martes, 25 de noviembre de 2025

25 Noviembre ¡¡MALTRATO CERO!!


miércoles, 5 de noviembre de 2025

REFLEXIONES DISPERSAS (Noviembre)


 

Psicofármacos.

 

Resulta que las ventas de antidepresivos crecieron un 24% en España en un solo año. Así como lo oyen.  Este dato  indica que este país tiene un problema de salud mental muy peliagudo. Con el problema añadido, que se está abusando de los psicofármacos y  este hecho hace que vayamos en cabeza del consumo internacional. Que triste  resulta saber    el que  destaquemos a nivel mundial  en esta problemática.  Podíamos destacar en algo más sugerente, pero no estamos de suerte. En fin; que al respecto,  este país pone  un circo y le crecen los enanos.  Parece ser que  son las mujeres las principales consumidoras de los psicofármacos. No se muy bien a que es debido. Supongo que por  su mayor implicación en las obligaciones  de la vida  y eso   las hace  más vulnerable en referencia a los trastornos psicológicos.   No es de extrañar que se abuse de su   consumo si al parecer cuatro de cada diez españoles convive con un problema de salud mental. Datos que confirman  el problema espinoso  que arrastra España por causa   de las patologías asociadas a las  perturbaciones del cerebro.  Lo que está claro que la venta creciente de antidepresivos en España, radica en buena parte por la pésima situación social  que se vive en este país y que no deja más alternativa que para paliar los efectos   que corroe el estado anímico usar  psicofármacos. Porque existe un dato demoledor de una injusticia obvia como es que el consumo de este medicamento es ocho veces mayor en barrios y familias desfavorecidas socialmente que en los más pudientes.  Opino que  es este sistema excluyente el culpable  del progresivo aumento de los antidepresivos.  Si no existen políticas que faciliten el acceso a vivienda, reduzcan la precariedad laboral y todo cuanto mejore la calidad de vida de los más desfavorecidos de la sociedad, se va a tener que echar manos de los psicofármacos para paliar los efectos perniciosos derivados de  los trastornos mentales.  No va a quedar más remedio por mucho que lamentablemente  sigamos  batiendo record de ventas y  encabecemos a nivel internacional tan penoso ranking.  






 

Envejecer.

 

¿Alguno de vosotros habíais escuchado  en alguna ocasión la palabra Midorexia? Yo personalmente sí que la conozco.  Su significado  viene a  decirnos que se trata de un trastorno psicológico que refleja el miedo irracional a envejecer y que no te deja vivir.  Este trastorno mental es evidente que se produce por causa de unos estándares sociales que priman la belleza y la juventud.  Con lo cual la vejez queda marginada, relegándola a la invisibilidad permanente. Por desgracia vivimos en una sociedad donde es norma habitual asociar a la juventud con la belleza y el éxito, por el contrario al envejecimiento lo vinculan con todo cuanto representa negatividad. Esta circunstancia  genera el temor a la pérdida de relevancia o de los valores personales. Las nefastas consecuencias  que todo ello produce pueden resultar muy graves y no es de extrañar que afloren sensaciones depresivas, de baja autoestima, ansiedad, etc.  La mayoría de personas que  sufre tan dañinas sensaciones   terminan por someterse a agresivos procedimientos estéticos con resultados dispares. Es obvio que si el trastorno psicológico está cronificado, no hay bisturí del cirujano plástico que lo solucione. Desde luego que entrar la etapa de la vejez no resultar muy estimulante, ya no por la supuesta pérdida de esos estereotipos de belleza vinculados a la juventud y  que pueblan los mensajes en publicidad y redes sociales,  sino por el progresivo deterioro de la salud que eso  si que nos debiera preocupar por que paulatinamente nos va restando calidad de vida. Pero aún así, es necesario envejecer con dignidad y  aceptar la ancianidad como algo natural por que es ley de vida. Y sobre todo combatir los prejuicios asociados a la edad porque si los dejamos que de continuo nos acosen bruscamente hasta ir carcomiendo paulatinamente el estado anímico seremos también de continuo víctimas de la infelicidad. Y me niego por activa y por pasiva a aceptar que la vejez no tiene  también sus momentos  de felicidad.  Envejecer no debería causarnos miedo, ni ser motivo de tristeza. Quizá en llegando a la senectud de  la vida, lo importante no debiera ser buscar remedios a fin de detener el tiempo, sino que tratar de aprovecharlo al máximo.

