martes, 21 de mayo de 2024
martes, 7 de mayo de 2024
BASURERO MUNDIAL
No hace mucho que me enteré que el desierto más seco del mundo como es de Atacama, situado al norte de Chile, lo han convertido en un gigantesco basurero de ropa sin usar y sin vender. “El basurero del mundo” lo catalogan por el hecho de que en este espacio natural se acumulan más de quinientas hectáreas de montañas con toneladas de prendas de vestir y calzado de todo tipo proveniente de Europa los Estados Unidos y Asia. Todas esas montañas de ropa son el símbolo de la desigualdad y de cómo el desmesurado consumismo contamina el planeta. Tal como indico arriba, muchas de las prendas arrojadas al basurero están sin estrenar porque aún llevan su etiqueta de fabricación. Desgraciadamente todo este despropósito lo causa la industria de la moda con el fin de lanzar unas nuevas prendas de vestir cada temporada. Así de esta forma incitar a la gente a que siga consumiendo desmesuradamente por imposición. Un consumismo que tiene sus efectos dañinos con el medio ambiente por su alto grado de contaminación. Según la ONU, la industria de la moda representan del 8% al 10% de las emisiones de carbono del mundo. Aquí el gran problema es que la ropa no es un material biodegradable y tiene productos químicos. Puede tardar alrededor de 200 años en biodegradarse y en todo este tiempo sigue contaminando, porque este tipo de basura puede resultar tan tóxica como los neumáticos desechables o los materiales plásticos. No hay que ser muy inteligente para saber que toda esa montaña de ropa da igual que siga manteniéndose al aire libre o en su defecto enterrarla, emponzoña lo mismo al medio ambiente y libera contaminantes a las corrientes de agua subterránea.
Resulta un axioma el que la industria textil a día de hoy tiene mucha culpa de la problemática del cambio climático porque genera un elevado tanto por ciento de los gases de efecto invernadero que hay sobre la capa de ozono. Y lo preocupante es que exponencialmente sigue creciendo y con ello continuar sumando cifras devastadoras sobre su inmenso impacto ambiental. La moda constantemente se está reactivando y esta circunstancia hace que continúen llegando toneladas de ropa usada o sin vender al desierto de Atacama y con ello seguir manteniendo vigente este paisaje del consumismo, el cual al resultar tan gigantesco se hace visible desde el espacio. . Aparte de la palmaría contaminación que produce tanto la industria de la confección como el polémico basurero, está el saqueo de los recursos naturales, como es el despilfarro del agua. Otro estudio llevado a cabo por la ONU en 2019 la producción de ropa en el mundo se duplicó entre 2000 y 2014, lo que ha dejado en evidencia que se trata de una industria “responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global. Un bien tan necesario como el agua que se despilfarre de esta forma porque la industria de la moda lo requiere por intereses lucrativos, me resulta execrable. Es evidente que la industria de la moda por su forma de actuar, lo de la problemática existente a nivel global sobre la escasez del agua le trae bastante al pairo. Por encima de la sequía que sufre el planeta, predomina su interés lucrativo. Y ya no es solo la falta de concienciación con el medio ambiente, y el esquilmar desenfrenadamente los recursos naturales, también hay que reseñar que la industria textil en cuanto al cumplimiento con los derechos laborales de sus trabajadores queda en entredicho, por causa de la sobre explotación con que somete a sus empleados, a los cuales paga sueldos irrisorios, las denuncias de empleo infantil y condiciones deplorables para producir en serie. Terrorífica es la conclusión que uno puede llegar si le dar por analizar fríamente y con detenimiento toda la miseria humana que hay detrás de este basurero mundial ubicado en el desierto chileno de Atacama, el cual resulta ser el más árido del mundo y que debido a tanta contaminación su ecosistema se encuentra en una estado muy frágil.
En realidad valoramos muy poco la Naturaleza y por esta razón terminaremos por cargárnosla lo más pronto que tarde, y todo por culpa de nuestra irresponsabilidad y también por abusar del consumismo comercial. Porque continuamos comprando de manera compulsiva e irracional sin pensar en las consecuencias que esto acarrea a posteriori. Como tampoco pensamos donde van a parar todos los deshechos. Porque el algún sitio necesariamente deben ir a parar. ¿ Pero a dónde? Ese es el quid de la cuestión: ¿Dónde? Por desgracia los parajes naturales acostumbramos a convertirlos en ingentes basureros donde depositamos todos los contaminantes deshechos que genera el capitalismo salvaje. Doy por sentado de que no somos muy conscientes de sus catastróficas consecuencias, de serlo no creo que nos excediéramos actuando de tan perniciosa manera. Lo que está claro es que nos escandalizamos, o nos indignamos a rabiar, con lo que está ocurriendo en el desierto de Atacama, pero no dejamos de consumir a lo loco. De gastarnos un dineral para comprar el último modelito fashion o los últimos zapatos de diseño. Vivimos en una contradicción permanente muy peligrosa. Razón por la cual nunca podremos evitar que se generen esos vergonzosos y clandestinos basureros ubicados en distintas partes del planeta. Me temo que mientras nuestra insaciable sociedad construya su base de prosperidad sobre el saqueo de los recursos naturales y el despilfarro, mientras continúe fabricando más de lo que pueda consumir, para luego tirarlo, muchos sin haberlo utilizado si quiera, va directa al abismo. Y no tardando mucho. Por lo cual, no podemos mantenernos indiferentes ante hecho tan punibles como éste, se hace necesario actuar.