martes, 20 de noviembre de 2018

PRESENCIA MEDIÁTICA


 
Está claro que si no sales en los medios de comunicación, especialmente en  Televisión, no eres nadie, razón por la  cual  estás  condenado a ser invisible. Por consiguiente, da igual que escribas o que realices cualquier otro  tipo de actividad artística, la meritocracia en virtud a tu talento  no va a serte de gran utilidad  debido a tu marginal invisibilidad. Una lástima que asía sea, pero por desgracia esta sociedad tan esteriotipada es lo que demanda por el hecho de sobrevalorar todo cuanto aparece públicamente en el plano mediático. Si tienes la oportunidad  de salir en Televisión por cualquier circunstancia, acabarás catapultado a  una popularidad desorbitada y  si esta notoriedad la utilizas en beneficio propio, pongamos que en el campo de la creatividad literaria,  no te quepa la menor duda de que vas a tener una legión de lectores, obviamente  movidos más  por el morbo que ocasiona tu aparición televisiva  que por tu supuesto talento para escribir.   Todo  esto ocurre por verbigracia de los medios de comunicación que siguen generando confianza y  credibilidad en gran parte de la sociedad y a su vez aumentan la reputación y prestigio de cara al público. Resulta palmario que esta circunstancia de llamar poderosamente la atención  a través de la Televisión,  hace que no pases desapercibido,  por consiguiente están garantizados   futuros beneficios y éxitos  en relación a los nuevos   proyectos  artísticos o creativos que estés dispuesto   a poner  en marcha.





Convine no desaprovechar  la sobrevaloración y el interés  que suscite nuestra presencia en   los medios de comunicación, sino  exprimirlos al máximo.  Siempre claro está que no se tenga reparo alguno   en medrar  empleando el conflicto y la polémica como una pose representativa  para promocionarte mejor.  Aunque pienso que  por mucho postureo que se adopte,  no creo que nadie  le haga ascos a esta forma tan espectacular de medrar debido que a la mayoría de personas les  gusta tener la mayor visibilidad posible en los medios de comunicación con el fin  de ser  públicamente conocidos. Por que en el caso   de los escritores que habitan los submundos literarios,   ninguneados  por la prestigiosos    medios culturales del país,  estoy convencido de que  les apetecerá contar con una legión de fieles seguidores que estén  interesados en todo cuanto escriben.  Sobre todo en la actualidad a cuenta de  las redes sociales, donde el deseo de ver el mayor número posible de los Links "me gusta" en los textos literarios publicados  generalmente es un deseo obsesivo.  Aunque esto de los  Links en Factbook, en lo que atañe a los escritores,    en mi opinión, subjetiva por supuesto,  tiene muy poca credibilidad.   Me parece que la mayoría de veces todos esos  me gusta proceden de los “palmeros” de turno y este hecho según mi criterio perjudica más que beneficia al autor de un determinado texto literario que ha   publicado en su muro.  Todos conocemos sobradamente que en Factbook, al ser éste  un espacio virtual donde cualquier  juntaletras    tiene libre acceso para  publicar sus escritos,  se edita bastante psudopoesía  que distorsiona el verdadero arte poético. Pero al parecer quienes  pulsan el botón del me gusta por inercia lo de la distorsión del arte poético   les debe importar un ardite. Hago este comentario a cuenta de  los  tropecientos Links del me gusta  con que son agasajados los poetastros de turno.  Luego también están en este espacio virtual los  afamados autores del momento que por su prestigio  se han hecho un hueco en el campo literario.  En este caso hay los susodichos Links del me gusta como es lógico  se multiplican hasta el infinito.  Pero también es de recibo reconocer que estos celebérrimos autores, al margen de su incuestionable valor intelectual y su  notabilísima calidad literaria,  su asidua presencia  en los medios de comunicación les ha favorecido para seguir manteniendo  su excelente status literario de continuo,  tanto dentro  de Internet como fuera de él. 
 
 Con relación al asunto del que estoy hablado,  voy a citar un ejemplo que acredita  lo cierto que resulta el que salir en Televisión te otorga una visibilidad pública muy notoria. Me estoy refriendo al caso del poeta Cesar Brandon. Ganador del concurso Got Talent   que emite Telecinco. Pues bien, este bardo antes de presentarse al susodicho concurso era un autor prácticamente desconocido para el público.  Tenía editado el libro de poemas  cuyo título es “Las sombras de Brando” y al parecer  apenas había vendido ejemplar alguno. Pues hete aquí que aparecer en televisión y ganar el concurso, y de ipso facto fue catapultado a la fama. Por esta exitosa razón   la venta de su libro se disparó alcanzando unos cuantos miles de ejemplares vendidos, así como el tener la agencia  llena para la firma del libro. Ya veis, antes era un Don Nadie, y merced a su aparición catódica de la noche a la mañana le han convertido en una “Celebrity literaria”.  Esto demuestra que  a día de hoy   la mejor garantía de éxito  que tiene un  artista o escritor desconocido  es tratar de hacerse famoso.  Quienes residan en  España están de suerte porque es el país donde   uno puede hacerse famoso con mucha facilidad. Esto es debido a que en España abundan  los formatos televisivos de contenidos zafios y ordinarios y a los que popularmente se les conoce como “Telebasura”. Al parecer en estos programas, donde todo a girar alrededor de nuestras miserias humanas,  no supone mucha dificultad  participar en alguno de ellos porque cualquier mindundi lo hace.   Pero mucho ojito con esto de alcanzar la  fama con excesiva facilidad  porque lo que se consigue sin demasiado esfuerzo suele ser muy efímero y por lo tanto,   los beneficios conseguidos se te van a ir tan rápidos como llegan. Por esta razón es muy aconsejable  tener reservado  un plan B para echar mano de él siempre que te vengan mal dadas.
 
