viernes, 15 de junio de 2018

TIEMPO DE ESPERA
 
“Yo seguiré esperando porque se que algún día
buscarás el refugio de mis brazos abiertos”
 
                                        (José Ángel Buesa)
 
Ahora que duerme la voz y en el silencio se acomoda,
que mis manos delinean tu cuerpo con otra desnudez 
y en los acordes de tus cenizas ensaya el pasado un tango,
quisiera recuperar tu imagen  diseminada en la ausencia
para emerger como una lágrima y solidificarte en la palabra.
 
Pero   solo soy  peregrino caminando  por un repecho suicida
y me visto con harapos del tiempo para abrigar las cicatrices
que   de ti  conocen todo  y resignadas se esconden
 bajo  la soledad como raíz que  en la nostalgia profundiza
y por el fondo de sus recodos se adentra y me recuerda
donde cayeron derribados mis sueños por un rencor ficticio.
 
A fuerza de renovarte posees mi orfandad,  mi devaneo,
te apropias de la rutina estéril de buscarte en madrugada
y a través de ti crezco sobre el filo de una incógnita y me exilio
en unos brazos secretos que no quieren más patria que tu nombre
ni mas devoción  que al relicario de tus caderas volcánicas.
y de la vorágine  de tanta abstinencia y herejía nos redimen
 
Cuando  te reclame para alumbrar la primavera, aunque florezcas
igual que herida fresca, acércame la fuerza que explota en tu alegría,
porque como eclosión de melancolía en la esperanza te requiero,
hasta que el paisaje respire por mi pulso y en su pálpito
te proyectes como  una ilusión feraz  naciendo en el crepúsculo.
 
Ancestral por mi carne recorres las playas salvajes del deseo
para escribir tu propia historia con la desazón del agua.
Porque el mar tan solo es leyenda sumergida en tus labios
donde  la sirenas navegan y sobre  las espuelas del viento
galopan arcángeles de espuma que  codician liberarme
el corazón envejecido  y sepultado bajo la bruma tu olvido

prueba

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