domingo, 6 de mayo de 2018

MALDAD


 

Es congénita la maldad, o se va desarrollando progresivamente en el ser humano debido  al entorno en que vive. Una dualidad a mi entender bastante compleja. Está claro que perfectamente pueden tener su punto de razón ambas. Es muy probable que no nazcamos con el gen de la maldad y que sean las circunstancias quienes nos obliguen a actuar de una u otra manera;  casi siempre dependiendo del estado mental o personalidad de cada uno.   Hay postulados que dicen que tanto el bien como el mal son inherentes al ser humano y que sólo es cuestión de decisión para alterar su conducta. Aunque también es de recibo reconocer que el concepto del bien y del mal es algo subjetivo. Según la cultura o la manera en que hayamos educado a nuestra mente se irá formando el susodicho concepto. Como por ejemplo son los casos de Hitler,  Stalin, Pol Pot, Franco  y otros tiranos asesinos que se han dado cita a lo largo de la Historia y que  pensaban en su momento que la monstruosidad que estaban cometiendo era para hacer el bien a la Humanidad.   Los expertos en este asunto afirman que quienes  han sufrido una infancia   traumática en un futuro son potenciales sujetos propensos a imitar un comportamiento traumático, con trastornos psicológicos que acaban siempre  generando maldad.  ¿Todos esos psicópatas, pedófilos, violadores y demás ignominiosa gentuza, con el arquetipo de la infanticida Ana Julia Quezada o la siniestra "Manada de lobos violadores",  que lamentablemente han acaparado tantas páginas en los medios de comunicación, habrán sufrido una infancia dura  para que muestren un comportamiento tan abyecto? No lo se, pero desde luego el hecho de haberla vivido no justifica  tan infame conducta.    A veces nos preguntamos como puede ser posible que todos esos de psicópatas con un largo historial de crímenes,  o violaciones,  sean capaces de cometer tantas atrocidades. La respuesta se me antoja  que es bastante confusa y a su vez  muy ardua de entender quienes no tenemos el suficiente raciocinio    para poder llegar a conocer  las razones    que  impulsan a criminales  de esta magnitud   a proceder de esta forma . En mi opinión, una de las principales razones que pudieran  motivar el actuar así a  un psicópata es por perder su capacidad de sentir empatía por los demás. Y puede que la causa de esa pérdida  principalmente se deba a los traumas mencionados. Está claro que los hechos que ocurren en el pasado, si éstos resultan traumáticos, acaban por marcar la vida de las personas y los hacen cambiar  de forma muy negativa si ocurren durante etapas tan primordiales como son  la infancia y la adolescencia.



 

Me resulta palmario el que la conducta humana cuenta con las condiciones óptimas para generar personas extremadamente malvadas. El ser humano en general es bastante impulsivo, y a pesar de conocer las normas sociales, comete todo tipo de maldades aún sabiéndolo, pero es evidente que acaba dejándose arrastrar por los sentimientos, los cuales a mi juicio son parte principal de la considerada maldad genética. Aunque a este respecto, según la teoría del   filósofo suizo Jean- Jacques Rousseau, el ser humano está orientado naturalmente para el bien; nace  libre y bueno, pero debido a la opresión  que ejerce la educación tradicional, destruye esa naturaleza, razón por lo que la sociedad acaba corrompiéndole. Más o menos  viene a darnos a entender  con sus conjeturas que el hombre es bueno por naturaleza pero que al verse afectado por el entorno y la enseñanza convencional  recibida  va  transformándose en un ser malo. Desde luego que razón no le faltan a sus argumentos, aunque   las teorías de este ilustre filósofo suizo son diametralmente opuestas a las formuladas  por  su homólogo, en este caso inglés, Tomas Hobbes considerado uno de los fundadores de la filosofía política moderna, quien advirtió que el estado de naturaleza del hombre no es pacífico, sino más bien “un lobo para el hombre” que se une en sociedad con el único interés de sobrevivir. Un interés que según mi criterio  es puro egoísmo cargado de sibilina maldad. Y puede que también manifieste una veracidad incuestionable.  Lo que  resulta  axiomático a todas luces es que sus teorías acerca de la naturaleza humana son palmariamente antagónicas.  ¿ Cuál  de ambas puede resultar la más certera?  Será cuestión de  emplazarlas  a  una interesante discusión, donde hay duda que  se  podrá originar numerosos debates encontrados.

Quizá lo  que también deberíamos  preguntarnos es ¿quién no posee maldad en su interior?  Pienso que nadie está exenta  de ella, aunque sea una ínfima cantidad, la cual es lo suficientemente válida para maquinar cualquier estrategia con tintes maliciosos.   No somos la bondad personificada.  Reaccionamos con impulsos o instintos de maldad la mayoría de veces  cuando no sentimos agraviados física y mentalmente. Es como un mecanismo de defensa para no estar excesivamente expuestos al mundo. Hasta las personas que creemos que son esencialmente bondadosos, tipo la “Madre Teresa de Calcuta”,  tienen también sus dosis de maldad en su interior con el propósito de que no les hagan daño.  Mucho se  ha escrito e investigado con referencia  a la maldad y  son varios los experimentos  que se han hecho y el resultado en la mayoría de esas investigaciones muestran lo mucho que puede influir el entorno en el que nos encontramos a ese rol que desempéñanos en nuestro comportamiento y actitudes. Aunque debemos tener en cuenta que existe la maldad intrínseca en el ser humano de tal forma que en algún momento podemos manifestarla  y ser extremadamente crueles. Por otra parte, si ya desde su naturaleza la maldad es perniciosa, cuando se alía con la ignorancia se convierte en la reencarnación de lo peor que puede llegar a ser el hombre, y por desgracia en la actualidad en el mundo hay excesiva  tendencia a hacerse realidad.  



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