martes, 8 de septiembre de 2015

BELLA

Esta claro que tanto los periódicos digitales como los editados en formato papel resultan de gran ayuda a la hora de escribir un determinado texto por la gran cantidad de noticias que en ellos aparecen y las cuales resultan muy útiles para este cometido. Y la verdad es que la noticia que apareció hace un tiempo en ambos medios de comunicación me resultó impactante. Aun conservo el recorte del periódico donde aparece la noticia de marras en la cual habla de una niña cuyo nombre es Isabella Barrett que es todo un ejemplo vivo de precocidad repartida entre el éxito y la aberración. Me temo que este nombre no significará nada para ustedes si desconocéis por completo la vida  andanzas de esta chiquilla que tan sólo tiene 6 años y vive en los EE. UU. Pues bien, esta niña de quien os hablo a su cortísima edad ya ha ganado más de un millón de dólares. Así como os lo cuento. Y créanme que no se trata de una mentira. Efectivamente más de un millón de dólares ha ganado hasta el momento el "angelito". Os preguntaréis como puede ser posible que con tan corta edad haya amasado tan suculenta fortuna. Pues veréis,   resulta que esta criatura es asidua a participar en esos absurdos certámenes de belleza infantil que  tan habitualmente  se celebran  en los Estados Unidos. Y al parecer arrasa en dichos certámenes porque ha ganado más de cincuenta. O sea que todo un "bellezón" la niña. Pero claro, para competir por ser la más guapa y a su vez ganar suculentas cifras de dinero,  hay que acondicionar el aspecto físico hasta límites desconocidos. Y ahí viene el problema por excederse en los límites con un proceder antinatural. Porque para que la niña haya conseguido todos esos premios y con ello acabar siendo una mega estrella, ha sido tuneada como si de un vehículo se tratara. El artífice se ese tuneo ha sido su propia madre que no escatimó en gastos para ello: 50.000 dólares dilapidó en "ponerla a punto" para que compitiera de forma exitosa y al parecer le ha dado óptimos resultados. La han puesto uña acrílicas, dientes postizos, extensiones en el pelo...hasta la han llevado a sesiones de rayos UVA. Vamos, que ha intentado borrar su identidad infantil con el fin de suplantarla por el de una mujer adulta. Todo esto me parece monstruoso y repulsivo, la verdad. ¿Dónde esta aquí la ley que protege los derechos del menor?  Por qué no me negaran ustedes que el modus operandi de la madre con su propia hija bien pudiera considerarse un abuso de autoridad y explotación infantil. 


 
No me cabe duda de que los objetivos reales que persigue la madre al exhibir la atrayente belleza de su hija son puramente materialistas por haberla convertido en una máquina de hacer dinero. Me resulta muy lamentable el que sea la propia madre de la criatura quien ponga en marcha los mecanismos de ese artilugio para que continúe generando pingües beneficios. Aunque la muy cínica se atreve a decir que todo esto se acabará cuando su propia hija lo quiera. Me temo que tanto la hija como la madre son adictas a ese frívolo mundillo de la fama, por lo tanto no van a dejar fácilmente tal  adicción. Puede tener hasta cierta lógica que la madre como persona adulta y pragmática este seducida por ese rentable glamur, pero el que una niña con esa corta edad esté enganchada también, me resulta muy penoso. Porque a pesar de que esté viviendo en su fantasioso mundo de glamur  no deja de ser una niña de seis años y como tal debiera, y necesita,  estar disfrutando en su plenitud todo lo relacionado con la infancia. Pero por desgracia y por la codicia del dinero de forma interesada se la están robando. Normalmente esta grave situación tarde o temprano acaba volviéndose contra la víctima del hurto. Por consiguiente es de preveer que en un futuro le acarreará perniciosas consecuencias. Porque como en el caso de Bella, así es como la nombra su madre, han habido muchas otras niñas en circunstancias parecidas que han acabado siendo muñecas rotas una vez que dejaron de ser rentables y  fueron condenadas a un lamentable olvido. Este hecho psicológicamente  las destroza, por eso   suelen caer  a menudo en adicciones nocivas de todo tipo,  motivo por lo cual es continuada  su rutina de entrar y salir  de las correspondientes clínicas de desintoxicación.

Según mi opinión en esta historia de "Misses", a Bella y Susanna Barrett (nombre de la madre) lo que de verdad les interesa a ambas es seguir manteniéndose en la cúspide de  la fama, sin importarles la forma de conseguirlo y todo ello con un único fin:  seguir facturando ingente cantidad de dinero. Y es lo que verdaderamente hace esta criatura, considerada ya un minúscula empresaria. Esto se debe a que tiene su propia línea de joyas, maquillaje  y también de perfume. ¿Os podéis imaginar a una niña de tan sólo seis años dirigiendo todo este cotarro empresarial? A mí personalmente me cuesta mucho creerlo. Y el "angelito" dice que le encanta ser su propia jefa. ¡Qué horror!, ganas a uno le entran de reír por tal disparatada afirmación. Pero me reservo cualquier atisbo de risa por la tristeza que en el fondo subyace en toda esta historia de Isabella Barrett, nombrada en su día "Litte Míss América"  y que además es ya toda una supera estrella de un relaty show en televisión y la imagen de una conocida marca de juguetes. Pero esto no queda sólo ahí, ya que tiene 60 pares de zapatos, todos ellos de diseño, y también cantidades industriales de vestidos de 10.000 dólares cada uno. Dice sentirse muy feliz siendo y rica y famosa la criatura cuya vida es un auténtico frenesí. Si es así, oye pues "miel sobre hijuelas" Además,  ¿qué potestad tengo yo para cuestionar toda esa felicidad que siente, por muy artificial que ésta me parezca?  Aunque eso sí, a la madre por el modus operandi con su hija si que se le debiera aplicar el correctivo legal que se merece. Desde luego que controversia ya ha generado esta historia entre quienes se escandalizan por la forma en que están construyendo su fulgurante fortuna y a quienes les cautiva. La polémica entre partidarios y detractores está servida. Ustedes mismos saquen sus propias conclusiones.