prueba

martes, 6 de noviembre de 2018

TRABAJADORES POBRES


 
Al parecer el último informe presentado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España revela que el catorce por ciento de las personas que trabajan en este país se hallan en situación de riesgo de penuria. Es decir, que las están pasando canutas porque  apenas ganan lo suficiente para llegar a fin de mes, y muchas veces ni eso. Son datos verdaderamente  terroríficos los cuales revelan que ni aún teniendo una ocupación laboral estás a salvo de ser pobre.  Se suponía que las penurias económicas  sólo alcanzaban a sectores de la población desempleada. Pero por lo visto andábamos mal encaminados   ya que no hace falta perder el trabajo para ingresar en el grupo de riesgo. Es obvio que a día de hoy el tener una ocupación laboral reenumerada  no es salvoconducto para evitar la demoledora pobreza. No  tengo ninguna duda de que toda la culpa de este infortunio   se debe a  los exiguos salarios que como normal general perciben los trabajadores, que unido a la precariedad laboral que existe en la actualidad, ambos    han contribuido a que se de tan oprobiosa  situación. Lo triste de todo este escenario es que exponencialmente la tasa de la pobreza de los trabajadores   se ha incrementado drásticamente en varios puntos porcentuales los últimos años.   Yo  atribuyo este incremento al aumento de la población ocupada a tiempo parcial, así como la disminución en el tiempo que duran sus contratos, circunstancia negativa ésta que contribuye a que se reduzca el poder adquisitivo de los trabajadores.  Si a esto añadimos que la subida del  IPC no va acorde para nada con la subida de los salarios, el que los trabajadores puedan salir de ese infame  círculo de pobreza resulta casi  una utopía.



 
 
 Otra circunstancia  desesperante  al respecto, de la cual he tenido conocimiento muy recientemente,  tiene como referencia los últimos datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y dice lo siguiente:  España es el séptimo país del mundo con mayor proporción de trabajadores pobres. Así como lo oyen. Esto es como para “mear y no echar gota”, tal como diría un castizo. Al parecer  hay en el mundo 194 países soberanos, reconocidos por la ONU, y por desgracia en el escalafón donde se encuentran los currantes más pobres le corresponde a España y está situada en el séptimo lugar. Y lo más grave de este escalofriante asunto es que  es el único país de la unión europea  que aparece en los primeros diez puestos entre miembros de la OCDE.  Con el agravante de que no se trata únicamente de   un  país  con pésimas condiciones de trabajo,  sino que también es  donde el crecimiento de la precariedad laboral ha sido mayor durante los últimos años. Es evidente  que España, en lo que concierne a todo  cuanto contribuye  a mejorar   las condiciones laborales y salariales de los trabajadores siempre va en la cola del pelotón;  en cambio cuando se trata de que la clase trabajadora  está  sufriendo todo tipo de agravios y  situaciones   vejatorias,  en este caso  siempre está situada   en primerísima fila.     Para que luego toda esa chusma política que nos gobiernan y algún que otro preboste autóctono con tendencia a darse  ínfulas,   fuera de nuestras fronteras a menudo fanfarroneen con la Marca España y vociferen a diestro y siniestro, allá  donde se tercie,  lo “guay del Paraguay” que es este país. Y como se puede comprobar en lo que concierne a la situación que vive la clase trabajadora, resulta ser éste un país que va de culo y cuesta bajo, y además sin freno.  Así que a aconsejo a todos esos patrióticos vende humos  que dejen de una vez de  llenarse  la boca con su fraudulento chovinismo    y muestren la realidad de este país que rezuma  desaliento y desesperación, lo  mires por donde lo mires, por  mucho patriotismo exacerbado que se exhiba al compás del “Viva España”.  Y ojo, que nada tengo contra esta canción ya convertida en himno patrio.  Digo esto   para  no herir susceptibilidades  y sobre todo aclarárselo a los mal pensantes por si alguien se llama a engaño  Porque desde luego mal pensantes como la meigas,  haberlos haylos. Y sobre todo en los tiempos que corren con este escabroso asunto del  independentismo, y contra independentismo,  enquistado  en  el devenir político  y en  la opinión pública.     Solo  he dicho este comentario    porque me fastidia   y me indigna en cantidades industriales el  que este dilatado y  exultante patriotismo acabe por encubrir la triste realidad laboral del país. 
 
Lo que resulta palmario es que con los datos revelados por OCDE  nos obligan a cuestionar esa idea generalizada que teníamos de que el mejor antídoto contra la pobreza es el trabajo, cualquier trabajo. Como se ve es una idea equivocada y a las   pruebas me remito. Esta circunstancia resulta descorazonadora  debido a que  la sobre explotación a la que se ven   sometidos los trabajadores  por parte  del empresario,  no es suficiente para que consigan   liberararse de esa demoledora espiral de pobreza. Que trágico resulta el trabajar para seguir siendo pobres por no tener  garantizado una estabilidad acorde con la carestía de la vida.  Se hace urgente el que se promuevan iniciativas en favor de esta problemática laboral y social por parte de el Gobierno, los sindicatos, los medios de comunicación, y hasta la sursum  corda si hace falta, y que no sólo quede en palabras vanas y falsas promesas como, por desgracia,  viene siendo la costumbre. Cuanto antes se debe acabar  con  esta oprobiosa situación. También urge hacer de forma colectiva   una presión social a todos esos sujetos  que,  por su falta de escrúpulo , explotan y empobrecen  a los trabajadores para que éstos se den por aludidos. Se necesita un serio compromiso  con el fin  de parar este proceso de empobrecimiento y la precariedad de los asalariados con el fin de erradicar tan extendida pandemia en forma de pobreza.