martes, 15 de abril de 2025

REFLEXIONES DISPERSAS (Abril)

 

Futuro S.O.S

 

Supongo que tod@s estaréis  al corriente de las tropelías que día de hoy  están cometiendo estos dos infames individuos, como son Vladimir Putin y Donald Trup, auténticos miserables de una crueldad y vileza infinitas.   Dos verdaderas serpientes que se enroscan, pero que tratan de no hacerse daño porque tienen objetivos comunes: repartirse el mundo entre ambos, aunque esto suponga muertos y mas muertos a su haber, bien directamente o de forma colateral. La guerra comercial arancelaria que ha declarado a todo  el mundo el  maldito Trup está poniendo patas arriba el comercio internacional, y pone en riesgo la inestable inestabilidad del mundo, y final los  efectos dañinos de este despropósito   lo van a sufrir los de siempre: los parias. El ególatra ruso  a cuenta de  invadir  Ucrania,  el clima de alarma que están creando en lo medios de intoxicación, perdón de comunicación,  es para echarse a temblar. No están metiendo literalmente el miedo en el cuerpo, aunque parte de razón tienen  por este peligroso y sanguinario conflicto,  que va para tres años, y  que constantemente  amenaza con  un bombardeo  nuclear. Por si acaso, ya nos están  recomendando disponer del kit de supervivencia, o la construcción de los bunkers antinucleares. Un panorama futurible nada halagüeño  se nos presenta,  la verdad. Como para ver el futuro o la vida con optimismo,  imaginando la que nos puede caer encima si todos estos señores  de la guerra les da por armar  un pifostio apocalíptico. De ser así, aquí no queda vivo ni dios. Bueno,  igual  los refugiados en los bunkers, puede que si. Pongamos que se salvan y  logran salir del agujero con vida, ¿pero luego qué esperanza les queda; que futuro se les presenta,  si el planeta estará arrasado y quedará yermo  e irrespirable?






Reírse.

 

Acabo de enterarme de que reírse puede actuar como un antidepresivo que reduce el estrés. Esto se debe a que la risa promueve la elaboración de la serotonina, la hormona que, entre otras funciones, regula el estado de ánimo y reduce el estrés.  A menudo es llamada “hormona de la felicidad” debido a su asociación con el bienestar y la sensación de calma.   La verdad que sabiendo que la risa produce tales beneficios terapéuticos, a la hora de sufrir una depresión de caballo,  ¿no les parece  que lo más conveniente y saludable  va a ser tratar de reírnos a mandíbula batiente  y no echar mano de los medicamentos psicotrópicos, que además de no resultar nada saludables pueden convertirte en  un adicto patológico de su consumo? Así que ya lo sabes: ríete hasta de ese chiste malísimo que no tiene ni pizca de gracia. Y en un momento   si no encuentras nada gracioso, puedes   reírte de las ocurrencias de ti   mismo. Eso sí,   procuren  contagiar  a los demás vuestra risa,  hacer extensibles los momentos de calma y felicidad para que  otras personas experimenten tan placenteras sensaciones.  Ya se que a día por causa de  la situación social y política que se da  a nivel global y que está en convulsión permanente debido a las guerras, catástrofes naturales, hambrunas, corrupción, violencia de género,  etc. no invita precisamente a la risa, sino más bien a   todo lo contrario como es “llorar a mares” a fin de aliviar nuestra rabia y congoja. Pero la mente adora la risa por que actúa como un antidepresivo que reduce el estrés. De ahí la necesidad de reír el mayor tiempo   posible. Por supuesto que también  tenemos que reservar momentos   para llorar,  porque las lágrimas  resultan ser terapéuticas ya que sirven para sanar y desahogarte.

 

Algoritmo.

 

Resulta muy deprimente,  que exista una generación con estudios superiores que cree antes lo que ve en las redes sociales  y que  es divulgado   por cualquier  influencer cantamañas  o iluminado coach, que lo que con razones empíricas  nos  muestra   la ciencia. Un futuro  preocupante se augura por el hecho de que    hoy en día exista tantísima gente que se informa por vídeos de Tictok en vez de leer con detenimiento artículos firmados por personas sobradamente preparadas. Con tanta digitalización, tanta vida  y cultura virtual el nivel de nuestra naturaleza humana está bajando a ras de tierra, y con el riesgo de que si continuamos depositando toda nuestra confianza y   modelo de conducta a los algoritmos, acabaremos descendiendo a las profundidades del abismo. Y  una vez que hallemos recibido con toda su crudeza el golpe de la realidad  y  nos haga tocar fondo, tengo la corazonada de que  no habrá Inteligencia Artificial que de allá abajo nos rescate.