 

Vivienda.

 

“Los hijos no se van de casa ni para dios" es un dicho popular que expresa la dificultad que sienten algunos padres para que sus hijos se independicen.  Pero habría que preguntar, ¿si realmente los hijos están a gusto con esa falta de independencia, o le resulta angustiosa vivir esta situación?. Cierto que habrá quienes se sienten la mar de a gusto por pura comodidad, aunque buen seguro la mayoría querrá independizarse. Pero viendo tal como está el panorama social, tanto en lo  económico como laboral, les resulta imposible acceder a una vivienda en propiedad. Y en alquiler más de lo mismo,  por el hecho de que la mayoría de jóvenes son mileuristas. Al tratarse de un sueldo precario, el alquiler engulliría sus ingresos. Es como “la pescadilla que se muerde la cola” y que se halla encerrada dentro de  un círculo vicioso. No es de extrañar que ante esta espantosa situación, los jóvenes no tengan posibilidad real de emanciparse. Y aunque a veces se tome a cachondeo eso de que los jóvenes no quieren irse de la casa de sus padres ni a tiros,   habría que tomarlo muy en serio porque la falta de emancipación  genera graves problemas  económicos al país, como por ejemplo   el retraso de la maternidad, circunstancia ésta que conlleva a disminuir la natalidad y compromete el sistema de pensiones. La problemática de falta de vivienda y precariedad laboral, hace que los jóvenes mejor formados profesionalmente emigren a países donde tienen más facilidades  de acceder a una vivienda. La huída de los jóvenes en busca de unas mejores condiciones de vida hay que achacarlo al fracaso de un sistema de gobierno incapaz de poner freno a la especulación urbanística, que es la principal causa de que a día de hoy  a las nuevas generaciones les  resulte imposible acceder a una  vivienda, tanto en alquiler como propia.  

jueves, 9 de octubre de 2025

Reflexiones dispersas (Octubre)


 

 

Corruptos.

 

Uno trata lo menos posible de hablar de los políticos por hartazgo, o pereza, y sobre todo para no cabrearme en demasía, pero resulta imposible el no hacerlo por causa  de toda esa  basura política que vomitan los medios de información,  los cuales nos ponen a la orden del día lo último de las cloacas del congreso de los diputados  con su hedor correspondiente. Lamentablemente esto  de la corrupción política es un suma y sigue, como ese  “malévolo cuento de nunca acabar.”  Y es que esos dos  “pájarracos de mucho cuidado” vinculados otrora al Pesoe, con cargos de altura, es una constante el salir a  la  palestra de los medios de comunicación por el escándalo de turno. Me  estoy refiriendo al  ex ministro de transportes, José Luis Ábalos y su entonces asistente Koldo García. Acaba de salir la noticia de que estos dos sujetos  con sus tejes y manejes andaban metidos en pagos sin respaldo documental:  dinero en negro, que era introducido en sobres. Se trataba de  billetes a los que bautizaron  con un lenguaje personal  convenido  con nombres como: “chistorra”(500), “soles”(200) y “lechuga” (100).  Me recuerda este asunto aquel otro de años atrás con el tesorero del Pepé, el proscrito Luis Barcenas pagando sobresueldos en dinero negro a altos cargos del partido,  incluido al presidente de entonces Rajoy.  Se ve que la corrupción en forma de dinero negro seduce a ciertos individuos de cualquier índole política que está cercano al poder. Lo que resulta palmario es que cada caso de corrupción que aflore y esté relacionado con el gobierno de Sánchez, es dinamita en manos de la posición para hacerla estallar. Porque ya sabemos que toda la chusma política quiere el poder a cualquier precio; en cambio del trabajar al servicio de los ciudadanos, o del país,   huyen como de la peste. Solo priorizan sus intereses personales y los del partido que les resguarda.





 

Tenpus fugit.

