A veces crees que ya es imposible conseguir superar el nivel de estupidez que se da hoy en día, pero acabas dándote cuenta que estás totalmente equivocado al comprobar de ipso facto que sí es posible superarlo por el hecho de que vivimos en una sociedad muy proclive a dar rienda suelta a la insustancialidad más extravagante que uno pueda imaginarse. ¿ Y por qué razón hago este comentario, donde hago alusión a la estupidez? Sencillamente por que días atrás apareció en los medios de comunicación que en la famosa casa de subastas Sothebys, ubicada en Nueva York, un individuo pagó la friolera de 6, 2 millones de dólares por un plátano pegado a la pared con una cinta adhesiva. Así como lo oyen. El comprador fue Justin Sun, empresario de origen chino fundador de la plataforma de criptomonedas Tron. No tengo el gusto, tampoco las ganas, de conocer a este señor, pero me da a mí que es uno de esos tipos millonarios podridos de dinero que a buen seguro pertenecerá a ese 1% que posee el 95% de la riqueza mundial. La supuesta obra artística lleva por título “Comedian”, el cual se lo puso su autor el italiano Maurizio Cattelan. Me resulta alucinante, la verdad, así como indignante, pagar tan obscena cantidad de dinero por esta extravagancia que mires por done la mires no tiene ni pies ni cabeza. Pero lo curioso es que algún sujeto docto en el arte vanguardista y afín a la famosa casa de subastas, ha salido a la palestra, diciendo que esta “obra ha trastocado persistentemente el statu quo del mundo del arte de manera significativa, irreverente y a menudo controvertida". A auténtica retórica pretenciosa me suena el comentario que se acerca al desbarre, y que no es otra cosa que tratar de argumentar tan palmaria extravagancia con el propósito de considerarlo como arte conceptual y darle un significado artístico a este engendro carente de lógica alguna. Es obvio que no resulta únicamente estúpido crear la obra o venderla, si no tratar de argumentarla. A lo mejor es que nos quieren tomar por tontos, o en sí mismo es ya una tomadura de pelo esta controvertida obra que representa la majadería del mundo contemporáneo.
( Esta es la obra de marras)
Ya se que cada uno se gasta su dinero en lo que le plazca y mejor lo disfrute, pero aún así, me resulta de una gran iniquidad, el pagar tan ingente cantidad de dinero por esta "ridiculez bananera", cuando se podría destinar a cubrir las necesidades vitales de todas las personas afectadas por hambrunas, guerras, catástrofes naturales, etc. Se me ocurren infinidad de destinos para hacer llegar este pastizal, pero para que sugerencias más si el disparate está consumado. Lamentablemente hay personas en el mundo que les sobra el dinero y no tienen reparo alguno en tirarlo de la manera que lo ha hecho este magnate chino. Aunque bueno, tampoco nos llevemos a engaño porque quizá Justin Sun no haya disipado de manera gratuita esta enrome cantidad de dinero, y no sea más que una estrategia de marketing a favor del negocio que maneja de las criptomonedas. Conociendo un poco la forma de proceder de esta sociedad tan mercantilizada que de manera permanente urde estrategias con el propósito de lucrarse, todo resulta sospechoso.
Esta obra del surrealismo absurdo, me recuerda un poco a “La Fuente” del artista francés Marcel Duchap. Esa mítica escultura que muestra un urinario de porcelana colocado boca arriba sobre un pedestal. Esta obra data de 1917 y está considerada como un hito importante en el arte del siglo XX. Aunque me considere un profano en este asunto, me atrevo a opinar que tanto el famoso urinario como el plátano pegado con cinta adhesiva tienen un nexo en común muy surrealista, ahora, considerar a ambas como arte conceptual, por muy vanguardistas y provocativas que resulten, me parece una pésima burla de mal gusto. A mi entender, todo esta clase de extravagancias están a falto de lo esencial del arte. Quizá en parte se deba a que cuando una persona con ínfulas artísticas carece del talento como Dios manda, se sirve de estas insustancialidades , y que a buen seguro lo hacen para llamar la atención con interesadas pretensiones. Por que mientras esté en el candelero de la noticia este disparate supuestamente artístico, el autor tendrá la posibilidad de acceder a esos 15 minutos de fama mundial tal como expresaba la mítica frase de Andy Warhol. Por que no hay duda que tanto el autor que ha utilizado una de las mejores armas del arte contemporáneo como es la provocación y el comprador por toda la parafernalia que se ha montado alrededor de su adquisición ambos han gozado de esos mencionados minutos de fama con creces. Pero como todo lo acaecido transcurre a velocidad de crucero, es de seguro que con la misma rapidez que apareció desaparezca y así quedar relegado al olvido. Y de la misma lo sustituya otra insustancialidad surrealista con parecidas intenciones. Luego en las redes sociales se hablará hasta la saciedad de ello y acabará haciéndose viral, cómo no. Y en los medios de comunicación convencionales también se informara al respecto.. Todos nos volverán a contarnos la misma película como un deja vú de costumbre. Y habrá quien se pregunte si dando tanto pábulo al autor y comprador de este despropósito artístico no se encaminará hacia la auto extinción la civilización humana. Desconozco si irá o no de camino, pero es obvio que disparates como éste arriman su particular hombro para la causa, máxime cuando a día de hoy uno siente tras de la nuca el aliento nuclear de ese autócrata ruso hijo de la Gran Putin.
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