 

De paso.

 

Ya que estamos en esta vida de paso y nadie va a ser inmortal por mucho empeño que le pongamos, convendría intentar de que, una vez hayamos muerto, nos sigan recordando con cariño en todas las cosas que amamos y  no que continúen odiándonos por causa de todas las cicatrices y heridas abiertas que hemos ido dejando.

 

jueves, 6 de marzo de 2025

A VUELTAS CON LA ESTÉTICA

 

No se cuantos de vosotros estaréis familiarizados con la palabra midorexia.  Según la acepción que consta en el  diccionario de la RAE es  un término que hace referencia  a aquellas personas que no aceptan su edad.  Que no es otra cosa que un miedo, o temor obsesivo,  a envejecer. Quédate con este concepto que es probable que conozcas a alguien muy identificado con él. ¿Acaso tú mismo que estás leyendo el texto? Nada positivo augura  el que la sociedad actual cada día se preocupe más por la imagen  exterior  a fin de  aparentar ser permanentemente joven y negar la ineludible realidad de   envejecer.  En mi opinión,  vivir aparentemente el espíritu de Peter Pan desde luego no resulta nada recomendable para el bienestar personal, en especial el en plano psicológico.   Es evidente que la fobia que se tiene al envejecimiento es la causa de que se originen  infinidad de  trastornos mentales  que derivan en la  nula autoestima que uno se tiene. Pero también es de recibo el reconocer que vivimos en la era de la imagen y que merced a las redes sociales, con filtro y distorsión de la realidad, continuamente estamos más expuesto que nunca a las vidas en apariencia perfectas y a rebosar de belleza, según los cánones establecidos de la hermosura física,  claro está. Ante tan sobredimensionada muestra es muy fácil caer en la obsesión de querer emular patrones estéticos para  formar parte del grupo. Pero cuando no se logra porque esos cánones estéticos son mayormente  imposibles, la frustración y la pérdida de autoestima es alarmante, con secuelas mentales graves. Resulta palmario  que en un mundo de obsesión visceral por la estética cuando lograr conseguirla es prácticamente una utopía, nunca va a terminar bien el asunto. Pero aún así, no importa tratar de conseguirla a través de todos los medios disponibles, sin tomar conciencia de que pude resultar muy dañino para la salud.






Hay quienes debido a ese pánico irracional que genera los cambios externos que inevitablemente nos produce el paso del tiempo, tratan de disimularlos a toda costa a base de dietas, potingues antienvejecimiento, ejercicios, bisturí del cirujano plástico, etc. Pero cuando no se logra los objetivos deseados, se “tira por la calle del medio” y se va de lleno a procedimientos estéticos más agresivos, y cuando no muy nocivos para la salud, como son las infiltraciones de botox o de ácido hialurónico. Como a veces resulta muy costoso los procedimientos estéticos dentro de   la legalidad exigida,  muchas personas acuden a clínicas clandestinas para ser  infiltradas con botox falsos en terroríficas condiciones de salubridad. No es de extrañar que ante esta falta de asepsia,  las pacientes que han sido infiltradas acaben por sufrir una infección  muy grave, y con riesgo de morir si no es tratada a tiempo por verdaderos profesionales de la medicina. No hace mucho tiempo que fue desarticulada en España una red criminal de tráficos de sustancias relacionada con la estética. Y es  que por el auge en que se halla inmerso a día de hoy la obsesión persecutoria de   acceder a los cánones estéticos que la sociedad impone, abunda  canallesca de este pelaje expandiendo   su lucrativo negocio si ética alguna. Pero ya se sabe   que cuando está la codicia de  por en medio, no hay ética que valga. . Es obvio que con la detención de esta organización criminal, no se va a terminar el tráfico de todo este tipo de sustancias. Como  genera pingues beneficios, seguirán habiendo otros muchos  más  de  estos indeseables, que al no haber  sido   descubiertos, proseguirán traficando con sustancias ilegales para mayor gloria de las clínicas clandestinas y los empleados que en  ellas trabajan. Y es que según la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) el 47 por ciento de la población española se ha sometido a alguna técnica medio-estética. Una industria legal que mueve al año más de 3500 millones de euros en nuestro país. Con  toda esa mareante cantidad de millones de euros que genera la susodicha industria, es lógico que por la trastienda de la medicina estética rayano a  la ilegalidad, surjan clínicas clandestinas cuyos trabajadores  se suben al carro de la codicia  y les importa una ardite el que los efectos secundarios  pongan  en peligro las vidas de  las victimas que consumen su insalubre mercancía.

