicado por cero.
 
Aunque ya da lo mismo…
 
Antes de que  en la piel
se nos quede tatuada con saliva
la cicatriz de un sueño de vino y rosas,
te convocaré a mi funeral
para que tú, sin marido y sin amante,
enviudes mañana de prestado.
Ya no quiero que me escribas
y me cuentes que cada tarde llegas
con retraso al anden del corazón
y el tren del amor de noche se te escapa.
 
Aunque ya da lo mismo,…
 

martes, 14 de noviembre de 2017

CORTINA DE HUMO

Resulta que  Puigdemont y compañía  con sus ínfulas mesiánicas se creyeron haber venido  a la tierra para cumplir una misión divina,  la cual no era otra que abducir a la masa con arengas y proclamas secesionistas y  prometiéndoles vivir en la arcadia feliz. Mariano Rajoy y su séquito de constitucionalistas   estaban obcecados en cortar por lo sano  con todos los medios   autoritarios y constitucionales   que tuvieron  a  su disposición,  las propósitos  de la parte separatista,  la cual  de forma ilegítima, tal como  nos lo vendían, estaban    dispuestos  a  declarar unilateralmente  la   República de Cataluña.  La que por cierto, a mi juicio al no tener  reconocimiento internacional   hacía agua por todas partes.  Aunque bueno, tal como dice el refrán: "de ilusiones también se vive". El caso es que  la consumación del esperpéntico disparate se hizo realidad. Y a raíz  de esta osadía por parte de los consellers secesionistas,    el Gobierno de Mariano Rajoy y su séquito de constitucionalistas a todos estos "rebeldes" del Parlament les aplicó  el consabido y  polémico   artículo    155   y ya conocéis de sobra las consecuencias: imposición de unas elecciones ya cantadas, multas, cárcel para los cabecillas separatistas, fuga y exilio de opereta, etc. En definitiva, que la mayoría    los ex consellers de la Generalitat  implicados en el esperpéntico dislate secesionista se han tenido que plegar   a lo que ordena y manda el artículo de marras y  que no es otra cosa que una bajada de pantalones con el fin de salir lo más indemnes posible.   Algunos de los que la liaron parda  aquel fatídico 1 de octubre y puso al populacho como carne de cañón en los colegios electorales  para que recibieran porrazos a mansalva por parte de la chusma armada(ellos escaparon sin moratón alguno)  se han largado para Bruselas. Como se ve han sido de los primeros en abandonar la quimera catalana.   Por cierto, también    para glorificar tan  conflictiva circunstancia,    se  ondearon esteladas y banderas  y se desenterraban algunos temidos  y casposos cadáveres infectos de resentimiento y hedor  patrio, todos ellos cubiertos en un sudario rojo y gualda.  Pues bien, mientras todo este   sucedía y  los implicados en esta disputa secesionistas,   en vez de   solucionar el conflicto  a través  del diálogo y la negociación lo agravaban  más con el “yo la tengo más larga” porque he tomado la calle con más banderas y más pancartas que tú,  iban creando una espesa  cortina de humo que no dejaba ver la triste realidad que vive esta “España mía, esta España nuestra” tal como en su día cantó la malograda cantautora madrileña Evangelina Sobredo Galanes (Cecilia).  Creo que no hay que ser muy espabilado para saber que  el pifostio que han montado en Cataluña tanto un bando como el otro,    tal como indico, es una cortina de humo que no está dejando ver los graves problemas que actualmente sufre nuestro país. Mientras que siga este conflicto, y me temo que va para largo porque      esta virulenta espiral secesionista,  enquistada desde hace siglos en la Historia de España,  no van a conseguir pararla ni con   el 21-D., porque el sueño independentista nunca se va a extinguir, puede que temporalmente se aletargue, pero volverá a despertar para continuar siendo la pesadilla del Gobierno de turno. Bueno, como iba diciendo, mientras siga de actualidad, hasta lo indecible    los medios de comunicación continuarán llenando páginas y más páginas sobre el cansino asunto de los independentistas  y por tal razón  se olvidarán  de la grave problemática social  que padece de forma generalizada los españolitos de a pie. Como es por ejemplo el que casi 13 millones de personas en este país se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión social. Esto equivale a que el 28 por ciento de su población se encuentre en tan dramática situación. Son datos recogidos a través de un informe de la Red Europea de lucha contra la pobreza. Este organismo resalta que el porcentaje de pobreza en España es uno de los más altos de Europa. Ya ven, somos los primeros en tan lamentable problemática y los políticos siguen más preocupamos  en continuar enzarzados en la contienda  separatista catalana que en buscar soluciones que reviertan esta lamentable y triste situación.  Y eso de que  se jactan en vociferar que la economía española se ha ido recuperando progresivamente después de todos los reveses que ha tenido que soportar durante  estos últimos años    a cuenta de la crisis global. Puede que sea cierto  que se haya recuperado la macroeconomía, de la cual se beneficia las grandes empresas o la banca, y con ello mejora el PIB, en cambio para nada la situación de pobreza se ha visto mejorada. Ha aumentando para toda la población española en su conjunto. Una pobreza severa que en infinidad de ocasiones conlleva a que en algunos hogares  no puedan coger ni una triste semana de vacaciones; o no puedan hacer   frente a las facturas domesticas: agua, luz, gas, etc.
 