 

Dejó escrito el ilustre poeta  Antonio Machado, aquello de "que todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar". Efectivamente que vamos pasando, y a su vez,  dejando huellas a lo largo de este nuestro recorrido por la vida. Como también vamos dejando ausencias,  sueños imposibles, amores perdidos; lo mismo que  vamos dejando pasado, al que  nunca dejamos relegado en el olvido, sino guardado en  la nostalgia. De vez en cuando  acudimos a ella, y  encontramos momentos que nos llevan a lugares lejanos, de los que  nunca volvemos, porque nuestra esencia permanece allí eternizada, máxime si en ese lugar está la génesis de nuestra vida. Y seguimos pasando,  en ese inevitable tempus fugit  para hacernos sentir que el tiempo es inaprensible, no puede detenerse ni hacerse retroceder.  Por tanto, sería provechoso tener siempre muy presente el  Carpe Diem; ya saben:   tratar de vivir el momento, disfrutar del instante que es fugaz el tiempo. Porque resulta evidente que aquí estamos tod@s de paso, mientras más momentos felices podamos disfrutar, con mayor agrado notaremos la sensación de haber aprovechado el tiempo de vida que nos ha tocado vivir. Ya se que hoy en día vivimos de sobresalto en sobresalto, por causa de que  el mundo  es un verdadero drama, pero aún así, es necesario apostar siempre a favor de disfrutar el momento, vivirlo con intensidad,   porque ni el tiempo, ni la vida esperan

 

Amor y odio

 

Me resulta totalmente incuestionable   el que la vida de las personas que han estado en contacto con nosotros, con sus defectos y sus virtudes,  y que fallecen se quedan en la memoria de los que aún permanecemos  vivos. Tantos aquellos que hemos amado, apreciado, o tenido respeto; como a los que hemos odiado o nos han caído tan horrorosamente mal que han resultado ser  como ese dolor  que por desgracia  llega a nuestra vida, no de paso, sino para quedarse de forma permanente. Tal como índico, todas estás personas muertas  y que han estado  vinculadas por desigual motivo a nosotros,  se quedan en la memoria, pero obviamente el sentimiento y el recuerdo hacia  cada uno de ellas por pura lógica es diferente. Aquellos a quien hemos profesado amor recíproco, permanecerán por más tiempo en la memoria, y con toda seguridad trataremos de continuar pronunciando emocional y cariñosamente  sus nombres a fin de que no se mueran del todo.  En cambio, a quien nos empuja  un sentimiento de animadversión  a la hora de  recordarlos por circunstancia  nada agradables, intentaremos pasar página en la memoria con el fin de que lo antes posible  caigan en el olvido. Aunque hay que reconocer que, a nuestro pesar,   nunca lograremos que desaparezcan definitivamente de nuestra memoria esos repentinos intervalos que  los rescata del olvido y hará que revivamos lejanos   momentos desapacibles   por que la vida nos podrá de forma inevitable en esa tesitura. Para nuestra  tranquilidad,  esas personas serán más pasto del olvido que del recuerdo. Porque estoy convencido de que tanto en la vida como en el más allá, el amor  tiene el potencial suficiente para prevalecer  sobre el odio. Por suerte  el amor donde esté  continuamente es el único que   podrá salvarnos de todos lo infortunios   que el destino nos tenga reservados. El rencor incluido.

 

domingo, 7 de septiembre de 2025

REFLEXIONES DISPERSAS (Septiembre)

Simplemente vivir.

 

Es obvio que la adversidades que se suceden  con el pasar de los días  deben  formar parte de nuestra manera  de vivir, por el simple hecho de que solventarlas positivamente  hará que se fortalezca  nuestra salud mental. En buena medida, los infortunios de la vida siempre acostumbran a estar muy presentes en nuestra vivir cotidiano. Surgen sucesivamente cuando  la ocasión lo requiere. Y es que vivir, por definición,  es perder algo, no completar cuanto ansiamos, no conseguir nunca del todo de lo que deseamos. Esto hace que vayamos dejando posibilidades  por el camino: esos sueños que no conseguimos cumplir y que probablemente queden enterrados en el olvido. Pero que en infinidad de ocasiones suelen arañarnos el corazón. Inevitablemente, y por ley de vida, también vamos dejando atrás,  nuestra infancia, adolescencia, juventud; la vejez no quedará atrás por  que obviamente asumimos que ella será quien   finiquitará nuestro  vivir.  Pero tampoco nos pongamos tristes, por estas pérdidas inevitables Mejor las llenemos de  gratitud porque a raíz de esas pérdidas y carencias hemos ido logrando desarrollar otras realidades; otras posibilidades que hay que saber habitar con el optimismo adecuado. Sin desmedida euforia para no caer en fustracciones: nunca obsesionarnos  con lo que no tenemos, y disfrutar más de lo que poseemos. No cometas el error de pensar que la verdadera vida es la que no vivimos. Está claro que hay que saber sobrellevar las cotidianas pérdidas, vivir sin que los desmedidos deseos no vuelvan tarumba, ni inventarnos futuros en plenitud felices, porque cuando la realidad aparezca, el bajonazo anímico que sufriremos puede ser terrible. En resumidas cuentas,  de lo que se trata es que  cuando llegue el final de nuestros  días, sintamos felizmente  la sensación de que vivir fue una experiencia única e irrepetible.