 

Existe también algo muy  terrible y bastante  resbaladizo en  de todo este asunto de los procedimientos estéticos, como es que  la obsesión por acceder a los patronos que impone la dictadura de la  estética te crea tal adicción que nunca parecerá que sea suficiente lo conseguido. Y es que cuando se arregla una parte del cuerpo o la cara,  siempre terminas por hallar otro punto al que conceptúas defectuoso y tratas de reparar, y así una y otra vez como la pescadilla que se muerde la cola dentro de un círculo vicioso. Lo más aconsejable en el caso de que la sociedad trate de imponerte sus cánones estéticos, intentar no caer en su trampa que asocia la belleza con el éxito. Haciéndote ver que las personas más atractivas tienen mayores posibilidades de éxito tanto en  el plano laboral como en el amoroso.  Por desgracia, en nuestra sociedad la imagen exterior  es la que más vende, pero craso error cometeríamos si no le damos el valor que se merece a esa imagen que está en nuestro interior y sólo se puede percibir  con los ojos del corazón. 

 

 

lunes, 17 de febrero de 2025

REFLEXIONES DISPERSAS (Febrero)


 

Actuar.

 

Es evidente que la vida no es un camino de rosas,  y la sucesión de la dificultades son una constante, pero aún así tenemos el poder suficiente para decir por nosotros mismos que rumbo queremos seguir y obviamente enfrentarnos a todos los inconvenientes que  nos salgan al paso. El poder solventar todos los  problemas que surjan, a buen seguro estará en la actitud y aptitud que mostremos. Aunque resulte una perogrullada,  cuanto más frágil y negativos nos manifestemos, más ardua será la tarea de solventarlos. También hay que reconocer que, debido a las circunstancias que nos rodean, tanto las personales como sociales, y por  que éstas no acostumbran a ponérmelos  fácil,  no siempre está en nuestras manos el poder decidir que rumbo tomar,  pero la mayor parte del tiempo sí. Lo que debemos evitar es quejarnos en exceso y actuar con determinación. No resignarnos a una  apagada y triste supervivencia  porque eso sería renunciar a vivir con letras mayúsculas. Por tanto, tomemos la decisión correcta cuyo rumbo sea elegido por el corazón, y comprometámonos con ella con firmeza, dedicándola si hace falta en plenitud tu vida, tu energía, tu esfuerzo, todo tu tiempo. Pero ese rumbo a mi juicio, no debería elegirse en base a lo que se desea, sino con el convencimiento de que puede ser lo  mejor para ti. Así que a ponerse manos a la obra y tomar la decisión correcta aunque sientas el hostigamiento tóxico de esta sociedad que tiene tendencia a enterrar con psicofármacos  las situaciones adversas que forman parte de la cotidianidad. Y por cierto, ya que hablamos de psicofármacos, comentarles que  para mí el mejor ansiolítico que puede haber  para curar la ansiedad, es el abrazo.






 

Felicidad.

