Como bien es sabido, en las
últimas elecciones celebradas el pasado 28 de abril el Partido liderado por el
Sr. Pedro Sánchez obtuvo unos buenos resultados. Esta circunstancia le obliga a subir a la poltrona del poder y
ponerse a gobernar cuanto antes en beneficio de la estabilidad del país. Otra posibilidad ni hay, ni queda. ¡Pero he ahí la madre
del cordero..! que Pedro Sánchez no
cuenta con los elementos necesarios para dar estabilidad y armonía al país, o a
la ciudadanía en general, que ya está bastante
hartita de la indolencia y desfachatez de los políticos actuales. Pero
me temo que vamos a seguir soportando su pachorra, porque no hay garantía de que la
investidura de Pedro Sánchez fijada para los próximos días 22 y 23 de julio
salga adelante. Si no se dan unos condicionantes favorables que puedan hacerlo viable, como por ejemplo la
abstención de los partidos independentistas, Erc y Bildu, la investidura fracasa. Y por cierto, uno de los
principales objetivos de el líder socialista era no “pedir sopitas” a
los independentistas catalanes y vascos para luego no tener que hacerles como contrapartida "incómodos"
favores, pero no le va a quedar más remedio que acudir a ellos si quiere asentar sus posaderas en
la poltrona del poder con ciertas garantías. Aparte de tener que contar con el apoyo de
los independentistas, es condición sine qua non que también
lo haga con el de Unidas
Podemos. Un apoyo que lamentablemente hasta ahora está siendo pura desavenencia por que
el líder de la coalición morada no está por la labor de hacer de comparsa, exigiendo le sean concedido algún ministerio a miembros de su partido, o de lo contrario su no rotundo a la investidura. Y en esta situación tan desquiciante Pablo Iglesias sigue forzando la máquina. A Pedro Sánchez le da igual: no transige. Todo un pulso político entre ambos que de forma preocupante se acerca al final y parece encaminarse hacia el precipicio de las urnas. Por que es un axioma que la
derecha no va a apoyar la investidura; pienso que más que apoyar empecerá a abrir frentes por donde poder atacarle desde
la oposición. Por tanto
encomendada queda la investidura a las huestes de Pablo Iglesias y Cia. Pero hasta día de hoy, los dos continúan empecinados en sus
propuestas, bastante alejadas, cuando debería ser todo lo contrario. Por esta razón el líder socialista amenazante le lanza el órdago de
repetir de nuevo unos comicios electorales . En cambio Pablo Iglesias no parece inmutarse: continua erre que erre a lo suyo. En esta lucha de egos, ninguno de los dos quiere bajarse del burro. Iglesias considera que el futuro presidente tiene mucho más que perder; Sánchez en cambio se cree todo lo contrario. Y en medio de sus discrepancias, se halla la ciudadanía expectante e indignada. Esperando que uno de los dos se apeé del burro. Por que es de suponer que alguien de los dos en algún momento tendrá la razón, por muy obtusos que aparentan ser.
Auténtico escalofrío me entra sólo de pensar que si fracasa la próxima investidura para nombrar al nuevo presidente del país, volveremos a vernos inmersos en otros comicios electorales. Espero y deseo por el bien del país, que a pesar de tanta desavenencias
que tienen esta chusma política, al final lleguen los
acuerdos y pactos necesarios para no vernos envueltos próximamente en otro show
electoral. Deben evitar en lo
posible unas cuartas elecciones generales en cuatro años. Así como lo oyen:
cuatro comicios electorales llevamos en este breve tiempo. Este dislate, que parece surrealista, sólo puede ocurre en España. Esto debe ser porque
“semos diferentes”, o quizá los más chulos de la vieja Europa. Igual es que como vamos sobrados de dinero y el erario público está que lo tira pagando pensiones dignas a los jubilados y ayudas a los parados y demás excluidos sociales, y además destinando cifras astronómicas de dinero de los presupuestos del estado para la sanidad pública, la educación, la investigación, la cultura, etc. pues entonces a
gastar a troche y moche otra millonada de euros para sufragar los gastos de una
nueva campaña electoral. Porque no se si
sabrán ustedes que son alrededor de 200
milloncejos de euros de nada los que se malgastan en cada
campaña electoral y siempre para obtener los mismo resultados. Un deja vu la precampaña de los comicios electores resulta, sin
duda. Que maldita manía tienen los líderes políticos cuando por culpa de su inoperancia, se enquistan en una bloqueada parálisis, que tienen que echar mano de los votantes para que solucionen sus
despropósitos. Y esto es más o menos la situación política que actualmente vive
este país: Incertidumbre y desavenencias por espurios intereses partidistas y por
la incapacidad y terquedad los respectivos dirigentes políticos. En el
supuesto de celebrar nuevos comicios, (toquemos madera que no sea una realidad) si los dirigentes políticos actuales no han
sido capaces de formar gobierno, a mi
juicio no debieran estar legitimados para presentarse a otras elecciones porque
volvería a repetirse la misma situación de no saber, o no querer, ponerse de
acuerdo para gobernar el país con cierta estabilidad y no tenerlo de continuo
en el sobresalto y la perplejidad; tal como por desgracia parece estar ahora. Lo que
está bastante claro es que a Pedro Sánchez es quien le corresponde decidirse,
sin divagaciones ni subterfugios, sobre el esquema de gobierno que proyecta
llevar adelante y cual son los socios que precisa para este viaje. Desde
luego que las actuales circunstancias políticas, económicas y sociales
no van a consentir que el dirigente del Pesóe aspire a la
poltrona del poder militando en el eclecticismo. La actual situación política, por muy estrambótica que resulte, exige alianzas, pactos, acuerdos... Otra cosa que también queda
bastante claro es que a la ciudadanía le resulta de una fealdad supina y también bochornoso los
órdagos que se lanzan los políticos en forma de ultimátum, o sus desplantes y descalificaciones porque la
mayoría ni los entiende y por supuesto que ni los admite. Lo único que en estos
momentos pide la ciudadanía, por estar en juego su bienestar, es que tomen acuerdos cuanto antes, que cedan, transijan,
conformen un equipo, un programa con un acabado inteligente y eficaz , todo ello con el único fin de que la cercana
investidura a celebrar a finales julio sea aprobada
y con ello Pedro Sánchez y sus socios políticos, formen un nuevo gobierno de coalición
progresista que garantice estabilidad económica y social al país a fin de que éste abandone de una
puñetera vez su alarmante incertidumbre, la cual nos genera una situación de pavor y angustia social.
Desde luego que el
compromiso que se le debe exigir a los políticos en estos momentos es que
hagan bien su trabajo y con responsabilidad. Es la obligación que tienen con sus votantes.
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