 

Amor y odio.

 

Me resulta totalmente incuestionable   el que la vida de las personas que han estado en contacto con nosotros, con sus defectos y sus virtudes,  y que fallecen se quedan en la memoria de los que aún permanecemos  vivos. Tantos aquellos que hemos amado, apreciado, o tenido respeto; como a los que hemos odiado o nos han caído tan horrorosamente mal que han resultado ser  como ese dolor  que por desgracia  llega a nuestra vida, no de paso, sino para quedarse de forma permanente. Tal como índico, todas estás personas muertas  y que han estado  vinculadas por desigual motivo a nosotros,  se quedan en la memoria, pero obviamente el sentimiento y el recuerdo hacia  cada uno de ellas por pura lógica es diferente. Aquellos a quien hemos profesado amor recíproco, permanecerán por más tiempo en la memoria, y con toda seguridad trataremos de continuar pronunciando emocional y cariñosamente  sus nombres a fin de que no se mueran del todo.  En cambio, a quien nos empuja  un sentimiento de animadversión  a la hora de  recordarlos por circunstancia  nada agradables, intentaremos pasar página en la memoria con el fin de que lo antes posible  caigan en el olvido. Aunque hay que reconocer que, a nuestro pesar,   nunca lograremos que desaparezcan definitivamente de nuestra memoria esos repentinos intervalos que  los rescata del olvido y hará que revivamos lejanos   momentos desapacibles   por que la vida nos podrá de forma inevitable en esa tesitura. Para nuestra  tranquilidad,  esas personas serán más pasto del olvido que del recuerdo. Porque estoy convencido de que tanto en la vida como en el más allá, el amor  tiene el potencial suficiente para prevalecer  sobre el odio. Por suerte  el amor donde esté  continuamente es el único que   podrá salvarnos de todos lo infortunios   que el destino nos tenga reservados. El rencor incluido.

 

Tenpus fugit.

 

Dejó escrito el ilustre poeta  Antonio Machado, aquello de "que todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar". Efectivamente que vamos pasando, y a su vez,  dejando huellas a lo largo de este nuestro recorrido existencial. Como también vamos dejando ausencias, vacíos, sueños imposibles, amores perdidos y por supuesto que  vamos dejando pasado, pero éste  nunca lo dejamos relegado en el olvido, sino guardado en los bolsillos de la nostalgia y de vez en cuando rebuscando en su interior encontramos momentos que nos llevan a lugares lejanos, de los que  nunca volvemos, porque nuestra esencia permanece allí eternizada, máxime si en ese lugar está la génesis de nuestra vida. Y seguimos pasando,  en ese inevitable tempus fugit  para hacernos sentir que el tiempo es inaprensible, no puede detenerse ni hacerse retroceder. Todo se acaba. Por tanto, sería provechoso tener siempre muy presente el  Carpe Diem; ya saben:   tratar de vivir el momento, disfrutar del instante que es fugaz el tiempo. Porque resulta evidente que aquí estamos tod@s de paso, mientras más momentos felices podamos disfrutar, con mayor agrado notaremos la sensación de haber aprovechado el tiempo de vida que nos ha tocado vivir. Ya se que hoy en día vivimos de sobresalto en sobresalto, por causa de que  el mundo  es un verdadero drama, pero aún así, es necesario apostar siempre a favor de disfrutar el momento, vivirlo con intensidad,  porque ni el tiempo, ni la vida esperan

miércoles, 23 de julio de 2025

Poema urgente


miércoles, 9 de julio de 2025

Manipulación








lunes, 23 de junio de 2025

Malditas guerras....