 

Cuando el conseguir acceder a disfrutar de momentos felices suele hacerse bastante complicado, cuando no difícil, por las circunstancias personales que le rodean  a cada uno, hay quienes siguen empeñados en hacer de la felicidad un mandato inapelable de esta sociedad, favorecidos  por discursos simplistas que suelen contener todos esos libros de autoayuda que en mi opinión no dejan de ser una provechosa estafa que incentivan el consumo de la felicidad instantánea. Y luego también están las frases motivadoras que te las encuentras escritas en un sin fin de objetos, y cuyo enunciado tiende a convencernos de que si uno quiere, basta con desearlo para conseguirlo por que si  mostramos positivismo ante la vida somos capaces de conseguir cuanto pretendamos. Y por razones empíricas esto para nada es cierto. No basta sólo con desearlo, ni tampoco de mostrar una actitud positiva,  hay que tener un mínimo talento, congénito o adquirido, para lograr metas importantes. De lo contrario va a generar mucha frustración por que las expectativas serán irreales con respecto a los posibles resultados. Con lo cual no nos dejemos convencer fácilmente por los enunciados de las frasecitas de marras; como tampoco por todos esos influencers, coahchers y demás gurús que pululan por las redes sociales y que  tanto nos bombardean a diario con sus consejos para ser felices, porque no es de color de rosa la vida como ellos no la pintan. Recuerda que tampoco es necesario el estar obligados a ser felices a todas horas y además tener que demostrarlo. Porque seguro que hacer gala de la felicidad   con frecuencia  tiene que ser agotador. Y a bien seguro que esa fatiga tendrá efectos  contraproducentes.

 

La guerra como negocio.

 

Acabo de enterarme que en el año 2023 las cien mayores empresas de armamento ingresaron 632.millones de dólares. ¡Terrorífico datos que manifiestan  una infamia absoluta! Estoy seguro que con 100.000 millones menos en un corto plazo de tiempo se podría erradicar el hambre en el Planeta.  Pero al  lobby de la industria armamentista  por su codicia sin límites le trae al pairo la hambruna que sufre el planeta. Lo suyo no es apostar precisamente por  la convivencia pacífica en el mundo, sino por los   pingües beneficios  que les aportan las guerras. Mercadean y se lucran  con los muertos, no hay duda.   Hoy en día el mundo es un auténtico polvorín a gran escala, estallan conflictos bélicos de  diferente nivel a lo largo del planeta y eso genera infames  ganancias monetarias a la producción armamentista, por tanto no es de extrañar esas descomunales cifras de dinero que obtienen. Y seguirán lucrándose cada vez más por que cada vez se invierte más en armamento, se hace más sofisticado y con mayor precisión   a la hora de matar, razón por lo cual  su precio se dispara  y con ello enriquecerse más toda esta canallesca que trafica con la muerte. Resulta muy triste y de una ignominia supina  que por el  afán de obtener pingües beneficios  se  invierta más  en la manera de como conseguir matar con  mayor precisión,    que en la de  proteger con mayor suficiencia la vida. Esa codicia sin límite que identifica a   los señores de la guerra   es quien nos está haciendo caminar hacia el fin de la Historia. Por que  el sueño de que otro mundo es posible, lamentablemente  resulta una utopía. Estoy harto de esta hipocresía de la modernidad, con tanto discurso político en pos de la paz, cuando todos sabemos las intenciones de  quienes ostentan el poder. Están sometidos al  depredador sistema    financiero de la grandes empresas, tal como resulta ser  la industria armamentista, con lo cual, se plegan a sus órdenes y son  por espurios intereses son capaces de   justificar las más abyectas tropelías cometidas en los conflictos armados. Por que nadie muerde la mano  del amo que le da de comer, eso ha sido siempre y lo seguirá siendo, y  en este caso para mayor desgracia de la Humanidad.

 

domingo, 12 de enero de 2025

REFLEXIONES DISPERSAS (Enero)


 

Amigos.

 

