miércoles, 25 de noviembre de 2015

MALTRATO CERO

25 DE NOVIEMBRE "DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES".

Quizás los versos que a continuación escriba poco puedan hacer para tratar de acabar con esta lacra social como resulta ser la violencia machista contra las mujeres. Yo simplemente los escribió para recordar tan graves problemática social y también sirva como homenaje a todas esas mujeres que en su propia carne sufren tan infame violencia, o terrorismo machista. Un cruel violencia que hasta el día de hoy en España es la causante de que 47 mujeres hayan muerto asesinadas. Hoy más que nunca gritemos de forma colectiva: ¡¡MALTRATO CERO!!

 
 
 
MALTRATADA
 
 
 
 
 
 "Hoy vas a  descubrir que el miedo
se puede romper sólo con un portazo"
(Bebe)
 
 
Desde el túnel infinito donde tu ansiedad palpita,
sientes que pasa la vida asediada por el miedo,
con un dolor lacerante que por dentro te desgarra
y con silenciosos grilletes a la angustia te han atado.
Esclava de tanto drama se convirtió tu existencia,
ya sólo piensas que la muerte al fin podrá liberarla,
pero tu valor es débil, nunca vas ha quitarte de en medio.
 
Llorar a penas si puedes, se te agotaron las lagrimas.
Y te preguntas: ¿ qué fue de aquel hombre apasionado
que te ofreció  amor eterno y prometió respetarte?
¿Dónde quedó su ternura, o aquellos besos tan cálidos
que surgieron de estos labios que hoy te dan a beber
ese veneno letal que inoculan las tarántulas?
Se transformó en un canalla que te maltrata cobarde,
tu autoestima desprecia y quiere reducirte a nada.
Sometida a su violencia con resignación la sufres,
que en soledad, día a día, te mueres como rutina.
 
¡A permanecer atrapada, no te resignes Mujer!
Siempre apuesta por vivir y rebélate con coraje.
Vuelve a recuperar los sueños que a tu futuro han robado
para que puedas huir de ese miedo que no te deja volar
porque de continuo ha sido para tus alas un lastre.
Y vuela sin temor, no pares, y pon rumbo a la esperanza.
 
Fuera del túnel que habitas y has excavado con lágrimas,
cada día, para rehacer tu vida, nueva oportunidad amanece.
Encuentra una salida urgente; por ti misma tienes que descubrir
que en el albor de su luz tu dolor podrá apagarse.
Y comenzarás a vivir,sin someterse jamás
a esa noche posesiva, donde te confinó tu enemigo:
un monstruo insaciable de ira que  nunca te hará más daño.
 
 
 


martes, 10 de noviembre de 2015

A VUELTAS CON EL TELEFONO MOVIL

El otro día me llamó poderosamente la atención una palabra que desconcía por completo, se trata de "phubbing". Un término formado a partir de las palabras inglesas phone (teléfono) y snubbing (desprecio) Pues bien, el concepto phubbing consiste en el acto de menospreciar a quien te acompaña por prestarle mayor atención al teléfono móvil. Por desgracia  viene siendo muy habitual porque parece que no supiéramos vivir sin estar pegados al móvil. Sufrimos de forma generalizada de nomofobia, considerada por algunos la enfermedad del sigo XXI. Quienes la padecen tienen miedo irracional a salir de casa sin su teléfono móvil o quedarse sin batería. Seguro que la mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida nos hemos visto afectado por el phubbing. Sin ir más lejos, el otro día lo sufrí in situ cuando entré en una tienda para solicitar cierta información y el dependiente le prestaba más atención al móvil que manipulaba con sus manos en aquellos instantes que a mi presencia. La verdad que la sensación de impotencia y  cabreo que me entró fue de órdago;  me faltó poco para mandarle literalmente  a la mierda. Perdón por tan escatológica expresión, pero no es para menos cuando uno se siente agraviado por ese menosprecio. Y lo grave de todo esto,  es que la persona que ocasiona la desconsideración no es muy consciente de ello debido a su adicción al teléfono móvil. No se ustedes, pero a mí personalmente   me exaspera muchísimo  esa actitud de prestarle mayor atención al artilugio digital que manipulas  con  tus manos que a la persona que en esos momentos tienes delante. Desgraciadamente parece estar convirtiéndose en una epidemia esto del phubbing. Si lo piensas detenidamente va en contra de todas las reglas de socialización  y sobre todo de una buena educación, por el simple hecho de darle mayor importancia a una impersonal máquina digital que a los humanos. Además de preocupante, resulta muy triste esa situación de ver a grupos de personas, mayormente jóvenes, que en apariencia van juntos pero que cada uno está ensimismado en ese mundo virtual que le ofrece la pantalla táctil de su teléfono móvil. Obviamente la comunicación entre ellos brilla por su ausencia. Por lo visto les seduce, o engancha mejor, chatear a través de esa aplicación de mensajería instantánea como es el WhatsApp que conservar directamente con la persona. La misma sensación de tristeza que lo anterior  comentado, resulta esa escena familiar que viene siendo habitual, cuando a la hora de comer se sientan en la mesa todos  los miembros de la familia y en vez  de respetar esos hábitos políticamente correctos que  requiere  el momento tan entrañable, como por ejemplo la distendida conversación familiar, se ponen a maniobrar con el móvil entre bocado y bocado. Verdaderamente patético.