 
 
 
 
 
¡Qué tristeza ver como los medios de comunicación se han olvidado de los verdaderos dramas de la triste realidad cotidiana de nuestro país! Parece que la única información que les interesa  darnos es todo cuanto esté relacionado con el procés catalán. Se ha creado una especie de  sinergia en la que aparentemente  nuestras anodinas existencias dependieran de estar plenamente informadas de todo cuanto sucede alrededor de  este conflictivo tema. Si hasta se han olvidado del nauseabundo asunto de la corrupción institucionalizada y de todos esos delincuentes que han metido mano a la caja del erario público. ¿Alguien ha vuelto  leer alguna información de interés acerca del ínclito Urdangarin  tras ese paripé de juicio que se le hizo y en el que supuestamente se le condenó a prisión? Pues bien,  se largó para Suiza y ahí os quedáis pringaos. Y por el país helvético continua “missing”. Viviendo a cuerpo de rey, que para eso es cuñadísimo,  o yernísimo. Faltaría más. ¿Y del corrupto y facineroso mayor del reino, Rodrigo Rato?  Este sujeto también  sigue campando a sus anchas dándose la vida padre con todo el dinero público que ha afanado. Ya ven que este par de  golfos continúan   sin pisar la trena,  por el hecho de que “algo huele ha podrido en Dinamarca”, con referencia el sistema jurídico de este país. En cambio, como todos bien sabéis a los líderes del procés  catalán  los jueces  les faltó tiempo para enchironarlo por sus actos de agitación y  rebeldía, según nos lo cuentan claro está. Cuando les interesa, se dan prisa de narices.  Lo que está bien claro es que la crisis surgida  de Cataluña le ha venido de perlas al gobierno corrupto de Rajoy. Han aprovechado que por un tiempo considerable  su fecal corrupción institucionalizada la escondan debajo de la alfombra. Además resulta que han sido  oportunistas y  con mucha astucia. Comento esto porque la Fiscalía Anticorrupción  no ha encontrado el momento más oportuno que conceder la libertad condicional al ex presidente de la Comunidad de Madrid PePero para más señas, Ignacio González, encarcelado por la trama del Caso Lezo. Como el vulgo estaba distraído mirando para Cataluña, sin problema alguno sale de la cárcel de Soto Real este delincuente que amasó una gran fortuna de dinero a través de la trama del Canal Isabel II. Todos estos deleznables hechos relacionados con la corrupción y el autoritarismo por parte del Gobierno están poniendo seriamente en jaque la regeneración democrática surgida del 15 M. Aquel espontáneo e ilusionante  movimiento del que surgió el partido morado, el cual  nos hizo creer en su momento  que la realidad podía ser transformable. Podemos, Podemos…¿Quién te ha visto y quien te ve?:   Pablo, Pablete,  tu ambigüedad políticamente nos  mata; o más bien  te mata, lenta, pero certera. Ahora, que parece que vivamos en la  época de la posverdad y  con esta calma tensa  sólo ya nos queda esperar que el diálogo y la inteligencia se impongan a la sin razón y la intolerancia y que  juntos  consigan el que  se vayan difuminado las columnas de humo y se arríen esas banderas de las partes en conflicto  que cargadas de intransigencia todo lo inundan para poder comprobar  que el porcentaje de pobreza en España está felizmente disminuyendo  y que los políticos enfrentados dialoguen  con el fin de   construir  más puentes que nos acerquen y menos muros  que nos separen

