La verdad es
que siempre creí que el
asunto de los desahucios era únicamente problema de la crisis, y como dicen,
comentan, comunican… en los mentideros políticos que supuestamente ha
desaparecido la devastadora crisis que asoló a este atribulado país, hablo de España por
supuesto, razón por la cual me creí ingenuamente que esta dramática situación de los desahucios había
desaparecido también con la crisis; o se había vuelto más comedida y no tan "voraz" como en los años críticos.
Pero por lo visto estaba totalmente equivocado ya que por desgracia los desahucios siguen sin darnos ni la más mínima tregua. Es más,
la última información que tengo sobre este asunto es que el pasado
año 2018 fue el año en que más desahucios hubo en España. Para que luego esta chusma política de cualquier símbolo,
nos cuenten con sus interesadas milongas
de que la crisis ya forma parte del pasado. Mentira y gorda si en realidad, esta problemática social
profundamente ligada a la vivienda, es
la crisis la culpable de que siga latente y además
de manera exponencial creciendo. Los estremecedores datos así lo reflejan. Son datos
que indican el que alrededor de 150 familias son desahuciadas a diario
en España, unas cien por impago de alquiler y las otras cincuenta por no poder
frente a su hipoteca. Por lo que se ve la tendencia es que se desahucia más a
personas que viven en régimen de alquiler y no a los hipotecados. Lo que
resulta palmario es que siguiendo este índice de datos, supondría que al año
aproximadamente unas 54.000 familias son arrojadas a la calle sin miramiento alguno y
privadas de uno de los derechos más elementales. Puede que dentro de estas cifras se de
el caso que haya muchas familias
faltos de escrúpulo y con mucha desvergüenza
se instalan en una vivienda y no les sale de los cataplines pagar
alquiler alguno. No cuestiono que sean
expulsadas por medios lícitos de la vivienda, si pudiendo pagar, se niegan a cumplir las condiciones económicas acordadas; pero
en cambio las familias que son privadas del derecho más elemental como es la vivienda
debido a no poder hacer frente a los correspondientes pagos por hallarse en
situación de pobreza extrema, me resulta de lo más indignante su expulsión. Por tanto la lucha contra esta injusticia debe ser una constante a fin de que la codicia y la infamia no predominen nunca por encima de cualquier derecho elemental, en este caso el de disponer de una vivienda.
¿Ustedes se
imaginan la situación de que debido a una mala racha laboral o por el avaricioso
abuso por parte de un propietario inhumano, tanto particular como el de una
empresa, y por supuesto también la
codicia y usura de la Banca, le dejen a uno en la puta calle con todas sus
posesiones materiales, muebles y
otras sus cosas personales. En
definitiva con toda su vida entera tirada en cualquier acera como una signo de
fracaso personal y humillación pública.
Yo desde luego me lo puedo imaginar y esta circunstancia me parte el alma y siento que el mundo se me viene abajo con toda su desesperación y con toda su derrota. Es lo más humillante y
desolador observar como una vida entera de luchas, esperanzas, ilusiones… es
arrojada al muladar de la injusticia. Sin importar que se trate de niños, ancianos, personas discapacitadas. ¿Pero de verdad que no existe solución alguna para esta
escalofriante problemática ?
¿Tenemos que estar conviviendo desgraciadamente de forma permanente con ella y conocer casos en que los afectados no encuentran más salida que quitarse de en medio por la dimensión de este drama, o vivir abyectas situaciones donde la represión policial se hace manifiesta cargando contra vecinos y activistas cuando éstos intentan paralizar un desahucio? ¡Qué horror, qué espanto! me parece el ver a tanto policía o guardia civil equiparados con su armamento y uniforme, como si fueran a un conflicto bélico, cuando es requerida su presencia afín de proteger a quienes llevar una orden de desahucio para expulsar de su vivienda a una pareja indefensos e infelices ancianos; o a madres con sus hijos menores. Esto es Marca España señores, en fin que sí, que semos diferentes. Por otra parte,
sólo cuando sale a la palestra de los
medios de comunicación la muerte por suicidio de personas afectadas por un desahucio, por lo impactante y aterradora que resulta la noticia; así
como por la indignación generalizada y denuncia pública que genera, los políticos, mas por proteger sus intereses partidistas que por un serio compromiso en favor de esta causa, tras consenso procuran poner en marcha alguna medidas
previsoras afín de que atenúen la
problemática. Pero me temo que las medidas nunca serás lo suficientemente
válidas si no se ataja de raíz esta dramática situación que tantas veces tiene
consecuencias mortales.
Los dirigentes políticos de este
país acostumbran a llenarse la boca con referencias constitucionalistas cuando surge algún conflicto estatal, como por ejemplo lo que ocurre en Cataluña. Me
parece lícito y perfecto, que a cuenta de este conflicto secesionista, hablen siempre de la Constitución y
defiendan en su nombre la unidad territorial. Pero también encuentro legítimo y
necesario que citen la Constitución y también en su nombre defienda el derecho
tan elemental como es la vivienda. Por que si no me equivoco el artículo 47 de
la Constitución dice que “ Todos los
españoles tienen derecho a disfrutar
de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las
condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer
efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el
interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las
plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos." Pero por lo que se ve a día de hoy este
artículo me parece pura retórica engañosa porque para nada se cumple lo
que expone, y a las pruebas me remito viendo como exponencialmente los desahucios siguen incrementándose,
y el acceso a disponer de una vivienda, tanto en alquiler como en propiedad, es
casi imposible. Todo por ese problema de
que el precio de la vivienda, ya sea
compra o alquiler, no se ajusta a la realidad salarial del país. Si la
vivienda, que es un derecho garantizado en la Constitución, deja de estar
accesible a la gente de a pie, pues ya me dirán señores del Gobierno, que hacemos. Lo que está claro es que deben ser los políticos, siempre que dejen a
un lado su inoperancia y desidia, desde sus puestos de representación y
responsabilidad los que deben adquirir un serio y verdadero compromiso para
cortar de raíz esta tristísima situación
en la que personas que han vivido durante años en sus
casas son expulsadas a patadas de ellas para luego ser abandonadas en la calle
por un sistema Administración que no tiene soluciones para estos angustiosos dramas.
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