 
Volviendo al tema del pudding, el cual ha sido recientemente bautizado con este nombre en los Estados Unidos, al parecer se están creando varias plataformas virtuales con el fin de combatir a este hábito descortés. La verdad que no doy mucho crédito  a   si el efecto disuasorio que  pretenden conseguir  con esta iniciativa acabará resultando altamente eficaz. Desde luego que la tarea de sensibilización se me antoja ardua y compleja, porque según los promotores de la iniciativa "antiphudding" el 90 % de los adolescentes prefieren el contacto virtual que el cara a cara. De continuar con este elevadísimo tanto por ciento, es obvio que  éste fenómeno va acabar imponiéndose socialmente, por ende me temo que el contacto personal va a pasar a un segundo plano: será  el virtual  quien prevalezca. Resulta palmario que desde que surgió allá por el 2007 el Smartphone, o teléfono inteligente como se le denomina, los jóvenes y adolescentes en especial, han experimentado un cambio drástico en lo referente a su conducta debido a la abusiva utilidad que le dan a este artilugio. Un exceso que ha terminado por convertirse en una preocupante dependencia adictiva y por consiguiente bien se le podía catalogar como "droga digital". Y no es para menos cuando hay adolescentes que dicen que lo peor de este mundo no es morirse, sino quedarse sin megas para el móvil. Descorazonador y lamentable el comentario, la verdad. Pero no debe extrañarnos este disparate, ya que al parecer tanto los jóvenes como los adolescentes utilizan el teléfono móvil una media de seis horas al día. Me parece una auténtica barbaridad el ocupar tantas horas del día enganchados a este artilugio No cabe duda de que tan perjudicial circunstancia hace que desatiendan los estudios o las obligaciones diarias. Por cierto, he leído en los medios de comunicación que España es el país de la Unión Europea donde hay más adolescentes enganchados a Internet. De resultar esto cierto, el problema  que el país tiene en ciernes  es pero que muy peliagudo, por lo cual, a quienes compete buscar soluciones, es urgente que se ponga ya en marcha.
 
Según el catedrático de Psicología de la Universidad de Murcia, Sr. José Mª Martínez Selva,  la adición al teléfono móvil es comparable a la adicción de cualquier droga, porque la persona llega a un punto en que no puede pensar en otra cosa. Estoy totalmente de acuerdo con las palabras de este señor porque expresan la misma opinión que yo tengo al respecto. Y es más, yo añadiría que puede ser comparable a cualquiera de esas drogas duras cuyo excesivo consumo  crea  fuerte dependencia. Aunque al parecer ya existe una aplicación en el teléfono móvil para controlar el tiempo que se pasa conectado. Creo que se basa en poner límites diarios a las veces que utilizas este aparato y cuando se sobrepasa de ese límite te llegará una notificación para alentarte de tu "mal comportamiento". Me entran  muchas dudas acerca de  si este método de control persuasivo será lo suficientemente efectivo para  atajar esta dañina adicción. Porque yo me pregunto: ¿si  quienes se encuentran  muy enganchados  la notificación que les llega a su smartphoner  podrá resultar tan convincente   para que dejen de inmediato el manejo de su móvil? Me temo que esto no  va a ocurrir . A mi juicio,    en el caso de los adolescentes potencialmente adictos, son necesarias otro tipo de medidas disuasorias más eficaces que los correspondientes apliques,  por ejemplo la educación que reciban de sus padres. Por lo tanto será fundamental una buena educación tecnológica de los padres para evitar en adelante problemas de esta naturaleza.