Acabo de enterarme de que tener amigos nos alarga la vida en siete años, así como lo oyen. Con lo cual, nada de pócimas o dietas milagrosas para alargar nuestra existencia, es suficiente con tener buenos amigos. No se hasta que punto será cierto o no esta afirmación; o en que datos se habrán basado quien haya hecho este razonamiento.  Pero lo que no admite mucha duda es que cultivar ese valor maravilloso y esencial como es la amistad aporta beneficios para nuestra salud, en especial la mental. Por que la amistad hace que  suba nuestra estima y además aporta su granito de arena a favor de la felicidad. Cuando nos rodeamos de verdaderos amigos podemos compartir no sólo las alegrías sino las luchas.  Es obvio que no podemos evitar las adversidades que nos tiene reservada la vida, pero estoy plenamente convencido de que si tenemos próximo a nosotros esos amigos que provienen de una amistad sana y auténtica los infortunios de la vida se nos harán menos duros, además nos aportarán   el suficiente coraje para enfrentarnos a ellos, o para superarlos. Pero como digo, debe ser una amistad sana, totalmente desinteresada para que surja el efecto beneficioso y deseado, si por el contrario existe cierta toxicidad, nada beneficioso nos aportará, más bien  psicológicamente  nos afectará de forma negativa. Por consiguiente, en aconsejable eliminar de nuestra vida toda amistad toxica  y   cultivar el mayor tiempo posible las  amistades  gratificantes porque tienen un impacto directo para bien  en nuestra salud física y mental. No se ustedes que pensarán, pero yo al respecto opino que desde la infancia hasta el final de nuestro trayecto existencial, la calidad de nuestra vida se mide por la calidad de nuestras relaciones sociales. En definitiva, lo que verdaderamente importa es que los amigos estén siempre disponibles cuando los necesitamos. Considérense auténticos privilegiados  todos  aquellos que puedan  disponer de sus amigos cuando la necesidad los requiera  porque  esta circunstancia  a buen seguro  les permitirá ver la vida con mayor optimismo.






 

El sentido de la vida.

 

Se supone que en algún momento tod@s nos hemos planteado la pregunta   de si tiene sentido o no  la existencia. Esta vida que resulta tan   compleja e impredecible y que de continuo nos pone a prueba. Obviamente cada uno tendrá su particular y certera respuesta. De lo que estoy seguro, es que tal como está el mundo en la actualidad con: guerras, devastadoras catástrofes naturales,  egoísmo, falta de empatía…la vida no tiene mucho sentido pero es necesaria vivirla como si lo tuviera. Porque  pesar de todos sus imponderables, es la única que tenemos y por ende hay que vivirla, disfrutarla. Aunque sea en este “valle de lágrimas”, tal como hacer referencia una oración cristiana.  A pesar de las vicisitudes  negativas del susodicho valle que nos encontramos a menudo por nuestro transitar existencial, la vida también tiene sus momentos luminosos, exultantes o destellos de felicidad que aparecen de vez en cuando y nos llenan de gratitud, y a mi juicio  estos destellos son quienes palmariamente dan sentido a la vida. Pero está  claro que cuando el dolor, la impotencia, la desesperación… y en especial la soledad profunda aparecen en nuestra vida, tenemos la sensación de que no tiene   ningún  sentido vivirla. Muchas personas cuando perciben que la vida carece de sentido buscan  consuelo en la religión, pero cuando no se comulga con creencia alguna, resulta ardua tarea tratar de buscar cualquier alivio al respecto. Imagino que abandonarse al culto de las adicciones  y convertirte en “yonki” del dinero, del trabajo, del sexo, del poder, de  las operaciones estéticas, de los millones de likes en las redes,...en definitiva abrazar a cualquier espejismo que sirva para dar sentido a la vida. A esta vida, que es la única que tenemos, razón por la cual hay que vivirla antes de que nos vayamos tod@ a criar malvas.  Estoy convencidos de que aunque singan sonando tambores de guerra y la naturaleza se comporte como el Karma- lo que recibe da-  seguiremos encontrando todos esos  momentos maravillosos que nos harán que la vida en su plenitud tenga sentido.

 

Amores.

 

Los amores tanto en la madurez como en la ancianidad se acostumbran a  considerar  grotescos y patéticos y verdaderamente no lo son. Hay que desterrar esa equívoca idea de que el amor apasionado únicamente se da entre las personas jóvenes, de  entre veinte o treinta años.  Esto resulta injusto. Aunque progresivamente vayamos envejeciendo y por esta razón tengamos el cuerpo lleno de dolencias   a cuenta de una salud renqueante, seguiremos amando de por vida. Y se puede demostrar claramente  que podemos desear y vivir plenamente un amor apasionado en la madurez. Nadie debiera renunciar a enamorarse de manera pasional de quien sea y a la edad que sea. Es obvio que ante una desgracia, o una catástrofe social,  tanto si eres joven como anciano,  la única manera de seguir realmente vivo  es sentir el  amor en cualquier circunstancia.