miércoles, 16 de marzo de 2022

A veces...


domingo, 6 de marzo de 2022

¿GUERRA?,NO GRACIAS



Está claro que por una u otra razón parece ser  que las circunstancias, palmariamente nada favorables, se empeñan en que vivamos inmersos de continuo en una angustiosa pesadilla. Primero fue el maldito Coronavirus que matando a discreción se llevó la vida por delante a millones de personas (todavía las sigue llevando, pero  eso sí, ya  lo hace moderadamente. Se ve que las vacunas, aunque no fueran la panacea deseada,  han hecho su misión). Y bien, aún convalecientes de está peste vírica, porque la herida de la pandemia todavía como ya indico no se ha curado , a fin de seguir viviendo envueltos en nuestra  particular congoja, ha tomado un infame protagonismo esta especie de “Macho Alfa” con ansias imperialistas  como es el  mandatario ruso Vladimir Putin para hacer añicos la convivencia pacífica en  Europa: con nocturnidad y alevosía este psicópata ha  invadido y bombardeado el territorio de Ucrania. Esto supone que el viejo continente se encuentre a día de hoy  inmerso en un conflicto bélico, que pudiera ser a gran escala y de larga duración, y por supuesto con un alto riesgo de probabilidad de muerte para la población civil debido al armamento atómico que varios países, que son potencia nuclear, guardan en sus arsenales. Vamos que si estos señores de la guerra  pierden el oremus  y  les da por usar parte de ese arsenal, las millones de  muertes que hasta ahora ha causado el Covid-19  iba a resultar “peccata minuta” en comparación con las que podría  originar  el armamento nuclear. Porque ya  sabemos, más o menos, como comienzan las guerras, pero  desconocemos como puede ser su cruel desarrollo y sobre todo su incierto final. ¿Os recuerda algo  Hiroshima y Nahasaki? ¿Qué exagero?. Yo no me fío ni un pelo de todos estos países que tienen en su poder la bomba atómica. Además, mucho cuidado con los norteamericanos y los rusos porque  yo creo que se la tienen jurada desde el siglo pasado a cuenta de  “su Guerra Fría”. Y cualquier escusa es buena para que empiece con su “personal  conflicto bélico”, y una vez  de liarla parda, y sin vuelta atrás,   involucrar a todo el mundo. Y el pifostio que  pueden armar será de tal calibre que  puede prepararse la tercera guerra mundial, con consecuencias dramáticas. Un suicidio colectivo, sin duda.  Solo es cuestión de que entre la OTAN en acción porque no le quede más alternativa en el caso de que este   psicópata le da por atacar cualquier país que pertenezca a esta alianza militar.. De ser así, a ponerse a rezar todo quisqui, porque esa distopía que habla de la autodestrucción de la especie humana puede ser una realidad.   Y sino a tiempo. Pero lo que resulta indignante es que todos esos  jerifaltes, tanto  políticos como militares, que no sufren hambrunas ni bombardeos,  que están ubicados en lujosos palacios y que   proyectan las guerras sentados en cómodos sillones no son quienes se matan entre sí en los conflictos bélicos.. Por desgracia los muertos acostumbra a  ponerlos el   pueblo llano sometido a esta chusma beligerante. La Historia dice que  desde siglos  llevan haciendo este macabro  servicio  los parias  y no veo en este momento indicio alguno que  haga cambiar el rumbo de  la Historia. Van derechos al matadero obligados por cualquier  "canalla hijo de Putin" ,  todos esos   jóvenes que no se conocen ni se odian pero que se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan tal como dijera en su día el célebre fotógrafo norteamericano Erich Hartman.



Pasan los días y este tirano ruso, frío y calculador, rodeado de sus lacayos sigue con su demencial escalada matando a civiles indefensos y destruyendo zonas residenciales e infraestructuras, sin que resulte fácil imaginar sanciones económicas capaces de hacerle parar. Por lo que se ve las sanciones económicas impuestas a Rusia por parte de la Comunidad Internacional   por ahora  parece no afectarle demasiado, razón por la cual  prosigue con los bombardeos contra la población civil  de Ucrania, cometiendo una fragante genocidio.  A veces pienso que  lo único que tal vez  podría hacer que este tirano detuviera la barbarie, son  las movilizaciones masivas de los ciudadanos rusos protestando por la   insufrible la situación de escasez que padezcan próximamente  y en especial que se volviera en contra de él  la  oligarquía de empresarios  rusos a fin de evitar la debacle económica total.  Es la única esperanza que nos queda  para que  pueda darse por  finalizada esta guerra desatada por un autócrata cegado por sueños de expansionismo imperialista, cuya   ofensiva militar constituye una agresión directa a las democracias occidentales y a los pilares que la fundamentan: entre ellos la libertad, los derechos humanos y civiles, el pluralismo y la diversidad. Esta   guerra que a día de hoy está devastando Ucrania, como la que tiempo atrás arrasó Siria y otros tantos conflictos bélicos  larvados que existen  actualmente, no dejan de ser un fracaso más del hombre. Para que no se repitan una y otra vez tanto fracaso seria conveniente educar a nuestro hijos para la paz porque resulta determinante. Así podrán ser capaces de resolver sus diferencias mediante la palabra, sin necesidad de recurrir a la violencia.  La violencia no genera nada positivo, además todo lo vinculado a la guerra hace que no exista el futuro. Desde luego que todas las guerras son vergonzosas porque desvelan íntegramente las miserias del género humano; además de ser un palmario negocio cuyo único fin es el  crecer económicamente  a costa del sacrificio, las penurias y las muertes de los demás.   Como colofón quiero dejar una cosa bien clara y es que  ni el letal Coronavirus matando a discreción,  ni este criminal autócrata de Putin por mucha violencia y muerte que genere a su paso,  no me van a hacer renunciar a la idea de que vivir  sin miedo y en convivencia pacífica con el resto de  la humanidad es y será siempre una experiencia única e irrepetible.