lunes, 12 de diciembre de 2016

FRASE MITICA

Hay una frase mítica del genial músico y compositor inglés Jon Lennon la cual supongo que la mayoría de ustedes conocerán, me estoy refiriendo a ésta que dice: "La vida es eso que pasa mientras tú estás haciendo otros planes";  y por cierto, se trata de la parte de una canción que compuso para su hijo Sean, a la que puso por título "Beastutifull boy". Cuanta razón tiene el autor de este enunciado el cual a mí personalmente me suena como a una sentencia lapidaria. Verdaderamente no deja de asombrarme cómo una frase que en apariencia resulta tan sencilla pueda encerrar tantísimo significado. En sus contexto no deja de ser una advertencia por esa forma tan apresurada en que vivimos dentro de esta sociedad actual, motivo por el que apenas tenemos el tiempo necesario para poder vivir el presente y disfrutar del instante. Es obvio que esta  sociedad que habitamos tan plenamente competitiva te obliga estar haciendo planes de continuo; como por ejemplo: dónde vamos a ir, qué es lo que queremos, qué vamos a hacer, etc. Siempre constantemente  imaginando cómo queremos el futuro, sin prestarle la atención debida al presente. Resulta palmario que no somos del todo conscientes con el valor esencial del presente y eso nos hace caer la mayoría de veces en un error, por el simple hecho de que se va transformando a la medida que cada uno de nosotros evolucionamos. Por lo tanto, ¿estaremos perdiéndonos el presente de manera gratuita esperando una quimera en forma de futuro? Es axiomático que lo que en verdad importa es el presente porque es nuestra realidad cotidiana. Sobre él, perfectamente pueden basarse nuestras  aspiraciones de ser felices el mayor tiempo posible. Si consideraríamos que hay que disfrutar de cada pequeños instantes, seguro que aprenderíamos a ir más tranquilos por la vida y no perdernos en el frenesí de nuestras actividades diarias.



 
Hay una cosa que quiero dejar clara es que apostar por vivir en plenitud el presente en detrimento de hacer planes vinculados al futuro debido a la metamorfosis que éste pudiera experimentar por culpa de cualquier proceso de evolución, no implica aparcar nuestra apetencia por seguir soñando. La vida es excesivamente corta como para esperar que algo maravilloso o increíble nos pase, por eso la imperiosa necesidad de soñar  como condición sine quanon para que se hagan realidad los deseos. Tiempo atrás leí un comentario en Internet el cual decía que hemos venido a este mundo para luchar por nuestros sueños, no para vivir una rutina como forma de vida. Estoy totalmente de acuerdo con la persona que escribió en su momento tan certeras palabras, porque considero que los sueños de alguna manera dan significado a nuestra vida y a su vez nos proporciona esperanzas para creernos de que lo mejor de nuestra existencia aún está por llegar. Por esta poderosa razón tenemos que perseguir nuestros sueños y no verlos como algo utópico, sin sentido. No me cabe ninguna duda de que son quienes dan el  placer y el encanto a nuestra vida. Lo que sucede en infinidad de veces es que quien nos impide caminar hacia lograr los sueños es esa falta de autoestima porque consideramos que no nos los merecemos. Esto en buena medida se debe a que la sociedad a menudo nos pone trabas y este hecho a priori hace que aparentemente resulten quiméricos. No es de  extrañar que por esta razón nos veamos incapaces de cumplirlos por que desconfiamos completamente de nuestras posibilidades. Cuando esto ocurre, convendrá poner en marcha todo ese potencial que atesoramos intrínsecamente con el fin de no permitir que nada ni nadie impida lograr el objetivo que nos propongamos.

Volviendo a la mítica frase del genuinamente brillante Jon Lennon, que como de sobra conoceréis la mañana del 8 de diciembre de 1980 fue asesinado de cinco disparos por Mark Chapman a la entrada del edificio donde el residía: Edificio Dakota. Estoy convencido de que si no hubiera acabado con su vida Marck Chapman, ese fan desequilibrado mental, la dimensión global que   hubiera alcanzado su activismo por la paz y los derechos civiles tendría  un papel muy  relevante en estos tiempos tan convulsos donde  la sucesión de   los conflictos bélicos es una constante. Pero obviamente será algo que nunca ya sabremos; aunque eso sí, nunca ha de faltar la hipótesis al respecto por la utilización que hizo de su música y de su voz en favor de ambas causas. Y bien, una vez hecho esta especie de alegato en favor de este influyente músico británico, quiero de nuevo volver a hacer hincapié sobre el transcurrir de la vida mientras nos empeñamos en hacer planes a largo plazo para que luego los imprevistos no sorprendan de manera decepcionante. Y es que por mucho que tratemos de hacer nuestro propio camino, al final todo queda supeditado a lo que nos pueda deparar el destino de forma imprevisible. Lo más común es que nos lleve por itinerarios fortuitos mientras intentamos mantener la orientación que más nos conviene. Si se da el caso de que no tenemos el control de la vida, sí que podemos tratar de encauzarla hacia una dirección a partir de las circunstancias personales que nos rodean. Aunque lo que verdaderamente debiera importarnos es el aprovechar cada momento del presente que nos acompaña como si éste fuera el último. Resulta muy claro que eso requiere vivir pensando en ahora y no en lo que pueda sucedernos después.