domingo, 18 de junio de 2017

DOS MEGACRAKCS TRAMPOSOS

El llamado deporte rey como es considerado hoy en día el futbol, de continuo parece estar salpicado de escándalos y todos ellos vienen ocasionados por alguna corruptela vinculada a este deporte, si es que aún se le puede considerar como tal y no como un gigantesco y lucrativo negocio que mueve ingentes cantidades de dinero. Por esta razón no es de extrañar que a menudo surja todo tipo de podredumbre cuyo denominador común es la codicia pura y dura. Sospecho que el afán avaricioso sea  la causa por lo que últimamente todas esas mega estrellas y estrellitas del celuloide futbolístico están siendo noticia en los medios de comunicación por no cumplir con sus deberes contractuales con el Fisco. Los casos más recientes están relacionados con ese par de megacraks del balompié que juegan en la liga española de futbol; me estoy refiriendo a Leonel Messi y Cristiano Ronaldo. Ya ven, dos auténticos iconos mundiales, referentes en especial para los niños, y ambos inmersos en fraudes fiscales. El primero fue condenado a 21 meses de prisión por cometer tres infracciones fiscales. Al parecer este genio argentino del balón, junto a su padre, defraudaron unos 4 millones de euros en años sucesivos. Por contra, el otro genio portugués del balón, Cristiano Ronaldo, de momento está acusado de defraudar a la Agencia Tributaria alrededor de 15 millones de euros. Hasta que no se demuestre los delitos fiscales que se le imputan sólo será supuesto culpable. Pero está claro que si la Fiscalía del Estado ha aireado sus irregularidades con el Fisco, su culpabilidad no deja muchas dudas y por tanto también se le pedirá pena de cárcel. Estoy plenamente convencido de que el fallo no sobrepasará los dos años, tiempo necesario para  ingresar en prisión. Aunque  lo normal en estos casos es  que ambas partes lleguen a un acuerdo y al final todo acabará en que la Agencia se resarcirá cobrando y se acotarán los plazos de litigio para el malhechor. Ahora, pongámonos en el supuesto de que al ser tan elevada la cantidad de dinero defraudada, le imponen una condena que supone el tiempo suficiente requerido para ingresar en chirona. ¿Algún ingenuo se creería que lo iban a enchironar? Vamos, ni en sueños, porque se pondría rápidamente en marcha todos los engranajes que mueve a la maquinaria del negocio futbolístico y removerían "Roma con Santiago" ante los tribunales para que el astro portugués siga difundiendo su esplendorosa luz con el fin de que continúe generando ingentes cantidades de dinero dentro y fuera del campo de futbol a través de su mercantilizada imagen.
 
 

(  ¡¡A HACIENDA PUBLICA, POR SUPUESTO...¿A QUIÉN SI NO?!! )
 
Que necesidad tendrán estos individuos que trincan auténticas millonadas de euros al año de evadir tal cantidad de dinero, que a mi juicio les supone peccata minuta a la hora de cumplir con sus deberes contractuales con la Agencia Tributaria. No hay duda que  por mor de la insaciable codicia proceden de esta forma tan ignominiosa. Tampoco es que a mí personalmente me cause una sorpresa mayúscula el  execrable comportamiento de todas estas figuras del futbol que tejen redes mafiosas y clandestinas para desviar grandes fortunas de dinero a sociedades opacas con sede en paraísos fiscales. Son los acostumbrados casos de corrupción que desgraciadamente asolan de continuo a España y  muy en especial  los que están vinculados a los políticos, la mayoría de ellos a fines al poder. Parece ser que todos estos famosos individuos podridos de dinero, o con grandes influencias políticas, tuvieran beneplácito para delinquir contra el erario público por el simple hecho de que la justicia no acostumbra a caer sobre ellos con todo el peso de la Ley. Más bien acaban yéndose de rositas por la promulgación de leyes que los exoneran y permite que   la impunidad sea un privilegio exclusivo de  los ricos y famosos, en cambio   los impuestos  que los paguen  los parias y demás   muertos de hambre que a duras penas consiguen llegar a fin de mes para mayor gloria  de la Marca España. 
 
Lo lamentable de este último escándalo futbolístico es que a la gran mayoría de los aficionados a este deporte les importa un ardite los delitos fiscales  cometidos por este par de megrakacs.   Esto es consecuencia del lavado de cerebro que les hacen los medios de comunicación por la  abusiva información que emiten a todas horas del día sobre este "pan y circo" moderno que en mi opinión considero al futbol. Para beneficio propio acaban implantando una sinergia en esa masa alienada y manipulada que vive para y por el futbol. Por esta razón a la masa lo que realmente les importa es que sigan enconadamente rivalizando por balones de oro, o por marcar el mayor número de goles con sus correspondientes equipos para crear catarsis colectiva y no los fraudes cometido contra el Fisco. A pesar de que sus hechos delictivos en buena medida los afecta directamente porque cuando un facineroso mete mano a las arcas del erario público, utilizando cualquier medio ilícito, está robando a todos los españoles. Así que ojito al dato a la hora de encumbrar en los altares de la gloria mediática a este tipo de fraudulentos personajes públicos porque tal como podéis comprobar, cuando está por en medio el codicioso materialismo su proceder es de lo más infame.  Y lo más indignante de este nauseabundo asunto es que cuando son descubiertas todas sus fechorías, tratan de protegerse con excusas pueriles dictadas por sus abogados, tal como en su día hizo el ínclito Leonel Messi, cuando sentando en el banquillo de los acusados dijo  lo siguiente: "Yo no sabía nada. De la plata se encargaba mi papá.  Desconozco que excusa pondrá el genio luso si acaban por sentarlo también en el banquillo de los acusados. Aunque de momento para evitarlo, tiene la intención de marcharse de España porque dice sentirse maltratado en este país y nada protegido por su club. No se si su idea de irse, es sólo una pataleta  chantajistas de un niñato consetido para que el club acabe claudicando y apoquine su deuda o es para no tener que  pasar el mal trago de verse en los tribunales, lo cual sería nefasto para su imagen. Tanto si se va como si se queda,  lo importante es que sea obligado a saldar cuanto antes su deuda y además  con las correspondientes sanciones por haber tratado de defraudar a Hacienda Pública con premeditación y alevosía.

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