REFLEXIONES DISPERSAS (FEBRERO)
Plásticos.
Ojo al dato que el asunto a tratar me temo que es muy preocupante. Les cuento. Resulta que 1.800 camiones llenos de plástico se vierten cada día al mar en todo el planeta. Así como lo oyen. Toneladas, y toneladas de un material altamente contaminante como es el plástico se esparcen sobre las aguas del mar, las cuales generan una toxicidad de dimensiones bíblicas que afecta, tanto al entorno marino como al homo sapiens. Por el simple hecho de que esa toxicidad es ingerido por la diversa fauna marina que habita los océanos y luego somos nosotros quien posteriori ingerimos todos esos peces intoxicados, con lo cual, indirectamente pasa a nuestro organismo la sustancia venenosa generando un sin fin de graves patologías. Un círculo viciado de consecuencias letales, sin duda. Luego está el paisaje marino donde, por causa del indiscriminado vertido de plástico, los agentes meteorológicos y corrientes, se forman una especie de islas flotantes de tamaño descomunal que amenazan con erradicar buena parte de la vida marina y a su vez contribuyen con el cambio climático. Que tristeza, y que impotencia, genera ver como tanto mal nacido sin miramiento alguno tratan al mar lo mismo que si fuera un vertedero donde depositar todo tipo de residuos contaminantes. El mar, principal fuente de vida, que por mezquinos intereses basados en la codicia y el lucro, lo están convirtiendo en basureros, y el ambiente marino se ve incapaz de digerirlo ya que se necesitan decena de años para lograrlo. Sino tomamos verdadera conciencia, y no se crean políticas que se comprometan seriamente a poner remedio a esta problemática, el “Apocalipsis” que sufrirá el mar será una triste realidad. Lamentablemente en ese mismo cataclismo naufragará toda la Humanidad. Y sino al tiempo.
Propósitos.
Esos propósitos más comunes de apuntarse a un gimnasio, hacer footing, comenzar una dieta, dejar de fumar, aprender o mejorar algún idioma, etc. etc. y que generalmente se ponen en marcha a principios del año nuevo con las mejores intenciones, muy a pesar nuestro, tienden a caer en saco roto, sino se tiene la suficiente voluntad para iniciarlos; o también por la falta de coherencia con la realidad del día a día o la falta de planificación. El caso es que tal como digo se abandonan por carecer de un plan sólido que facilite lograrlos. Para esta circunstancia ya hay fecha no oficial para celebrar el “Día del abandono de los propósitos de año nuevo”. (Somos un país o una Sociedad que nos va la marcha en cantidades industriales con esto de la celebración de los Días para todo lo que se nos pone a tiro.) Tengo entendido que es a finales de enero, o principios de febrero, cuando se va a celebrar ese funesto día; por tanto como estamos en supuesta fecha, o mes indicado, me temo que otra nueva intentona que va a terminar en fracaso, tal como viene siendo habitual para una gran mayoría de personas por carecer de constancia y de motivación para conseguir el objetivo. Y es que para cumplir los propósitos de año nuevo hace falta centrarse, concretar y ser bastante realista. De no ser así, mejor que ni te lo plantees para no hacer el mayor de los ridículos a cuenta de que, una vez comenzados en un breve tiempo transcurrido los abandonas. Estoy convencido de que el frustrante hecho de carecer de confianza de uno mismo, termina por generar una sensación muy deprimente. Y es obvio que para nada estamos dispuestos a vivir tan desalentadora experiencia.
Dar.
El egoísmo, el individualismo, la indiferencia…esos defectos podríamos considerarlos como nuestros mayores enemigos. Por esta razón debemos practicar más la empatía y menos aislarnos en nuestro ego narcisista. No me cabe la menor duda de que nos sentiríamos mucho mejor con nosotros si nos preocupamos los unos de los otros y no dejamos que la indiferencia sea quien actúe. También ayuda a sentirnos mejor con nosotros el hecho de no mostrarnos cicateros a la hora de dar lo mejor de nosotros a los demás. Porque estoy convencido de que la vida va de eso: dar y recibir. Una reciprocidad que consiste en que cuando recibimos de los demás, les correspondamos de igual forma con el propósito de tener una mejor convivencia. Pero está claro que a veces no siempre recibes lo que das y eso te decepciona. No te preocupes, ni sufras por ello, porque tú das todo lo que eres y eso al final es lo que importa; además dar sin esperar recibir nada a cambio te ennoblece interiormente. Otra cosa que también debes tener siempre claro es que si entregas odio, nunca esperes recibir amor. La vida es muy sabia, y hace que todo cuanto demos, lo recibamos de igual forma, como si se tratara de un infalible Karma. Y es que esperar otra cosa sería de necios; o de egoístas que sólo piensan en si mismo, sin importar lastimar los sentimientos de los demás.