prueba

jueves, 9 de noviembre de 2017

QUITARSE DE EN MEDIO

 
Muchas veces me he preguntado cual es la razón que lleva a una persona  al suicidio y  no consigo hallar  respuestas convincentes que despejen cuantas dudas  tengo acerca de este fenómeno especialmente complejo y muy extendido a nivel global, porque según   un pionero informe de la Organización Mundial de la Salud  800.000 personas  se suicidan anualmente en el mundo y el 75 por ciento de estas personas proceden de los países de bajos ingresos. Es evidente  que el testimonio de     la OMS deja constancia que  donde mayor pobreza extrema se ubica en el Planeta, más se dispara la tasa de suicidios. Normal que se de esta dramática situación, porque la exclusión social engendra tan insoportable desesperación que la mayoría de veces aboca  a la persona a  un trágico final. La crisis global desde luego que ha influido significativamente en la tasa de suicidios. A mí personalmente  siempre me ha resultado intrigante lo mismo que   atrayente  las razones del por qué de forma voluntaria uno decide quitarse de en medio. Quizá quienes acaban actuando así lo hacen como la única solución que ven ante sus graves problemas  o sufrimiento crónico. Es obvio que cada persona tiene un modo muy particular de enfrentarse a sus problemas personales, lo cuales pueden llegar a provocar sentimientos de desesperación incontrolada que ineluctablemente se ven abocadas a tomar  decisiones impulsivas basadas en situaciones que parecen no tener esperanza o solución. Según la postura de Platón, el suicidio es un acto de “flojedad” y “cobardía”.  Estoy seguro que habrá un número considerable de personas  que  corroborarán las palabras de este filósofo de la antigua Atenas  porque lo verán  como la forma  más sencilla y pusilánime de escapar de su acuciante y particular  problemática.  Yo en cambio discrepo porque para nada lo veo como un acto cobarde; más bien me atrevería a afirmar que resulta todo lo contrario. Hay que tener mucho coraje y rotunda capacidad de decisión para  quitarse de forma voluntaria la vida. Simplemente por el miedo a lo que nos puede tener  reservado la muerte una vez que físicamente desaparezcamos.  Estoy plenamente convencido de que  a  consecuencia de  ese  desconocimiento ulterior a la muerte   la tasa de suicidios no se dispara.  Aunque desgraciadamente hay quienes no temen corolario alguno sobre su trágico final y    deciden suicidarse por que carecen del más mínimo interés  y aprecio por seguir viviendo. Aunque a mi juicio, creo que el suicidarse no es  una cuestión de ser valientes o cobardes, es más cuestión de  desesperación al límite.



No me cabe la menor  duda    de que el suicidio básicamente está  originado por problemas de salud mental; como por ejemplo   la depresión. Son  muchas las  razones por la que se puede caer    fácilmente en una depresión severa que amenace nuestra vida.   Pero según la OMS la depresión no es el único trastorno de salud mental asociado al suicidio, pero si el más común. Está claro que muchas veces quitarse voluntariamente de en medio es la expresión más extrema de la depresión y  el resultado de un episodio psicótico más en la existencia de una persona que está totalmente convencido que   debe morir ya que  por alguna razón su presencia terrenal no tiene sentido para nadie. Otra cosa  que me resulta muy  preocupante    son  los intentos de suicidio, o la consumación de los mismos, que se dan comúnmente entre los adolescentes afectados la mayoría de ellos  por un terrible sentimiento emocional causado por una  pérdida o rechazo. Todo  por culpa de  carecer de la  experiencia suficiente para saber que las heridas y otras desventuras de la vida se pueden ir curando con el tiempo. Lo que también  acostumbra a descolocarme  psicológicamente, como   a su vez  tampoco deja de sorprenderme, son  los casos de personas que aparentemente lo “tienen todo”: belleza, juventud, fama, dinero…y  de manera impulsiva y desenfrenada fruto de una crisis personal que no han sabido manejar,  deciden quitarse de en medio. Esto indica  que todo no debían de tener para acabar con su vida tan trágicamente.  Acaso carecían de lo más intrínseco y que es a priori  condición sine qua non para   sentir que vale la pena seguir viviendo.  Por tanto   ni la riqueza material ni la belleza física les llegó a compensar   ese vacío existencial que es de suponer  sentían  desesperadamente    y que terminó   llevándoles por  funestos derroteros.   

 Claramente este asunto del que ahora os estoy hablando   más bien   incumbe a los profesionales   en el campo de la psicología, o la  psiquiatría, doctos en la doctrina freudiana   y no a un letraherido profano en este  complejo asunto.  Por tanto, las opiniones vertidas al respecto por un servidor  dudo que tengan mucha consistencia.  Aún así me he tomado la licencia de expresar mi opinión sobre este  serio asunto que parece ser supuestamente una epidemia silenciada por los medios de comunicación. Y cuando sale una noticia relacionada con esta cuestión  se la distorsiona bastante. Yo me pregunto ¿por  qué esa imposición silenciosa? No será por que temen que hablar abiertamente del suicidio incita a llevarlo a la práctica. Yo estoy seguro que causaría más bien el efecto contrario como es  el  prevenir  lo que parece ser la primera causa de muerte no natural. Se encuentra  por delante de los accidentes de circulación y la violencia de género. Sin ir más lejos, en este país, me refiero a España, alrededor de unas 10 personas por día son las que voluntariamente se quitan la vida. Frente a las víctimas mortales de tráfico y de las agresiones machistas,  continuamente se hacen campañas de prevención , de sensibilización; en definitiva se actúa.    En el caso del suicidio, tal  como indico, el silencio  es lo normal. Es como si de un tabú se tratara. Yo pienso que los propios suicidas y sus familiares merecen más comprensión, más ayuda, más prevención y sobre todo más franqueza. Por otra parte, lo que resulta notorio es que nunca sabremos realmente que puede pasar por la mente de una persona que decide quitarse de en medio voluntariamente.  Todo han de ser  conjeturas a la hora de analizar sus motivos.  En cambio  lo que no admite  hipótesis alguna  es que un suicida  apuesta palmariamente por la muerte en detrimento de esa  mágica sensación que día a día  nos hace comprobar in situ  que la vida, con  sus luces y sus sombras,  continua  siendo  una   una  experiencia única e irrepetible.