Generación de Hierro.
A veces recuerdo con nostalgia, no exenta de admiración y tristeza, a toda esa generación que por ley de vida ha ido progresivamente desapareciendo, pero que nos han dejado su meritorio y esencial legado, al que debemos conservar como dice el tópico popular “igual que oro en paño”. Estoy hablando de esa generación que literalmente se jugó la vida por conquistar derechos laborales y sociales. En definitiva, quienes se batieron el cobre, muchos de ellos apecho descubierto, para defender a la clase trabajadora que viene a ser a los parias: esos que siempre han estado condenados a enjuagar las heridas de la Historia con sus lágrimas. Que trataron de forjar un futuro prometedor para sus descendientes. Es obvio que fue dura y dificultosa la pelea, pero hubo conquistas muy valiosas que dan fe de que su lucha no resultó en vano. Pero lamentablemente tal como está hoy en día el panorama tanto el político como el social, tengo la sensación de que hemos olvidado todo el esfuerzo, el sacrificio, la lucha de esta generación que hizo posible que pudiéramos vivir mejor. Y lo triste y terrible es que no solo parece olvidarse, sino que también destruirse en aras de la vulgaridad, de la estupidez supina; como también de la polizarización extrema e irreconciliable que se empeña una y otra vez en destruir todo lo que con coraje y sacrificio fueron construyendo esta admirada generación, a la que se conoce popularmente como “Generación de Hierro”. Por tal motivo, se hace necesario seguir defendiendo con firmeza ese importante legado que nos dejaron, no solo para honrar su memoria, sino para que no terminemos destruyéndolo del todo.
Enfangados.
Estamos viviendo, o más bien sufriendo, tiempos nauseabundos en todo lo que actualmente guarda relación con la política. Todas esas intrigas que van surgiendo por causa de los tejemenajes de los políticos de este país, hablo de España, así lo confirman. Lamentablemente vamos de sobresalto en sobresalto con la sucesión de escándalos en el entorno del Gobierno, y por supuesto oposición que ésta no se libra tampoco de estar enfangada en el escándalo de turno. En ocasiones de causar vergüenza e indignación, como lo que ocurre con la dramática situación de Gaza, la vileza de la oposición, con Feijoo a la cabeza, se hace palmaria por el hecho de estar a favor del gobierno genocida de Israel, con tal de ir en contra de Pedro Sánchez que se ha posicionado tibiamente a favor de la causa del pueblo palestino. Es evidente que la política española sigue arrastrándose por el fango hasta niveles que ni uno se imagina y soltando un airé fétido irrespirable.. Y para muestra un botón. Juzguen ustedes mismos: intrigas de la “fontanera socialista” Leire Díez, la UCO de la benemérita, “el hermanísimo” del presidente y su enchufe en la diputación de Badajoz; que si el novio de Ayuso, que si la esposa de Pedro Sánchez, sentados en los banquillos ambos judiciales por corruptelas. Los Casos Koldo, Abalos, el legado de sombras judiciales que acechan al Pepé…Cadáveres y mierda que se esconde bajo las alfombras del congreso, sin duda, pero tanto de quienes gobiernan, como sus opositores. Pero hay que recordar, que a toda esta chusma política la elegimos nosotros voluntariamente, y que crecen y medran por nuestro pasotismo, nuestra indolencia, como también nuestros por votos y aplausos. Razón por la cual tanto sinvergüenza incompetente está ahí, para servirse, no para servirnos. Puro negocio, no un servicio a favor del ciudadano, han convertido a la política estos individuos. Por tanto que les importa estar enfangados hasta el cuello por la sucesión de escándalos, si por el mogollón dinero que trincan y la demostración de poder, van a seguir deslizándose por fango lo que haga falta. Eso sí, aunque estén embarrados hasta el cuello, ninguno de estos individuos dimite. Sino que se lo pregunten al ínclito Mazón, presidente de la Comunidad valenciana, con casi 300 cadáveres a sus espaldas, y ahí sigue en su poltrona, protegido por el mandamás del Pepé.
Algoritmo.
Resulta muy desalentador, y triste a su vez, que exista una generación con estudios superiores que cree antes lo que ve en las redes sociales y que es divulgado por cualquier influencer cantamañas o iluminado coach, que lo que con razones empíricas nos muestra, o dice, la ciencia. Un futuro preocupante se augura por el hecho de que hoy en día exista tantísima gente que se informa por videos de Tictok en vez de leer con detenimiento artículos firmados por personas sobradamente preparadas. Con tanta digitalización, tanta vida y cultura virtual el nivel de nuestra naturaleza humana está bajando a ras de tierra, y con el riesgo de que si continuamos depositando toda nuestra confianza y modelo de conducta a los algoritmos, acabaremos descendiendo a las profundidades del abismo. Y una vez que hallemos recibido con toda su crudeza el golpe de la realidad y nos haga tocar fondo, tengo el presentimiento de que no habrá Inteligencia Artificial que de allá abajo nos rescate.