Nos aconsejan que nos esforcemos para mostrar una actitud positiva
a fin de que nos resulte lo más feliz posible el
transcurso de la vida. Estoy totalmente de acuerdo con tan excelente consejo, aunque hay que reconocer, que para
conseguir el objetivo indicado, habrá que actuar desde una postura individualista
carente de toda empatía o compromiso con la realidad social porque de lo
contrario resultará una auténtica utopía. Pero a veces por mucho que
intentes obviar la realidad social a fin de evitar caer en un sentimentalismo conmovedor, siempre acaban
afectándote todas esas perversas situaciones generadas por este sistema
tan sometido al capitalismo salvaje. Situaciones que
la mayoría de ellas a mí particularmente me afectan seriamente
por su irrefutable iniquidad. Son los medios de comunicación quienes
normalmente se encargan de que conozcamos la terrible realidad que sufren de forma cotidiana
la miles, o millones, de personas excluidas de la sociedad
del bienestar. Una de las noticias a las que me refiero apareció días
atrás en estos medios y hablaba de que una señora de
Manresa, de 83 años, tuvo que pedir ayuda a un convento de monjas tras
pasar tres días sin comer por que la pensión no le llegaba. Al enterarme de
cual era la razón para no llegarla, me entró un cabreo
monumental y no es para menos cuando sabes que la infeliz
cobra únicamente 338 euros de pensión al mes. Trescientos los emplea para
gastos de piso y sólo le quedan 38 para pasar el mes. Así como lo oyen: ¡38
míseros euros para comer durante todo un mes!. No me extraña que por
tan dramática situación esta mujer pase autentico hambre y demás
penurias habidas y por haber. Otro caso al de esta mujer ocurre en Málaga a
cuenta de un señor de 73 años que cobra únicamente 300 euros al mes de pensión
y que anda mendigando por las calles de la mencionada ciudad para poder dar de
comer con lo que saca a su mujer y nietos. Como estos dos casos que he
comentado, hay cientos o miles parecidos que se dan en la actualidad. Dan fe de
ello, los numerosos bares y restaurantes a donde acuden
cada día todo tipo de personas mendigando comida, en su mayoría son personas
que se han quedado sin trabajo y que no tienen que comer. Como se ve, no faltan personas que tratan de alimentarlos lo mejor que pueden. Es evidente que se
hace necesario el que todos debemos implicarnos de alguna forma en
mejorar la vida de los más vulnerables.
Lo terrible de todo esto es que no estoy hablando de personas
que residen en algunos de esos países tercermundistas, donde todos conocemos
sobradamente que debido a la situación social, económica y política que
soportan, es muy común el que se de esta terrible situación de
supervivencia, sino que estoy hablando
de uno al que se le denomina capitalista como resulta
ser España, donde tanto se derrocha a trote y a moche
en fastuosos eventos públicos; en cambio se les niega lo más básico para
vivir a todas las personas que se encuentran excluidas socialmente Como
se ve, el hambre y demás penurias no conocen fronteras y se van cambiando de dueños. ¿No se les caerá la
cara de vergüenza a los políticos de este país por la
terrorífica dimensión que alcanza todo este drama humano? Me temo
que ellos viven paralelos a esta realidad, en su particular y lujoso status
del bienestar, razón por lo cual ni lo más mínimo
sienten vergüenza alguna. Habrá que insistir en pedirles que
promuevan políticas dirigidas a revertir esta situación,
pero me temo que va ser baldía nuestra insistencia Y para
muestra un botón. Lleva mucho tiempo el movimiento de los jubilados de
toda España tomando las calles y asediando el edificio del Congreso de los
Diputados casi a diario para manifestarse y hacer oír sus
reivindicaciones y protestas en defensa de unas pensiones dignas, pero tanto
el ínclito presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como
sus acólitos hacen oídos sordos a estas multitudinarias manifestaciones
de los pensionistas. Estoy convencido de que hasta
que adviertan que la amenaza de castigarles en las urnas por parte de este
colectivo social se pueda hacer una realidad, los responsables de
vaciar la hucha de las pensiones no van a tener en cuenta seriamente sus
reivindicaciones. Por tanto, los pensionistas actuales
y los supuestamente en un futuro, que vayan apretándose los machos,
porque según tengo entendido España es el país de la
Comunidad Europea que más va a recortar sus pensiones hasta el
2060. Está claro que para dar “tijeretazos”, en Europa no hay país
alguno que nos haga sombra para nuestra desgracia.
Muy angustiosa resulta la situación social que este atribulado país está viviendo en la actualidad. No se si son secuelas de la dura y prolongada crisis sufrida, o es que aún no la hemos metabolizado lo suficiente para dejar de notar sus estragos, por mucho que se jacten en pregonar su finalización aquellos que pretenden hacernos creer que así es cuando muestran las cifras que exponencialmente van en aumento en cuanto a los beneficios obtenidos tanto por la banca como por las grandes empresas. Es obvio que estas macroeconomías no son el fiel reflejo de los ciudadanos de a pie. El espejo adonde éstos deben mirarse es el de la economía de supervivencia que cuenta la mayoría para ir tirando con todo tipo de estrecheces; o el de la extrema pobreza que otra minoría sufre y por la cual se ven en la obligación de mendigar para comer por cobrar míseras pensiones. Cuando las colas para entrar en los comedores sociales se hacen interminables o el Banco de Alientos no da abasto para satisfacer todas las demandas, se demuestra que a cuenta de la mediocridad de sus políticos, social y económicamente , este país no funciona como es debido. Así que te aconsejo que ahora en adelante no les hagas ni puñetero caso a todos esos mentirosos que tratan de venderte la moto en forma de la tan cacareada y maravillosa Marca España.
Muy angustiosa resulta la situación social que este atribulado país está viviendo en la actualidad. No se si son secuelas de la dura y prolongada crisis sufrida, o es que aún no la hemos metabolizado lo suficiente para dejar de notar sus estragos, por mucho que se jacten en pregonar su finalización aquellos que pretenden hacernos creer que así es cuando muestran las cifras que exponencialmente van en aumento en cuanto a los beneficios obtenidos tanto por la banca como por las grandes empresas. Es obvio que estas macroeconomías no son el fiel reflejo de los ciudadanos de a pie. El espejo adonde éstos deben mirarse es el de la economía de supervivencia que cuenta la mayoría para ir tirando con todo tipo de estrecheces; o el de la extrema pobreza que otra minoría sufre y por la cual se ven en la obligación de mendigar para comer por cobrar míseras pensiones. Cuando las colas para entrar en los comedores sociales se hacen interminables o el Banco de Alientos no da abasto para satisfacer todas las demandas, se demuestra que a cuenta de la mediocridad de sus políticos, social y económicamente , este país no funciona como es debido. Así que te aconsejo que ahora en adelante no les hagas ni puñetero caso a todos esos mentirosos que tratan de venderte la moto en forma de la tan cacareada y maravillosa Marca España.
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